Candidato Cantó
El actor valenciano ha logrado un escaño en el Congreso, en un salto a la política activa muy poco popular en nuestro país
MADRID Actualizado: GuardarA Ronald Reagan le preguntaron una vez si no añoraba su vida anterior, la de actor, y él se quedó con cara de sorpresa: «¿Por qué iba a echarla de menos? ¡Aquí tengo el mayor escenario del mundo!». El viejo presidente, de quien muchos dicen que hizo en la Casa Blanca su papel más aceptable, no es el único en ver claras conexiones entre la interpretación y la política de primer nivel: en ambos trabajos resulta esencial gustar y convencer al espectador, aunque a partir de ahí se puedan subrayar similitudes o diferencias en función de la perspectiva más o menos cínica. El caso es que, tanto en Estados Unidos como en otros países, resulta bastante común que los actores den el paso hacia la política activa y lleguen a desempeñar alguna función pública en los parlamentos o los ayuntamientos. En España, en cambio, existen muy pocos ejemplos de vocación política seria, más allá de manifas vistosas y dedos en la ceja: uno de los más llamativos es el de Toni Cantó, que hace unos días ha anunciado su propósito de presentarse a las primarias de UPyD con vistas a participar en las próximas elecciones generales como candidato por Valencia, su ciudad natal. ¿Tendremos un señor diputado Antonio Cantó García del Moral? La cosa está difícil, pero puede ser.
«Yo soy de meterme en líos y retos, y esta aventura me parece apasionante: siempre me ha gustado la política, aunque los políticos me gustan bastante menos», explica recién llegado de Miami, donde ha estado representando la obra 'Razas'. Nadie puede llamarle novato: ha tenido un papel muy activo en una formación local de Torrelodones y, en las últimas elecciones, ya participó en la campaña de UPyD, aunque solo figurase en las listas de manera simbólica, en el último puesto. ¿Qué le cautiva de la formación de Rosa Díez? «Es la fuerza que puede romper el bipartidismo. Nosotros siempre les llamamos PPSOE: me parecen más de lo mismo, se diferencian en muy poquitos matices y trabajan su discurso inoculando el miedo al otro. 'Cuidado, que vienen los rojos' y 'cuidado, que vienen los fachas', así estamos siempre, y hace falta un cambio sustancial». Cantó, a quien se ve muy cómodo en su piel de político, aboga por un cambio en la ley electoral, por la despolitización de la Justicia y por revisar algunas «estructuras duplicadas» del Estado autonómico, pero se entusiasma sobre todo al hablar de los políticos. Se entusiasma, claro, ante la posibilidad de botarles, con be: «Hay que obligar a la clase política a cambiar, algo que solo se puede conseguir relevándoles. La mayor parte de ellos no saben lo que es la vida real, nunca la han vivido: no han tenido que levantar una empresa, ni pagar autónomos, ni pedir un crédito en condiciones normales».
En Twitter, el foro donde hizo pública su decisión, ya ha sido objeto de un furibundo apedreamiento virtual, con cientos de mensajes en los que no escasea el mal gusto: «La gente como Rubén Múgica -hijo del asesinado Fernando Múgica- y Toni Cantó mira su coche por debajo antes de subirse. Ya sabéis, por aquello del boom-boom-boom», le escribe un tal Manel 'el Boig'. El actor sabe muy bien que se ha situado en el punto de mira de los sectores más intransigentes del nacionalismo: «La clase política está permitiendo que el lenguaje y las actitudes se radicalicen mucho, y eso es muy peligroso y muy malo. Los 'nacionalsocialistas' han atacado a Rosa Díez en las universidades, a periodistas como Arcadi Espada, han amenazado de muerte a la gente de Ciutadans, y los partidos no los echan. Hay una permisividad con este caldo de violencia». El problema es que un actor depende del público y de las contrataciones: ¿no teme que la actividad política perjudique su carrera? «Quiero pensar que no se debería castigar a nadie por entrar en la vida política, pero esto lo pongo entre comillas porque sé que soy un iluso y que no funciona así. De todas formas, ya me he acostumbrado a estar expuesto: llevo 26 años en la vida pública, oyendo decir sobre mí todo tipo de barbaridades sin ningún fundamento, y a veces también con fundamento. Estoy vacunado».
¡Que se presente Damon!
Toni Cantó cree que ese temor a las represalias puede tener algo que ver con la escasez de actores-políticos en España: «Puede que tengamos un poquito de miedo a lo que nos pueda ocurrir en nuestra carrera. Hay algo de eso, sí, y yo también lo siento». En Estados Unidos, en cambio, la nómina daría para filmar una película, aunque la calidad de las interpretaciones sería bastante irregular. Los dos ejemplos obvios son Ronald Reagan y Arnold Schwarzenegger: los dos gobernaron California y el primero presidió después Estados Unidos. Pero ha habido muchos más desde que, en los años 40, la actriz Helen Gahagan Douglas salió elegida para la Cámara de Representantes: ahí está, por ejemplo, Shirley Temple, que ya crecidita trató de convertirse en congresista republicana, con un programa que defendía la participación en la guerra de Vietnam, y después fue embajadora de Estados Unidos en Ghana y Checoslovaquia. O Clint Eastwood, alcalde de Carmel entre 1986 y 1988. O Fred Grandy, el sobrecargo de 'Vacaciones en el mar', que fue congresista durante cuatro mandatos y se presentó a las primarias republicanas para gobernador de Iowa. O Alec Baldwin, que ahora mismo está sopesando la posibilidad de competir por la alcaldía de Nueva York en 2013. ¡Si hasta Jesse 'The Body' Ventura, desde esa fosa abisal de la interpretación que es la lucha profesional, llegó a gobernador de Minnesota! Durante este verano, Estados Unidos se ha dedicado a discutir si Matt Damon lo haría bien como presidente del país, después de que el director Michael Moore le pidiese en público que, por favor, se presente: el actor es un activista de izquierdas que colabora con el Partido de las Familias Trabajadoras.
Algo similar ocurre en la India, el otro centro mundial de la industria cinematográfica. Las elecciones de 2004 acabaron pareciendo una entrega de premios, con siete ídolos de Bollywood como candidatos y otra treintena tomando parte en las campañas de los dos partidos principales. La presencia de estrellas de cine resulta particularmente abrumadora en el estado meridional de Tamil Nadu: el partido que gobierna actualmente, el AIADMK, fue fundado por el admirado M. G. Ramachandran y 'heredado' por su compañera de reparto J. Jayalalithaa, actual primera ministra. Joseph Estrada y Fernando Poe Jr. en Filipinas, Ediz Hun en Turquía o, en fin, la 'porno-star' Cicciolina en Italia son otros actores que lograron labrarse una carrera en la cosa pública, con distintos grados de solidez y respetabilidad.
La fama que dan las pantallas y los escenarios parece una espléndida plataforma de lanzamiento, pero Toni Cantó no tiene muy claro que la experiencia como actor suponga una ventaja para afrontar la brega política: «A la hora de dar un discurso, quizá sirva de alguna ayuda, pero no más: las formas son importantes, y quizá en campaña más, pero al final lo que importa es el discurso». Los señores que vemos en el Congreso, de hecho, le parecen pésimos intérpretes, personajillos de una peli de serie B que nadie se cree: «No son buenos actores, comunican muy mal. A Rubalcaba, por ejemplo, se le ve el cartón por todos los lados, ahora que se presenta como si nunca hubiese estado en el gobierno y tuviese todas las soluciones. Me parece una actuación patética».