Isabel II, la reina del tocado

Cuando Elizabeth Alexandra Mary nació (Londres, 1926) tenía escasas posibilidades de ocupar el trono de Reino Unido. Era la tercera en la línea de sucesión por detrás de su tío Eduardo y de su padre Alberto. Sin embargo, la decisión de Eduardo de abdicar para contraer matrimonio con la divorciada Wallis Simpson convirtió a su hermano en el rey Jorge VI y a su pequeña sobrina, en su Alteza Real la princesa Isabel. Esa niña cumple hoy 60 años de reinado lleno de historia e incluso de moda.

Viajes alrededor del mundo, recepciones en el palacio de Buckingham y muchos actos oficiales han ocupado la agenda de Isabel II en estas seis décadas de reinado, pero siempre con una constante: un estilo muy cuidado y acorde al protocolo. Faldas o vestidos por debajo de la rodilla y acompañado por abrigos o chaquetas. Eso sí, casi siempre monocromática. Nada de arriesgar. Todo ello completado con guantes, zapatos de tacón bajo, bolso de mano y el inconfundible punto británico, el tocado.

Y es que la Reina da mucha importancia a sus tocados. Cada uno de ellos debe ajustarse a unas reglas: ligeros, cómodos, no demasiado grandes y de ala frontal pequeña para que el público pueda verle la cara. Además siempre apuesta por la artesanía británica: Simone Mirman, Fredrick Fox, Ian Thomas, Valerie Lee, Marie O'Regan, y Philip Somerville.

Este 'look' le valió a Isabel II ser considerada en 2007 como una de las mujeres mejor vestidas por la revista 'Vogue' en la lista que elabora anualmente. "El glamour tiene que ver con la manera de vestir, no con lo que se lleva puesto" aseguraba la publicación.

Con glamour o sin él, la realidad es que el guardarropa de la monarca británica ha estado en muy pocas manos. Norman Hartnell, Edwin Hardy Amies o Angela Kelly son quienes hasta el momento han modelado el estilo 'real'.

Norman Hartnell, el diseñador de la corte británica, conoció a la princesa cuando Lady Alice le encargó que confeccionara el traje de sus damas de honor, Isabel y su hermana Margarita, para su enlace con el Duque de Gloucester. A partir de ese momento Hartnell sería su modisto de cabecera y el encargado de vestirla en dos de los días más importantes de su vida: su coronación y su boda con el príncipe Felipe, donde lució un vestido de satén de color marfil y decorado con hilo de plata, bordados de tul y 10.000 perlas blancas importadas directamente de América.

"Sabe exactamente lo que quiere", confesó en una ocasión Edwin Hardy Amies. El modisto británico logró la confianza de la entonces princesa heredera en el primer encuentro que tuvieron en 1951. Aquel día solo iba a presentarle unos bocetos, pero se ganó una clienta durante más de 30 años hasta su retiro en 1989.

Solo una década lleva Angela Kelly al frente del vestidor de la reina Isabel II, a quien acompaña en todos sus viajes oficiales como su asistente personal. La diseñadora británica fue la responsable del controvertido vestido amarrillo que la monarca lució en la boda de su nieto Guillermo con Kate Middleton.