Batacazo del Barça en Pamplona
Los azulgrana caen en el Reyno de Navarra y agotan sus opciones para la Liga
PAMPLONA Actualizado: GuardarEl Barça pierde media liga en el Reyno de Navarra. A la espera de lo que haga este domingo el Madrid ante el Levante, la competición liguera se le ha puesto muy cuesta arriba al equipo azulgrana. Y es que un FC Barcelona desconocido y muy gris no pudo este sábado con un gran Osasuna en Pamplona. Los rojillos tomaron una ventaja de dos goles en dos ocasiones y el Barça quiso reaccionar, aunque a impulsos y a golpes de orgullo y poco juego. Incluso tuvo ocasiones para igualar el choque en la segunda parte, pero ya era tarde. No se sabe si por el frío, por el estado del campo o por el temor a las lesiones.
-pensando en el partido de Champions del martes-, el caso es que Osasuna saltó mucho más enchufado que el Barça, que tardó casi diez minutos en enterarse que había empezado el partido. Osasuna y Barça ya se habían enfrentado tres veces esta temporada (con un balance de 14 a 1 favorable a los catalanes), por lo que las dudas asaltaban a Mendilíbar: "Si vas a por ellos, te meten ocho, si les esperas, igual", dijo. La elección no era fácil teniendo en cuenta los antecedentes, pero al final fue fiel a su estilo y acertó. Y de sobra. Con dos hombres muy adelantados (Lekic y Nino) y un imperial Raúl García en la media punta, el conjunto navarro empezó muy arriba. Incomodando y apretando la salida azulgrana, la puesta en escena rojilla fue todo un vendaval para los de Guardiola, que en los primeros minutos apenas pudieron salir de su campo. Ese arranque valiente, además, tuvo premio tempranero para los pamplonicas. Raúl García recibió en el borde del área un centro desde la izquierda, tocó a la primera hacia Lekic, y el balcánico sólo tuvo que empujarla por bajo.
Serio aviso en toda la regla para el Barça, que a raíz del gol empezó a jugar. Osasuna dio un paso atrás y los catalanes trataron de combinar. Mostraron un cierto orgullo, algo de capacidad de reacción y bastante actitud. Aunque era un espejismo: el partido iba por otros derroteros. Osasuna se replegó unos metros, cedió el balón a los blaugranas, buscó el robo y los azulgrana cayeron en la trampa. Fue en el 25. Después de dos o tres pases y rebotes, Raúl García, en posible posición de fuera de juego, abrió a la banda desde el borde del área, Cejudo entró por el carril del 7, centró a la primera y Lekic hizo el segundo. El Reyno de Navarra casi se viene abajo y los jugadores blaugranas se miraban y no encontraban explicación a lo que les pasaba. Guardiola desde la banda asistía atónito y más pasivo que de costumbre. Esta vez sí, la liga se les escapaba entre los dedos.
Sin embargo, no pueden decir que no estaban advertidos. "Estamos en una situación límite, esta es una de las pruebas más difíciles que nos quedan hasta el final de temporada”, afirmó Guardiola antes de viajar a Pamplona. En cambio, el de Santpedor no fue muy consecuente con su aviso de la previa, ya que sorprendió con una alineación, en la que no estaban ni Xavi, ni Cesc ni Iniesta. En parte pensando en Leverkusen, Guardiola no quiso arriesgar y alineó un centro del campo inédito: Mascherano, Thiago y el canterano Sergi Roberto. Ni que decir que no funcionó.
Al descanso, el Barça estaba contra las cuerdas y necesitaba mover su banquillo. Tras la reanudación, Puyol se fue a la ducha y le sustituyó Cuenca. Guardiola recompuso el equipo. Mascherano retrocedió al eje de la defensa, Thiago y Sergi Roberto se hicieron con el control del centro del campo a través de un doble pivote y Messi bajó hasta la media punta. Cuenca y Tello (que salió por Pedro) se colocaron como extremos y Alexis ocupó el centro de la delantera. La apuesta le dio resultado en seguida al técnico catalán. Cuenca cazó un buen balón en su carril derecho, centró raso y muy fuerte y desde el segundo palo Alexis fusiló a Andrés. Con 2-1 y casi toda la segunda parte por delante, se le abrió una puerta de esperanza al Barça. Pero como en la primera parte, su reacción fue rápidamente contrarrestada por el equipo rojillo. Valdés despejó mal, Mascherano y Sergi Roberto se equivocaron en un balón dividido, el esférico acabó en la banda izquierda, desde donde Nino centró al área pequeña, donde Raúl García se adelantó a Piqué para hacer el tercero.
El despertar azulgrana volvía a tener respuesta rojilla. A partir de ahí, al Barça sólo le quedaba la heroica. Convirtió el partido en una montaña rusa, en un ida y vuelta que se puso a 200 revoluciones con el tanto de Tello. El golazo del canterano despertó de nuevo al Barça que tocó arrebato y pudo empatar. Tuvo tres ocasiones claras, además de un gol anulado (en principio parecía fuera de juego). Era tarde, las prisas son malas consejeras y un Osasuna en puestos europeos fue mejor.