
David (de hojalata) contra Goliat
Hugh Jackman protagoniza 'Acero puro', una película con buenas intenciones, valores clásicos y dosis de humor
MADRID Actualizado: GuardarCuando una multinacional como Disney decide distribuir una película que no ha producido, es porque cumple con todos los requisitos marcados por Walt Disney, que este lunes hubiera cumplido 110 años. Es decir, cine familiar con buenas intenciones, valores clásicos y dosis de humor.
Cuatro ingredientes que se pueden encontrar en las películas más clásicas del estudio y que no se han abandonado con el paso del tiempo. 'Acero puro' cumple con todos estos requisitos, sin ofrecer ninguna sorpresa, con el objetivo de hacer una película para que vaya toda la familia a las salas en esta semana tan extraña.
Un tipo de historia en las que se suele lucir Shawn Levy. El realizador se ha convertido en un verdadero experto de comedias familiares, como las dos partes de 'Noche en el museo' o 'Doce en casa', aunque también ha firmado 'Noche loca' o la primera adaptación de 'La pantera rosa' con Steve Martin. Un tipo que sabe muy bien cómo llegar al público en general. Le dio todo el protagonismo a Jackman, que se luce muscas y bíceps durante las más de dos horas que dura la película. Da vida a un boxeador frustrado, pasado a mejor vida y que debe pagar sus deudas como entrenador de robots luchadores. Unas máquinas que llegan a dar la violencia necesaria que requiere la sociedad.
Este bala perdida encuentra a su 'pepito grillo' en un hijo que no ha visto nunca pero comparte su pasión. Completa el cuadro interpretativo Evangeline Lilly, la Kate de la serie 'Perdidos' que comienza a hacerse un hueco en la gran pantalla. Después de 'Premonición', es la segunda película que estrena este otoño. Ahora está rodando las dos partes de 'El hobbit'. Pero además de los humanos, los grandes protagonistas son los robots, que se dan mamporros durante toda la película en unos combates, por cierto, muy bien patrocinados. Todo un alarde técnico para esta película de consumo rápido, sin grandes sorpresas, que encantará a los más pequeños.