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Messi responde a Pelé con un 'triplete'

El Barça sigue la estela del Madrid con una goleada al Málaga

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El tiempo dirá si Messi es el mejor jugador de toda la historia. Pelé no lo cree y esta semana ha retado a ‘La Pulga’ de Rosario. «Cuando Messi haya marcado 1.283 goles y ganado tres Mundiales, hablamos». El argentino nunca entra en guerras dialécticas pero en esta ocasión demostró que le tenía ganas a ‘O Rei’ y lanzó un mensaje muy claro al mundo futbolístico: ‘hat trick’ en Málaga y exhibición de altura. El Barça necesitaba ponerse las pilas como visitante y recurrió a su mejor hombre, Messi, que acudió a la llamada de su técnico. «No hace falta ganar Mundiales ni marcar más de mil goles para demostrar lo que es, un jugador inmenso», dijo Pep sobre el desafío de Pelé.

Aunque no solo Messi estuvo estelar. En Málaga, todo el equipo dio una imagen muy buena, muy fresca, de conjunto que se ha armado de moral tras ganar en Chamartín. Y es que aparte del 1-3 liguero del Bernabéu, el Barça hizo este domingo en La Rosaleda el mejor partido del año como visitante. El cuadro azulgrana no acababa de encontrar el tono en sus salidas y sufría de cara a gol. Le pasó no hace mucho en Cornellà. Pero el equipo cree que ha llegado el momento de dar un puñetazo en la mesa y, después de la exhibición del Bernabéu en Copa, entra en una fase de la temporada en la que quiere marcar de cerca al Real Madrid. No hay margen de error. Lo hizo a costa de un flojo Málaga, que salió goleado, lo que pone en una situación complicada a Pellegrini, cuyo proyecto no acaba de despegar. Los andaluces empezaron la campaña con objetivos muy ambiciosos y puede que acaben el año más frustrados que otra cosa. Tienen grandes nombres, si bien les falta regularidad. Y un patrón de juego.

De hecho, el Málaga no planteó el partido que había anunciado su técnico: «Frente al Barça saldremos con la misma convicción que salimos ante el Madrid en la Copa. Vamos a intentar lo que muchos consideran un absurdo: tener más la pelota que el Barça, no quitársela, no, sino tenerla, manejarla. Mientras más rato la tengamos nosotros, menos la tienen ellos». O sus jugadores no le hicieron caso o simplemente no pudieron poner en práctica la pizarra del chileno.

La cuestión es que su equipo se echó atrás, fijó la línea de la defensa a pocos metros del borde del área y, salvo Van Nistelrooy, todos los jugadores malacitanos defendieron en su campo. La idea era robar rápido y lanzar las contras a Isco y Van Nistelrooy. Pero hubo dos problemas. Uno, que el Barça perdió pocos balones. Y segundo, que ‘Vangol’, excelente delantero y mejor definidor, no está para ganar balones en largo de 40 metros a Abidal o Piqué. Cazorla sí lo está, pero Guardiola supo neutralizarle, poniendo a Abidal de lateral muy adelantado. Más o menos lo que suele hacer con Alves. El francés se hartó de subir la banda y aunque Cazorla no le seguía todas las veces, sí que tenía que recular más de la cuenta.

Su equipo, por tanto, ya cojeaba cuando tenía que salir a la carrera. Aun así, el Barça, que tenía el control del balón y de los espacios, no creaba demasiado peligro. Le faltaba fluidez y rapidez en el pase. En parte, porque Guardiola, que volvió a apostar por una defensa de cuatro (seguramente pensando en el juego de banda del Málaga), decidió dar descanso a dos de sus hombres más creativos: Xavi y Cesc. Mucha calidad en el banco, por lo que su equipo se resentía en la elaboración. El Málaga cerraba todos los espacios, pero el Barça tenía intensidad, rigor en la presión y no estaba dispuesto a perder más puntos como visitante.

Broche de oro de Messi

«Si no empezamos a ganar fuera y cogemos una buena dinámica, no ganaremos la Liga», dijo Guardiola. El de Santpedor pidió a los suyos un poco más y ese plus se lo concedieron. Sobre todo, Messi. Empezó el partido deslumbrando como pasador desde el borde del área y acabó dando una lección (el decimocuarto ‘hat trick’ de su carrera) como goleador. Su gran tarde empezó a gestarse a la media hora de partido. Arrancó en la medular, asistió a Iniesta, el de Fuentealbilla abrió a la banda y Adriano desde el extremo izquierda lanzó un centro que remató Messi de cabeza al fondo de la red. Golazo desde el punto de penalti de un Messi que fue capaz de iniciar y acabar la jugada. Se le notaba que tenía hambre. El tanto no relajó a los azulgrana, que siguieron presionando arriba, en parte porque veían que Demichelis y Mathijsen (muy lentos) sufrían demasiado para sacar la pelota.

Ni siquiera el descanso relajó a los blaugranas, que mataron el partido al poco de arrancar la segunda parte. De nuevo por la parte izquierda. Adriano centró a Thiago, que lanzó desde el borde del área, atajó Willy y Alexis se hizo con el rechace e hizo el segundo. La sentencia llegó poco después. Tuya-mía de Messi con Thiago, el argentino entró por el centro, como un bisonte, y ante dos o tres defensas, que no llegaron a taparle. Otro golazo para meter presión al Madrid.

A falta de media hora, Pellegrini intentó salvar los muebles. Sentó a Van Nistelrooy y Maresca y dio entrada a Seba y Rondón. Pero ya era demasiado tarde. Sobre todo porque Messi quería hacer un ‘hat trick’, como poco. Y hasta la fecha todo lo que se propone lo consigue. Arrancó desde el centro del campo, condujo el balón a una velocidad tan endiablada que todo el que le salía al corte no era capaz de detenerle. Definió como solo él sabe hacer y puso el broche a una primera vuelta en la que ha hecho la friolera de 22 tantos, su mejor marca hasta la fecha. El gol de Rondón no hizo más que maquillar el resultado.