Británicos de libro
Los súbditos de la reina Isabel II no se alejan demasiado del tópico del británico tipo: clasista, borrachín y orgulloso, mucho, del papel de sus compatriotas en la Segunda Guerra Mundial
MADRID Actualizado: GuardarTodos los estereotipos nacionales encierran algo de cierto, pero ¿qué porcentaje de verdad? Seis medios de comunicación europeos han explorado los clichés con los que cargan cada uno de sus países y los resultados, sobre todo en el caso del Reino Unido, se ajustan… al tópico. A grandes rasgos, los periodistas de este lado del Canal de la Mancha concluyen que los británicos son unos clasistas y unos bebedores compulsivos que se sienten muy orgullosos de su papel en la Segunda Guerra Mundial. Al periodista del 'Guardian' londinense Jonathan Freedlan le ha tocado desmontar los mitos, pero no le ha resultado fácil, como él mismo reconoce. "Sería bonito decir que nuestros vecinos están totalmente equivocados, pero tristemente, los clichés solo llegan a convertirse en clichés si se fundamentan en la realidad", escribe en su diario.
Freedlan comienza analizando la relación de los británicos con la bebida. Y no es tan mala como puede parecer. Según el último estudio de la OCDE, Gran Bretaña figura en el puesto 11 entre los países europeos que más alcohol consumen, en un ránking que encabezan Francia, Portugal y Austria, que ocupan los tres puestos de honor. Sin embargo, en este informe existe un dato que invita a pensar que los hábitos alcohólicos están muy arraigados en las islas: mientras los franceses, los alemanes, los españoles y los italianos beben cada vez menos, los británicos ingieren un 9% más de alcohol que en 1980. Y quizá eso no es lo peor. Asusta más conocer cómo consumen alcohol los británicos. Lo hacen compulsivamente, de un modo que ellos llaman 'binge-drinking' y que podría definirse como 'botellón exprés'. El 54% de los británicos de 15 y 16 años reconoce que bebe a toda velocidad hasta perder el sentido, frente a una media de Europa algo menor, aunque también preocupante: el 43%.
La conciencia de clase, un estereotipo que coinciden en señalar los periodistas foráneos, sí parece un rasgo marcado en el ADN de los británicos. La OCDE sitúa a Gran Bretaña como uno de los países en los que menos posibilidades de ascenso social existen. El hijo de un británico pobre tiene muchas más posibilidades de llevar una vida apurada que el hijo de un italiano, de un francés, de un español o de un alemán. Como resume muy bien Freedlan: "¿Qué mensaje creen los británicos que exportan cuando su mayor aportación cultural en 2011 fue 'Downton Abbey', una serie sobre la complejidad de las relaciones sociales?".
A los británicos, sin embargo, no les preocupa que piensen que están 'obsesionados' por la Segunda Guerra Mundial. Al contrario, sienten un legítimo orgullo por aquel periodo de 'sangre, sudor, esfuerzo y lágrimas', 1939-1945, que gestó la moderna Gran Bretaña y que los situó en un buscado aislamiento que ayuda a explicar, 70 años después, por qué difieren del resto de la Unión Europea en tantas cosas.
Y el artículo concluye explorando la idea extendida en el extranjero de que los británicos son muy tolerantes. ¿Lo son, como creen el resto de los europeos? Probablemente sí, dice el periodista del 'Guardian', gracias, además, a instituciones públicas que conservan su prestigio, como el Servicio Nacional de Salud o la BBC.