Rajoy duda entre congelar y bajar el sueldo a los funcionarios
Prepara el decreto de medidas urgentes que incluye además la actualización de las pensiones y el cierre de la oferta de empleo público
MADRID Actualizado: GuardarEl Gobierno dedicó su primer día de trabajo con normalidad a afilar la tijera para el decreto de medidas urgentes que aprobará en el Consejo de Ministros de este viernes. La congelación o la rebaja de los sueldos a los funcionarios de todas las administraciones será la decisión estrella y el Ejecutivo se debate entre dejar las remuneraciones sin cambios o reducirlas. Lo que no habrá en ningún caso es actualización de los sueldos en relación a la inflación y mucho menos un aumento.
La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría avisó ayer de que el paquete del penúltimo día del año contendrá medidas "prioritarias e impresindibles" para hacer frente a la crisis, pero no será el ajuste del gasto definitivo. Ese vendrá con los Presupuestos del Estado para 2012, que se presentarán en marzo y serán aprobados en junio.
Para abrir boca, el Consejo de Ministros aprobará la actualización de todas las pensiones a partir del 1 de enero, el decreto de no disponibiidad de gasto durante el primer trimestre del próximo año, la tasa de reposición cero para los funcionarios, es decir que las plazas de los trabajadores públicos que se jubilan o fallecen no se cubren. La única duda por despejar es qué va a pasar con las remuneraciones de los empleados del sector público, si se van a congelar o rebajar de nuevo.
Dejar los sueldos de los funcionarios en la nevera por segundo año consecutivo supondrá un ahorro de unos 2.000 millones de euros, según los primeros cálculos gubernamentales. La medida afectaría a los trabajadores públicos de todas las administraciones, es decir a 2,6 millones largos de personas. La mitad son asalariados de las comunidades autónomas, algo más de 600.000 de los ayuntamientos y diputaciones, 583.000 son funcionarios estatales y poco más de 100.000 cobran su nómina en el mundo universitario.
El presidente del Gobierno no dejó claro su posición al respecto antes de las elecciones del 20 de noviembre. Sí concretó que no iba a subir los sueldos, y supeditó al conocimiento exacto del estado de las cuentas públicas la congelación o la reducción. Una rebaja no se había producido nunca hasta que José Luis Rodríguez Zapatero ordenó el 12 de mayo de 2010 una mengua del 5% de media. Congelaciones, en cambio, ha habido dos, la que dispuso Felipe González en 1994 y la de 1997, cuando Mariano Rajoy era ministro de Administraciones Públicas.
Mil millones más
No sería de extrañar que este viernes se apruebe la segunda rebaja de la historia ya que, según anticiparon dirigentes del PP antes de la formación del Gobierno, es necesario atajar el déficit desde el primer momento y un recorte de ese tipo implicaría por lo menos mil millones de euros adicionales de ahorro. Si Rajoy opta por esta opción se seguirían los mismos criterios que empleó Zapatero, rebajas más fuertes a los sueldos más altos, en 2010 la media fue de 8%, y más suaves a los más bajos, hace dos años fue el 2,6% de media.
Sáenz de Santamaría no despejó ayer la incógnita, sólo confirmó que el viernes habrá un decreto de medidas urgentes "para salir de la crisis".
El ahorro que supondrá ese paquete aún no está cuantificado, pero ascenderá a varios miles de millones de euros ya que en 2012 la reducción del gasto, como mínimo y siempre que se cumplan este año los objetivos de déficit, será de 16.500 millones de euros. Cifra que es muy probable que tenga que ser mayor porque parece poco factible que a fin de año los números rojos del Estado consigan bajar hasta el 6%. Con que se desvíen un punto, el ajuste en 2012 aumentaría entre 10 y 12.000 millones de euros para alcanzar el 4,4% de déficit el próximo año, que es lo pactado con la Unión Europea y que para Rajoy es "irrenunciable".
Durante la toma de posesión de los nuevos secretarios de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, y de Comunicación, Carmen Martínez Castro, la vicepresidenta señaló que, sea cual sea la decisión que se tome, congelación o rebaja para los funcionarios, el Gobierno actuará con "sinceridad" y explicará sus razones aunque la medida que se adopte sea dura e impopular.
El Gobierno, entretanto, ya trabaja para cumplir su calendario. Ayer envió al Congreso la solicitud de comparecencia de todos los ministros y la vicepresidenta en cuanto sea posible. Prepara asimismo sus tres primeros proyectos de ley, el de estabilidad presupuestaria, transparencia de las administraciones y apoyo a los emprendedores.