La modelo estadounidense Karlie Kloss, exhibe una imagen esquelética en el reportaje de Vogue. /Vogue
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A vueltas con la anorexia

La polémica vuelve a la moda con las imágenes de dos modelos con un aspecto poco saludable

MADRID Actualizado: Guardar
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"Karlie Kloss luce un cuerpo musculoso y tonificado", se justificaba la edición italiana de 'Vogue' al hilo de la polémica generada por el reportaje gráfico en el que la modelo estadounidense exhibe una imagen esquelética. La respuesta de la publicación y la retirada de las imágenes de la página web no calmaron la indignación de sus lectores. La mecha había prendido y, con ella, resurgió el debate de la anorexia en la industria de la moda.

Pero ahí no acaba la controversia. Días después, la prestigiosa agencia Elite eligió como ganadora de su concurso internacional de modelos a una adolescente de 15 años extremadamente delgada. Julia Schneider con una estatura de 1,79 cm y unas proporciones corporales de 81-64-86 se acerca peligrosamente a la anorexia, según los estándares de salud. Medidas muy similares a las de Karlie Kloss, la protagonista del reportaje de la discordia. ‘El nuevo cuerpo’ que promociona la revista italiana gasta un 81-58-87, con una altura de 1,80 centímetros.

Los esfuerzos de la industria de la moda en los últimos años por promover una imagen más saludable, más real, parecen haber sido efímeros y escasos. En 2006, los responsables de Cibeles Madrid Fashion Week tomaron medidas para luchar contra los trastornos alimenticios entre las modelos. La pasarela madrileña impuso un índice mínimo de masa corporal (IMC), un 18, como condición indispensable para poder participar.

Una regla que continua a día de hoy, pero que para los propios estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS) resulta insuficiente. El organismo establece que el índice mínimo para un peso saludable es del 18,5, mientras que los casos que se sitúan por debajo del 17,5 de masa corporal se acercan a la desnutrición.

'Irracional'

De las cuatro semanas internacionales (Londres, Nueva York y París), Milán fue la única que en un primer momento decidió adoptar el famosos baremo del IMC para seleccionar a sus modelos. Sin embargo, meses después dio marcha atrás. "Imponer un mínimo habría sido irracional e inaplicable. Hemos decidido dejar a la medicina que juzgue el estado de salud de las modelos", explicó Mario Boselli, presidente de la Cámara de la moda italiana.

Las fotografías de Schneider y Kloss han encendido todas las armas ante la vuelta de los cuerpos famélicos como referente de belleza. En este punto, la industria de la moda no puede obviar que promover un canon de belleza que está basado más en la delgadez que en la curva implica transmitir un mensaje erróneo y, cuanto menos, peligroso.