BALONMANO | EUROPEO DE SERBIA

Dinamarca vuelve a ser el verdugo

España cae derrotada a las puertas de la final merced a sus propios y numerosos errores en ataque

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Dinamarca parece haberse convertido en la bestia negra de España, a la que ha eliminado en dos semifinales seguidas. Y eso que tal y como pregonaba Valero Rivera, la selección estaba mejor preparada ante un combinado danés que había hecho un campeonato más que discreto. Como discreto fue el partido de este viernes de los vikingos, aunque enfrente se encontró una selección española que solo fue un reflejo de sí misma los primeros quince minutos. A partir de ahí, los errores de bulto, las pérdidas y la precipitación en los lanzamientos dejaron en bandeja la victoria a los daneses, a los que incluso les costó aceptar el regalo. La docena de balones enviados directamente fuera fueron una rémora para el equipo español e hizo titubear a Valero Rivera con cambios de posiciones y de hombres que esta vez desorientaron más que ayudaron. El 25-24 final refleja la impotencia de un equipo que tuvo la pájara en el peor día posible y, lo que es peor, fue incapaz de solventarla.

Y es que el partido se inició con el mejor guión para España, con un ataque fluido y una defensa 5-1 que se convirtió durante los primeros quince minutos en una cruz para los daneses. La selección vikinga sabe contragolpear y lanzar, pero se encuentra con muchos problemas a la hora de crear espacios porque su primera línea es especialmente estática. Roberto se bastaba para poner en aprietos al ataque danés, donde Hansen no encontraba nunca su posición. Además, en ataque, Raúl, Sarmiento y Gurbindo movían con velocidad el balón y aunque apenas llegó a los extremos, dispusieron de oportunidades para batir a Landin.

El partido transcurría plácidamente para los intereses españoles hasta que Alberto Entrerríos sustituyó a su hermano. El mayor de los asturianos no dio una a derechas en ataque. Sin duda, Valero Rivera lo puso en cancha para rematar a los daneses (3-6), pero lo único que consiguió fue que el marcador se apretase. Precipitado en las acciones, sin buscar a su gran aliado Aguinagalde, los balones que pasaron por las manos de Alberto Entrerríos en la primera mitad fueron una bendición para el conjunto danés. Y además, debió contagiar a sus compañeros, que también entraron de nuevas tras el ecuador de la primera mitad, porque Dinamarca resurgió y se colocó con un 9-10 peligroso (min. 15). Ahí pareció bloquearse el ataque español, que ni tan siquiera puso a prueba a Landin, porque los balones iban directamente fuera. Los daneses, sin hacer absolutamente nada del otro mundo, aprovecharon la pájara española para ponerse por delante e incluso para aumentar su ventaja en una nueva pifia de la defensa española en el último lanzamiento, con el reloj parado y la defensa perfectamente formada. Era el primer gol de Hansen y puso el 12-10 con el que se llegó al descanso. Nada menos que un cuarto de hora de la selección española sin anotar un solo gol.

Solo se salvó Sierra

El descanso se supone que debía hacer reflexionar al combinado de Valero Rivera, pero saltó a la cancha con los mismos defectos que en la primera mitad, solo que aumentados por la confianza danesa en sus opciones y en un Lauge Schmidt que jugó a sus anchas. El técnico se vio obligado a pedir un tiempo muerto, porque Dinamarca caminaba hacia la final con paso firme (16-12) y encontró como solución a Iker Romero. Mal asunto para España si la solución al juego combinativo y de velocidad que tanto ha preconizado el seleccionador es el veterano Iker Romero. Quizás podría ofrecer más juego sobre un olvidado Aguinagalde -que si marcó cinco goles al final fue por su espíritu de lucha en los rebotes, no porque sus compañeros se acordasen de él en los ataques-, pero tampoco el vitoriano tenía preparado el tarro de las esencias. Ni siquiera en las superioridades España supo jugar a una Dinamarca que se crecía viendo el marcador y ofrecía todo un recital de pases y más pases en ataque ante la permisividad de los árbitros eslovenos.

El cambio a la defensa 6-0, un par de arreones de Maqueda, más por cabezonería que por juego y, sobre todo, la soberbia actuación de Sierra (17 paradas del jugador del Cuatro Rayas Valladolid) colocaron a España en disposición de recuperar el terreno perdido (19-18, min. 48). Llegaba la hora de la verdad, de dar el paso hacia la final o hundirse. Y España no supo jugar. Ni siquiera cuando dos nuevas paradas consecutivas de Sierra dieron a los de Valero la posibilidad de colocarse por delante después de muchos minutos. Pero se falló una vez más, como los cerca de una docena de balones que los jugadores españoles enviaron directamente fuera. Este viernes no era el día de España, ni de Valero Rivera, que salvo la defensa 6-0 dio bandazos con una primera línea en la que ni Alberto Entrerríos ni Canellas tuvieron su día. El veterano jugador asturiano tuvo en sus manos el empate, con más de medio minuto por delante para anotar un gol y forzar la prórroga, pero eligió mal y a destiempo su pase a Ugalde. Era la guinda que colmaba una actuación mala del equipo español, incluida del técnico, y de la que solo se salvó Sierra.

España, con un partido perdido, se queda fuera de la final. Y los daneses, con dos derrotas en su haber y quizás en el partido en el que menos cosas hicieron para ganar en todo el campeonato, cortaron de nuevo, como ya hicieran en el Mundial, las aspiraciones de España de luchar por el oro.