Se reanuda la búsqueda en el 'Costa Concordia'
El suyo es uno de los dos cadáveres localizados en las últimas horas en el interior del buque
ROMA Actualizado: GuardarLos equipos de rescate han reanudado las labores de búsqueda de los 29 desaparecidos -la cifra ha sido elevada esta tarde, según ha confirmado el comadante general de la Capitanía de la Guardia Costera de Puerto italiana, Marco Brusco- por el naufragio del crucero 'Costa Concordia', varado frente a la isla italiana de Giglio. Estos trabajos habían quedado interrumpidos después de que el buque registrase algunos movimientos, pero las autoridades finalmente han determinado que no suponen ningún peligro. No obstante, a partir de ahora las operaciones de búsqueda sólo se desarrollarán durante el día.
Unas horas antes, los familiares del mallorquín Guillermo Gual han identificado su cadáver en el hospital de Grosseto, en el centro de Italia, después de que fuese encontrado anoche en el interior del crucero 'Costa Concordia', que encalló el pasado viernes frente a las costas de la isla del Giglio (centro de Italia). Fuentes diplomáticas han confirmado que un sobrino de la víctima que viajaba con él en el crucero y permaneció en Italia y un familiar llegado desde Palma de Mallorca han reconocido el cadáver de Gual.
Los equipos de rescate han encontrado el cadáver de una sexta víctima del naufragio del crucero 'Costa Concordia' frente a la isla de Giglio, según ha informado este lunes el diario italiano 'La Reppublica'. Al parecer, se trata de uno de los pasajeros que hasta el momento se encontraban en paradero desconocido, aunque se desconoce su identidad. Los equipos de rescate han encontrado el cadáver en el segundo puente, una de las zonas no inundadas del crucero, con el chaleco salvavidas puesto.
Anteriormente, tres personas -dos viajeros y un miembro de la tripulación- del barco crucero 'Costa Concordia', naufragado en la isla de Giglio, habían sido rescatados con vida, 36 horas después del siniestro, a la vez que habían sido localizados los cadáveres de dos hombres. Uno de esos dos cadáveres es el de un español que se encontraba desaparecido, según la agencia italiana Ansa. Se trata de Guillermo Gual, de 68 años y procedente de Palma de Mallorca (Baleares). El otro cuerpo corresponde a un italiano, Giovanni Masia.
Casi dos días después del naufragio del mayor barco crucero italiano, más de un centenar de bomberos y decenas de buzos continúan la carrera contra el tiempo para intentar localizar a las quince personas que siguen dadas por desaparecidas.
Los rescatados hoy son una pareja coreana -Hye Jim Jeong y Kideok Han, ambos de 29 años- que fue localizada en el interior de su cabina, en el puente octavo del crucero, de once plantas. La pareja, en viaje de novios, había subido al barco en Civitavecchia, a 70 kilómetros al norte de Roma, pocas horas antes del naufragio, ocurrido a las 20.45 horas GMT del pasado viernes, al chocar la nave con una roca de veinte metros, que causó un agujero en el casco de 70 metros de longitud. El otro es el italiano Marrico Giampetroni, comisario jefe de a bordo del 'Costa Concordia', que fue localizado en una zona anegada y los bomberos tardaron en llegar hasta ella, ya que en la planta había paneles y otros materiales descolgados y en estado ruinoso, lo que hacía peligroso el rescate.
Otros dos pasajeros fueron localizados en Roma. Se trata de dos japoneses que se presentaron en una comisaria de policía y contaron que desde Porto Santo Stefano, el puerto más cercano a la isla, subieron junto a otros dos compatriotas en un autobús con destino a la capital sin que nadie les controlara.
Los hallazgos de personas con vida acentuaron la esperanza de encontrar vivos al mayor número de desaparecidos, hasta que a media tarde fueron localizados los cadáveres de dos hombres ancianos, lo que coloca el número de fallecidos en cinco y el de desaparecidos en quince, según ha afirmado el presidente de la región de Toscana, Enrico Rossi. Además de Guillermo Gual y Giovanni Masia, los fallecidos son una pareja de turistas franceses, Francis Serve y Jean-Pierre Micheaud, y un peruano miembro de la tripulación, Thomas Alberto Costiglia
Ayudados por perros adiestrados en la búsqueda de personas vivas, bomberos y buzos continúan la búsqueda de supervivientes en el coloso de los mares de 114.000 toneladas, 291 metros de largo, 62 de altura, once puentes y con capacidad para 3.780 personas. La búsqueda es cabina por cabina, con la esperanza de que alguien pudiera haber quedado bloqueado en las mismas y no hubiese podido salir. Y es que tras irse la luz en el barco por el choque, las cerraduras de las cabinas, que son electrónicas, quedaron bloqueadas y según fuentes de los bomberos no se descarta que algunos de los viajeros dados por desaparecidos estén en las mismas, sin poder comunicarse con el exterior.
Reconstrucción del accidente
La Justicia italiana aún investiga lo ocurrido pero el boquete de 70 metros que se veía ayer en la panza del buque, con un gran peñasco arrancado de cuajo y aún incrustado, no dejaba muchas dudas. La primera reconstrucción indica que la nave se acercó peligrosamente a tierra, siguiendo la habitual costumbre de pasar junto a la isla tocando la sirena para saludar a los vecinos. Ayer se veían vídeos de hace pocos meses con el paso del barco desde tierra. Pero debía navegar a tres millas y encalló a escasos 500 metros del puerto, algo que fue decisivo para salvar al pasaje.
La primera explicación a la Fiscalía de Grosseto del comandante, Francesco Schettino, 52 años, once de servicio en la compañía, fue sorprendente: aseguró que había chocado con un arrecife que no figuraba en las cartas naúticas, a 300 metros de la costa, y decidió acercarse a puerto por seguridad, donde encalló. "En teoría esa roca no debía estar allí", declaró a una cadena televisiva. Anoche también circulaba la tesis de que el choque tuvo lugar, en realidad, algunas millas antes pero el barco siguió su ruta, rumbo a la isla, pensando que podía gestionar la emergencia. De hecho en el primer aviso llegado a la Capitanería del Puerto se informó de que en la nave "entraba agua".
Lo sucedido no está nada claro y a última hora de ayer, el fiscal ordenó el arresto del comandante y el del primer oficial, Ciro Ambrosio. Les acusa de "impericia" por "haberse acercado a tierra muy torpemente" y, además, de "fuga", por abandonar la nave antes de tiempo. Schettino se fue a las 23.30 horas, mientras la evacuación fue muy lenta y a las tres de la mañana aún quedaba un centenar de personas a bordo. La investigación baraja los cargos de naufragio, desastre y homicidio.
El barco está secuestrado y ha sido recuperada la caja negra. En cuanto a la posible segunda parte de este tipo de siniestros, el riesgo de una fuga de combustible (quedan en los depósitos alrededor de 2.380 litros), el Ministerio de Infraestructuras italiano asegura que "ya están tomadas las medidas para evitar cualquier contaminación".
"Evento imprevisible"
El director general de la naviera, Gianni Onorato, defendió al puente de mando: "No es correcto decir que la nave estaba fuera de su ruta, ha sido un evento imprevisible, agravado por la inclinación de la nave, también imprevisible". Además, aseguró que la operación de socorro se mantuvo en los tiempos previstos. Sin embargo, a última hora de ayer trascendían graves acusaciones de la propia tripulación, recogidas por un medio italiano. Un oficial afirmó: "Estábamos demasiado cerca de la costa. Ha sido seguramente un gravísimo error humano, la ruta es la de siempre, pero cuando se navega bajo costa no se utiliza el piloto automático, sino el manual, y queda a discreción del comandante elegir la distancia de la costa. Esta vez ha arriesgado demasiado".
El impacto se produjo hacia las 21.45 horas. El barco había salido dos horas antes del puerto de Civitavecchia, el más cercano a Roma, donde los pasajeros habían bajado a pasar el día en la ciudad. La ruta del crucero era circular y recorría Barcelona, Palma, Palermo, Roma, Savona y Marsella. Todos los pasajeros entrevistados asocian el momento del choque con la zozobra del barco, y niegan que pasara tiempo entre un episodio y el otro. Es decir, dudan de la versión de un accidente previo.