«Estamos orgullosos»
El aterrizaje en la final de 2009, después de 24 años de letargo, reavivó la chispa rojiblanca en toda Bizkaia; la derrota, lógica contra el Barça, quedó en un segundo plano
Bilbao Actualizado: GuardarHan pasado casi tres años. Pero parece que fue ayer. O hace unos instantes. Todavía vibran en la mente de los aficionados del Athletic aquellas imágenes de la final de Valencia, la primera después de 24 años de oscuridad, de una dura travesía del desierto. O aquellas semanas anteriores a la cita en el estadio de Mestalla, cuando Bizkaia entera se tiñó de rojo y blanco. Cualquier esquina, todos los balcones, las ventanas... Todo era del Athletic. Niños, ancianos, mujeres y hombres a los que el fútbol no les supone nada construyeron una marea de apoyo a una entidad centenaria que se chocó con una apisonadora que viste de azulgrana, el mayúsculo Barça en el primer año de Pep Guardiola en el banquillo catalán. El gol de Toquero, en el minuto 8, propició una chispa de optismismo, un relámpago de esperanza para una hinchada que nunca olvidará aquel 13 de mayo, en parte, porque muchos vizcaínos, aquellos que rondas los 30 años, nunca habían vivido (o no tenían uso de razón entonces) una final de su equipo, ese cuadro que llevan en el corazón. Sin embargo, la maquinaria culé entró en ebullición y el cuadro de Joaquín Caparrós no pudo más que rendirse a la evidencia: el Barça era superior. Eso sí, como tituló EL CORREO al día siguiente en su portada, no quedaba más que aplaudir la entrega de todo el equipo: "Estamos orgullosos".
Fue una jornada "inolvidable" para la mejor "afición del mundo", se recogía en páginas interiores: "La marea rojiblanca empujó hasta el final al último equipo romántico, que se enfrentó a la galaxia del Barça armado de coraje". Ése era el resumen de un duelo que concluyó con los jugadores llorando en el terreno de juego.
Y la crónica, firmada por Jon Agiriano, hablaba de ese superioridad del Barça: "El peso de la lógica", se titulaba. Y empezaba: "La felicidad no pudo ser completa. El Barça triunfal de Guardiola impuso en Mestalla el peso de la lógica. Su superioridad fue abrumadora, casi cruel, tan incontestable como reflejó el marcador de una final en la que sueño de la victoria del Athletic, propulsado por un gol de Toquero en el minuto 8, apenas se sostuvo hasta el descanso. El 1-1 dejó una ventana abierta en la esperanza, al milagro podría decirse, por mcho que el gol de Touré Yayá a la media hora hubiera sido un golpe muy duro, una especie de descenso a la cruda realidad. El problema es que, en la reanudación, el equipo blaugrana salió en su versión supersónica y no hubo más que hablar. Aquello fue una apisonadora que aplastó a los rojiblancos con tres goles en veinte minutos de fútbol de otra galaxia. En descargo del equipo de Caparrós habrá que reconocer que muy pocos en el mundo hubieran resistido ese vendaval sin venirse abajo", arrancaba.
"Fue una pena. Pero es que la vida es así. Hoy por hoy, la distancia entre el Barcelona y el Athletic es enorme, quizá la más grande de la historia. Su fútbol pertenece a dimensiones diferentes (...). Los jugadores del Athleticd estaban ante el partido de sus vidas y su motivación era incomparable, como lo era la de una afición que demostró una vez más que ella sí que gana todas las finales. Pero no fue suficiente".
"El Athletic entró en el duelo como estaba previsto en el guión. Era el de ayer un partido vivido por los rojiblancos desde hace dos meses. Durante esta larga vigilia, ninguno de los actores rojiblancos pudo sustrarse a la tentación de imagina el escenario grandioso y su papel en la gran función de la noche del 13 de mayo en Mestalla (...)".
"El gol de Toquero desató la locura de las gradas rojiblancas en la misma medida en que confundió a los pupilos de Caparrós y seguramente a Caparrós mismo. El Athletic se dejó de aventuras, se olvidó del balón y se dedicó a contar la calderilla del 1-01. Puede que su reacción fuese muy human, pero resultó letal. Poco a poco, el Barcelona fue cogiendo aire. Tiqui-taca. Xavi, perdido en la tela de araña durante los primeros 20 minutos, comenzó a aparecer con su lámpara maravillosa. El gol de Touré Yayá en una gran acción individual que ningún rojiblanco supo para comenzó a poner la Copa en las vitrinas del Barcelona (...)".
A partir de ahí, el Athletic decayó. "Más allá del dolor por la derrota queda la alegría vivida en las últimas semanas que han revolucionado al Athletic. Podría decirse que lo han despertado de un largo letargo de 24 años. Lo que se ha sentido con esta final de Copa debe marcar un punto de inflexión en el club. Aunque sea perdiendo la batalla por el título ante el mejor equipo del mundo, la llama ha vuelto a encenderse. Ya no sólo unos pocos rescoldos los que brillan. El Athletic ha demostrado que es único. Era algo que se sabía, pero era necesario volver a demostrarlo".
FICHA TÉCNICA:
Athletic: Iraizoz; Iraola, Aitor Ocio, Amorebieta, Koikili; David López (Susaeta, min. 57), Javi Martínez, Orbaiz (Etxeberria, min. 60), Yeste; Toquero (Ion Vélez, min. 60) y Llorente. No jugaron: Armando, Gurpegui, Etxeita y Balenziaga.
Barça: Pinto, Davi Alves, Piqué, Toure Yayá (Sylvinho, min. 89), Puyol; Xavi (Pedro, min. 88), Busquets, Keita; Messi, Bojan (Hleb, min. 83) y Eto'o.
Goleadores: 1-0. M. 8. Toquero; 1-1. M. 31. Touré Yaya; 1-2. M. 55. Messi; 1-3. M. 58. Bojan; 1-4. M. 64. Xavi Hernández.
Árbitro: Medina Cantalejo (Colegio andaluz). Amonestó a Touré Yayá (m. 21), David López (m.29), Koikili (m. 34), Messi (m. 50) y Keita (m.50).