La experiencia decide el derbi vasco

No hubo sorpresa en el partido inaugural, pero el novato plantó cara al veterano. El derbi vasco se decantó, como era previsible, a favor del Caja Laboral, que jugará su sexta semifinal de Copa consecutiva. Sin embargo, el Lagun Aro obligó al favorito a esforzarse en el periodo definitivo cuando todo parecía sentenciado en el tercer cuarto y consiguió dar una emoción inesperada a tan desequilibrado duelo.

Un grande de la ACB y un clásico del torneo como el Baskonia no podía fallar ante un debutante, aunque tuvo tantos altibajos que se arriesgó a sufrir un batacazo y debió derrochar demasiado esfuerzo para salir vivo del Sant Jordi. Se fue al descanso el equipo vitoriano con 10 puntos de desventaja y cuando regresó de los vestuarios, lo hizo para arrollar, de la mano de Prigioni y Milko Bjelica, pero el equipo demostró que está en muy mal momento y permitió al Lagun Aro soñar con una hazaña increíble.

Como suele ocurrir en estos casos, la experiencia, aparte de la calidad y capacidad resolutiva de las estrellas del Caja Laboral, resultó decisiva. El debutante Lagun Aro de San Sebastián se despidió con muchísima dignidad y no solo no salió escaldado de la batalla, sino que jugó sin complejos y en muchas fases fue superior y jugó mejor que el Baskonia. Si en el choque de Liga, el Caja Laboral ganó por 12 al Lagun Aro, esta vez la distancia se redujo a siete, porque el conjunto donostiarra perdió el respeto a un clásico de la Copa, aunque le perdió la precipitación y la falta de acierto desde el exterior. Le faltó fe y tino, mientras que el Baskonia midió sus tiempos, y con la tripleta Prigioni-Bjelica-Teletovic fulminó al atrevido Lagun Aro.

18 puntos de 23

Incluso el Lagun Aro, después de acabar el consiguió acercarse a un solo punto (59-58) a falta de seis minutos, porque en el último cuarto los baskonistas se volvieron a tomar otro peligroso respiro. Sin embargo, cuando hubo que resolver, Prigioni y Bjelica lo hicieron. Así ocurrió con un demoledor parcial de 23-3 en el tercer periodo, con nueve puntos del base argentino y otros tantos del ala-pívot serbio.

Ellos fueron quienes lideraron entonces la obligada, y a la postre, fundamental reacción de un equipo que se durmió en el segundo cuarto (4-16 de parcial) y que esta temporada no responde, pero al menos salvó el primer escollo. También fueron Prigioni y Bjelica los que respondieron cuando el Lagun Aro metió el miedo en el cuerpo a una afición vitoriana que dio vidilla al desangelado Sant Jordi. En esa ocasión, acompañados por Teletovic, que se salió en el arranque pero no tuvo mucha continuidad. Al Lagun Aro de nada le sirvió el genial lanzamiento de Baron, aunque el conjunto guipuzcoano dijese adiós con orgullo. Había un abismo entre batallas disputadas y ganadas por uno y otro equipo, y no podía ser de otra manera.