Cientos de heridos en protestas tras la masacre de Port Said
Agentes antidisturbios luchan con hinchas del Al Ahly en los alrededores del Ministerio del Interior
EL CAIRO (EGIPTO) Actualizado: GuardarLa mayor tragedia en la historia del fútbol egipcio ha dejado en la ciudad mediterránea de Port Said al menos 74 muertos y ha sacudido a un país al borde de un ataque de nervios que atraviesa por una transición plagada de catástrofes. La salvaje batalla entre los aficionados del club local, Al Masry, y los del equipo rival, el cairota Al Ahly, estalló ayer nada más pitar el árbitro el final del partido que habían ganado los primeros por 3 goles a 1.
Hoy, la violencia se ha reanudado. Agentes antidisturbios de la Policía egipcia se enfrentan a hinchas del Al Ahly en los alrededores del Ministerio egipcio del Interior. Los agentes disparan gases lacrimógenos para tratar de dispersar a la multitud, mientras los manifestantes les lanzan piedras desde la calle Mohamed Mahmud, cercana a la plaza Tahrir de El Cairo. Aunque los disparos de los botes de gas eran al comienzo esporádicos, cada vez se oyen con mayor frecuencia, a la vez que suenan las sirenas de ambulancias en la zona. Al menos 628 personas han resultado heridas este jueves como consecuencia de los enfrentamientos entre policías y manifestantes ocurridos en las proximidades del Ministerio del Interior en El Cairo, según un nuevo balance del Gobierno egipcio difundido por la agencia de noticias oficial MENA.
La primera línea de contención de los manifestantes está formada por las fuerzas de seguridad del Ministerio del Interior, pero en la retaguardia, junto a la sede gubernamental, se hallan vehículos blindados del Ejército egipcio. Los enfrentamientos se concentran hasta ahora en la calle Mohamed Mahmud, que ya vivió en noviembre violentos disturbios en protestas contra la Junta Militar egipcia, y en sus aledañas, donde todos los comercios han cerrado las puertas.
Y es que las circunstancias actuales, con el país convertido en un polvorín tras la revolución que acabó hace un año con el régimen de Hosni Mubarak, han llevado a los principales actores políticos a extraer conclusiones que van más allá de una mera confrontación entre hinchas radicales. El Partido Libertad y Justicia (PLJ), brazo político de los Hermanos Musulmanes, ha acusado a los partidarios del antiguo régimen de los disturbios.
"Los acontecimientos de Port Said están orquestados y son un mensaje de los remanentes del antiguo régimen", denunció el vicepresidente del PLJ, Esam al Arian, en un comunicado difundido en la página web del movimiento islamista. Por su parte, el Movimiento 6 de Abril, germen de la revolución que derrocó a Mubarak y que ahora pide la renuncia de la Junta Militar, criticó a las fuerzas de seguridad por su inoperancia y su escasa voluntad para detener los enfrentamientos.
Al Arian, cuyo partido ocupa casi la mitad de los escaños de la nueva Cámara Baja, aseguró que "hay partes que quieren que continúe el derramamiento de sangre". El dirigente islamista relacionó los incidentes que estallaron entre aficionados de dos equipos de fútbol en Port Said con los ocurridos ayer durante una manifestación frente al Parlamento, en la que se enfrentaron manifestantes contra la Junta Militar y simpatizantes de este grupo.
Miedo de la Policía
La Policía no actuó para evitar la mayor tragedia del fútbol egipcio porque tenía miedo de los hinchas, ha asegurado hoy el director del estadio de la ciudad mediterránea de Port Said, Mohamed Yunis. "Los policías no actuaron porque tenían miedo, se limitaron a mirar porque temían que les lincharan", señaló Yunis en el estadio, donde esta mañana todavía quedaban restos de la batalla campal.
El delegado de Sanidad de Port Said, Helmy Ali al Afny, que la mayor parte de los fallecidos perdieron la vida por traumatismos y hemorragias, y también hubo un gran número de ingresados por caídas desde los graderíos del estadio. Además de los 74 muertos, entre los cuales hay un policía, se han registrado 248 heridos, según las cifras facilitadas por el Ministerio del Interior, que ha formado una comisión para investigar lo sucedido.
La Junta Militar egipcia ordenó el flete de dos aviones militares para evacuar hacia El Cairo al equipo y a los aficionados del Al Ahly, así como a algunos de los heridos graves. El jefe de la Junta, el mariscal Husein Tantaui, recibió al primer avión militar, con 106 personas a bordo, en el aeropuerto de El Cairo, y en declaraciones a la prensa aseguró que los hospitales de las fuerzas armadas atenderán a los heridos.
Asimismo, se comprometió a indemnizar a las familias de los fallecidos, y evitó pronunciarse sobre posibles destituciones de los responsables de la seguridad, que solo llegarán al final de la investigación. Mientras, el presidente de la cámara baja del Parlamento egipcio, Saad al Katani, ha convocado de urgencia una sesión de la institución legislativa para debatir el jueves los sucesos de Port Said.
Las repercusiones de los enfrentamientos saltaron de inmediato a otros estadios de Egipto, como sucedió en el choque entre el Zamalek cairota y el Ismaily, que fue suspendido al final de la primera parte por el árbitro, después de que los hinchas del primer equipo incendiasen parte de las gradas. Los ultras del Al Ahly, más conocidos como los 'Diablos Rojos', tienen una bien labrada fama de radicales y se han enfrentado con frecuencia a las fuerzas de seguridad egipcias en las protestas que ha vivido en los últimos meses la plaza Tahrir de El Cairo.