El Camp Nou dictará sentencia
Sandro Rosell apunta que "de momento la cosa no pinta bien", en referencia a las decisiones de los colegiados
MADRID Actualizado: GuardarEl Camp Nou dictará sentencia. El primer acto de las semifinales de Copa entre el Valencia y el Barça dejó este miércoles todo pendiente para el partido de vuelta, aunque el gol anotado por los azulgrana en campo contrario les concede una pequeña ventaja pensando en la clasificación.
En cualquier caso, los blaugrana pudieron haber dejado la eliminatoria mucho más encaminada si Messi llega a acertar una pena máxima que le paró Diego Alves en la segunda parte.
Como en todos los Valencia-Barça, hubo goles, presión ambiental, buen fútbol, juego subterráneo y polémica arbitral, para dar de comer a los que creen en la teoría de la conspiración. Después de una semana marcada por la salida de pata de Sandro Rosell, que se cargó de un plumazo lo que hasta la fecha era una manera de actuar ejemplar del Barça, ya que sus miembros siempre evitaban hablar del colegiado, Pinto salió a por todas, tocó el balón con la mano fuera del área y debió ser expulsado en el minuto 18. Quién sabe qué hubiera pasado si el Barça se ve con uno menos con más de una hora de partido por delante.
Pero González González no vio la mano (o interpretó que Pinto tocó el balón encima de la raya de su área) y el partido se jugó once contra once, lo que favoreció el espectáculo y, sobre todo, que el Barça, que venía algo deprimido de su tropezón en El Madrigal, completara un gran encuentro, en el que fue mejor e hizo más para ganar.
Guardiola, consciente de que su equipo sufrió en el partido de liga en Mestalla por colocar solo tres defensas, se corrigió a sí mismo y apostó por una alineación en la que la zaga tenía cuatro hombres, aunque uno de ellos no era Alves. La otra sorpresa fue la suplencia de Xavi.
Y es que el Barça viajó al antiguo Luis Casanova con seis bajas, de ahí que el de Santpedor se viera obligado a dosificar efectivos de cara a los partidos venideros. Así que con cuatro atrás, un centro del campo formado por Busquets, Thiago y Cesc, y una delantera con Messi, Cuenca y Alexis, el Barcelona salió desde el pitido inicial a por el partido.
Choque muy físico
«Ellos quieren atacar y nosotros queremos atacar más. Y eso es lo que intentaremos», dijo Guardiola en la previa. Su equipo cumplió lo previsto, en cambio el Valencia, que saltó con cuatro atrás, cinco en el centro y un único delantero (Soldado) tuvo una puesta en escena algo más contemporizadora. Unai Emery planteó un choque más físico y como en liga, volvió a confiar en la pareja zurda Mathieu-Alba como estilete por la banda.
Y aunque el Barça salió más protegido para contrarrestar ese ala izquierda che, los valencianistas hicieron buena su mejor arma y consiguieron adelantarse en el 26. Fue una gran jugada del Valencia, que rompió la presión azulgrana con una certera triangulación en el centro del campo.
La precisión de los toques dejó solo a Mathieu, que sorprendió en su primera aparición por la izquierda y puso un balón medido a Jonas, que batió a Pinto por bajo.
El gol dio alas a los valencianistas que como en liga descubrieron que eran peligrosos por las bandas. Pero si algo caracteriza a este Barça es que no desfallece. Tiene un plan y lo sigue a pies juntillas. Merecía empatar y lo consiguió. No de jugada, sino a balón parado. Fue Puyol, una vez más, el que apareció en el segundo palo para firmar un testarazo a la vieja usanza. El de La Pobla ponía las tablas y la justicia en el marcador en el minuto 34.
En la segunda parte fue otra historia. El Barça se sacudió algo más la presión che y pudo sentenciar la eliminatoria. Incluso tuvo momentos en los que bordó el fútbol, pero le faltó acierto. Le pasó a Alexis, al que anularon un gol por estar algo adelantado, le ocurrió a Messi, que marró un penalti (Alves le engañó de forma magistral), y le sucedió a Dani Alves, que estrelló un balón en la madera. El Barça fue mejor y gozó de más ocasiones frente a un Valencia muy competitivo, si bien los de Guardiola no pudieron concretar y dejaron todo pendiente para la vuelta. El del Camp Nou se presenta como un choque de alto voltaje.