Eduardo Torres-Dulce será el nuevo fiscal general del Estado
Es un fiscal del Tribunal Constitucional que tendrá que conducir el fin de ETA y tratar con Gallardón la reforma de la instrucción penal
MADRID Actualizado: GuardarEl Ministerio de Justicia llevará este viernes al Consejo de Ministros el nombramiento de EduardoTorres-Dulce como nuevo fiscal general del Estado, en sustitución de Cándido Conde-Pumpido, que estuvo casi ocho años en el cargo. Torres-Dulce (Madrid, 1950) procede de la Fiscalía del Tribunal Constiucional, es el número dos de la carrera fiscal -sólo superado por el teniente fisca del Tribunal Supremo, Juan José Martín Casallo- y tiene un perfil moderado entre sus compañeros y juristas.
El nuevo fiscal general ostentará la dirección de un órgano de relevancia constitucional e integrado con autonomía en el Poder Judicial, que tiene como misión promover la acción de la Justicia en defensa de la legalidad, de los derechos de los ciudadanos y del interés público tutelado por la Ley. Es el conocido «acusador público». Torres-Dulce llega al cargo en un momento crucial para el Ministerio Público, con la carrera fiscal esperando la ansiada reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (Lecrim), que dotaría a los fiscales de mayor peso en la instrucción del proceso penal en detrimento de los jueces.
Precisamente, el presidente de la Asociación de Fiscales, Francisco Jiménez Villarejo, destacó hoy que esta reforma será primordial en esta legislatura, pero antes de nada es básico construir los cimientos normativos de la nueva ley. Estos pasarían por crear nuevos reglamentos para la Policía Judicial o cambiar el estatuto de la carrera fiscal para darle mayor «autonomía».
«Es importante que la reforma de la Lecrim no se quede a medio gas y eso pasa por reforzar las garantías de los procesados, de las víctimas y discernir claramente las tareas de los fiscales y de los jueces en la investigación de los procesos penales», señaló Jiménez Villarejo, a cuya asociación pertenece Torres-Dulce, en la que ha ejercido tareas ejecutivas. Sin embargo, el asunto capital para el nuevo fiscal general será pilotar el fin de ETA con el resto de los actores judiciales del Gobierno. Un tema espinoso después de que la banda terrorista anunciará el «cese de las acciones armadas».
Extenso bagaje
Tras su designación por el Consejo de Ministro, la propuesta de Torres-Dulce requiere del dictamen posterior del Consejo General del Poder Judicial. Después, el Gobierno la comunicará al Congreso a fin de que la persona elegida comparezca ante la Comisión de Justicia a fin de valorar «los méritos e idoneidad del candidato propuesto». El estatuto fiscal establece como requisitos que se trate de un jurista español «de reconocido prestigio» y con más de 15 años de «ejercicio efectivo de su profesión». Una vez nombrado, el designado prestará ante el Rey el juramento o promesa de su cargo y tomará posesión ante el Pleno del Supremo.
Acredita un extenso currículo en el que se recoge que es licenciado en Derecho, en 1975 ingresó por oposición en la Escuela Judicial y, tras cursar el periodo de prácticas, optó por la Carrera Fiscal. Ejerció como tal en Sevilla, Guadalajara y Madrid. Después pasó por la Fiscalía del Constitucional, cargo que desempeñó hasta 1996, cuando fue nombrado jefe de la Secretaría Técnica de la Fiscalía General del Estado. En febrero de 2000 fue elegido vocal del Consejo Fiscal y en marzo de ese año fue nombrado fiscal de Sala del Supremo antes de regresar al Constitucional. Más allá de su trayectoria jurídica, es conocida su enorme afición al cine y es colaborador del director José Luis Garci en sus tertulias televisivas.
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