El delantero colombiano del Atlético de Madrid Radamel Falcao (d) intenta superar al jugador del Villarreal Joan Oriol. / Efe
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Simeone rehabilita al Atlético

Con actitud irreprochable, buen juego y una excelente sociedad Adrián-Falcao, los rojiblancos pasaron por encima de un Villarreal esperpéntico

MADRID Actualizado: Guardar
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Aunque Simeone ejerció de Maguregui al pregonar que se conforma con tener una ocasión, marcar y ganar por la mínima, su Atlético fue muy ofensivo y vistoso en el estreno del ‘Cholo’ como técnico en el Calderón. Vaya por delante que hoy por hoy el Villarreal es uno de los equipos más flojos de Primera, sin fútbol y si alma, pero los rojiblancos completaron un partido notable en el que ganaron con suma facilidad y debieron golear.

Si en Málaga el Atlético mostró solo una actitud encomiable, esta vez acompañó ese espíritu de buen juego. Recordó al equipo pujante de los primeros partidos con Manzano en casa y su triunfo resultó incontestable pese a que lo encarriló con dos tantos muy polémicos de Falcao. El primero porque Adrián, el mejor socio del colombiano, arrancó quizá en fuera de juego, y el segundo porque la acción del penalti de Gonzalo se produjo fuera del área.

A partir del buen orden defensivo, los del ‘Cholo’ ganaron el balón y lo jugaron con buen criterio, rapidez y profundidad. Les faltó acierto en el último pase y en el remate final para lograr un triunfo escandaloso. Muy fortalecidos con Tiago y Gabi como pareja de medios bien coordinados y atentos, disfrutaron de buena salida de balón y no dejaron ni respirar a los adormilados castellonenses.

Tiago, el eje

Diego llevó la manija ofensiva del equipo escorado a la derecha, tanto Juanfran como Filipe ofrecieron amplitud y profundidad con sus incorporaciones desde los costados, y la entrada de Adrián fue una liberación para Falcao, gozoso con más espacios. Fue un Atlético intenso, generador de numerosas ocasiones.

Le faltó pegada para resolver en ese primer acto. Se lo mereció mucho antes pero el primer gol llegó ya cerca del descanso. Una jugada en el límite del fuera de juego. Tiago se asoció con Adrián y el pase de la muerte del asturiano lo definió el ariete colombiano en boca de gol. Del Villarreal no había noticias interesantes. Pérdidas constantes del esférico y desatenciones defensivas. Un once romo que solo una vez se acercó a las inmediaciones d Courtois.

El Atlético evitó el peligro de caer en el nerviosismo al resolver pronto en la reanudación. Taconazo de Adrián y derribo de Gonzalo a Falcao al borde del área que Turienzo señaló como penalti. Marcó el colombiano con ‘paradinha’ y los ‘colchoneros’ dieron un paso atrás para mostrarse al contragolpe, su método tradicional. Diego cerró su gran partido con un bonito gol, regalado, eso sí, por Zapata, nefasto en la salida. Simeone, coreado desde la grada, cambia la cara del Atlético pero Molina tiene un arduo trabajo para reflotar el ‘submarino amarillo’. Este Villarreal es un esperpento.