Este collar está realizado con trozos de un CD tratado en un microondas. Foto: Luisa Guerrero
Algunos artistas y sus materiales
¿Qué tienen que ver los desechos de la basura con los abalorios? La nueva generación de artesanos de la joyería ha obrado el milagro de casar ambos conceptos antagónicos. Una representación de estos ‘ecojoyeros’ ha expuesto en Madrid las últimas tendencias del reciclaje de desperdicios aplicados a la joyería contemporánea. El resultado es tan sorprendente como se puede llegar a percibir como algo precioso un collar que en su otra vida fue un cedé desechado. Lo ecológico pisa fuerte en el mundo de la moda y este ámbito no es ajeno.
La exposición ha reunido a especialistas procedentes de toda España. Muchos de ellos se dedican a crear todo tipo de abalorios y objetos con distintos materiales. Pero para la ocasión presentaron sus apuestas más arriesgadas sólo con materiales reciclados.
Por ejemplo, Ángela Verez presentó, entre otros, su broche 'Ermitaño', que se puede ver en la foto de la derecha. El proceso de recopilación de materiales es, cuanto menos, sorprendente: “El codo es reciclado de los restos de unos arreglos de mi casa, la silicona viene de un tapete de bañera viejo que ya no usaba y los cristales de unos pendientes rotos que decidí renovar", explica.
El proceso de elaboración tampoco deja indiferente: "El codo no ha sido modificado, pero sí ha recibido un baño de plata y se le ha soldado un sistema de broche. Del tapete de bañera recorté con tijera las ventosas y las introduje por presión en los extremos del codo. Los cristales los desmonté de los pendientes rotos y los inserté con hilo de metal en las piezas de silicona realizando un remache con el mismo hilo para unirlos al plástico”. ¿El resultado? Al margen de gustos, resulta increíble.
Arte en el microondas
Pero si hay alguien que destaque por ir más allá en la búsqueda de materiales reciclados es María Luisa Guerrero, de la Escuela de Arte de Murcia. Se define como una “temeraria de la experimentación”. Y su valor le da resultados como el de la foto que ilustra este artículo: algo único y llamativo. Su técnica es tratar cedés desechados metiéndolos en el microondas.
Cada marca de cedés y DVD tiene una lámina metálica iridiscente que funciona de diferente forma al contacto con las microondas: varían los tonos, las direcciones de los craquelados, el tostado de la publicidad que lleven… “Experimento controlando el resultado de las distintas marcas, los tiempos, etc.”, explica.
Eso sí, quien tenga la tentación de probarlo, que se abstenga: “El microondas se rompe y emiten unos gases que no pueden ser inhalados porque son tóxicos”, advierte esta joven profesora de proyectos de joyería artística que ha acudido a la exposición Reciclamadrid con otras alumnas.
Otras apuestas como las de Rosa Méndez son estéticamente muy apetecibles. Estos collares demuestran que el caucho reciclado tiene muchas posibilidades y más de una vida. Por último, apuestas con la misma filosofía del reciclaje por bandera dan como resultado los anillos de En1000pedazos, de Marta de Paz.
Pequeños y grandes diseñadores
Esta artista recupera el vidrio soplado en pequeño formato cuyo fin sería la basura de un taller de vidrio. “Se talla, se imprime con grisallas y esmaltes y se cuece al fuego con un pedazo de la imagen de marca que elija el cliente”, explica De Paz. Finalmente lo engarza en plata de ley. Sobre precios, en este caso cuestan 22 euros.
Las propuestas de estos ‘ecojoyeros’ no disfrutan de un consumo masivo, sino que constituyen un pequeño ejemplo de una tendencia que pisa fuerte. Para muestra de esto último, ha tenido lugar un hecho reciente en este sentido que sí ha protagonizado una gran marca de joyas y bisutería.
Alex and Ani es la responsable de la última marca ‘ecofriendly’ que arrasa entre las ‘celebrities’ de Hollywood. La responsable es la diseñadora Carolyn Rafaelina, que ha apostado sus cartas a una colección 100% realizada con materiales reciclados. Será la crisis, la del bolsillo o la de valores, pero en el mundo del diseño algo se mueve para demostrar que la conciencia ecológica no esté reñida con la moda.
