preguntas y respuestas

La maldición del 7%

Las claves para entender la situación de una España en zona de rescate

MADRID Actualizado: Guardar
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La ofensiva sobre la deuda soberana de los países europeos más vulnerables se exacerba, y en este caso nos afecta de lleno. En la subasta de este jueves, el Tesoro ha tenido que pagar por sus obligaciones a diez años una rentabilidad marginal –la máxima, antes de que se suspenda la colocación- del 7% para convencer a los compradores. En el mercado secundario donde se negocian estos títulos, la diferencia de retribución respecto al bono germano del mismo plazo, conocida como ‘prima de riesgo’ de un país, ha tocado los 500 puntos básicos.

- ¿Por qué estas cifras han disparado todas las alarmas?

- Algunos analistas relacionan estos niveles con una situación de inminente rescate porque Grecia fue intervenida el 10 de mayo de 2010 cuando su prima de riesgo alcanzó los 450 puntos básicos y la Unión Europea acudió en auxilio de Irlanda al llegar este diferencial a los 544 puntos básicos en noviembre de ese mismo año. Portugal tuvo que tirar la toalla con una prima de riesgo de 627 puntos básicos el 5 de mayo pasado. Aunque en el caso luso la resistencia fue algo mayor, porque tenía que pagar por esas fechas un 8,6% a los compradores de sus títulos a diez años, las autoridades cedieron tras reconocer que no se iban a cumplir los objetivos de reducción del déficit público.

- ¿Qué acontecimientos han colocado otra vez a España en primera línea de fuego de los especuladores?

- Italia se convirtió, antes que España, en el foco de los ataques. De hecho ya superó días atrás la prima de riesgo de los 500 puntos, y también la exigencia de una elevada rentabilidad para sus bonos. La ofensiva se relajó ligeramente con la constitución de un nuevo gobierno de tecnócratas, que traslada una imagen de mayor disciplina y rigor. España consiguió un efecto parecido cuando decidió y puso en marcha una reforma exprés de la Constitución para incluir un mayor compromiso con la estabilidad presupuestaria. Los expertos creen que el periodo preelectoral y la transición a un futuro gobierno han diluido esa ventaja.

- ¿Qué consecuencias tiene la rápida escalada de la prima de riesgo de España?

- En primer lugar, encarece la financiación pública hasta niveles difícilmente soportables. Es cierto que el Tesoro pagaba más por las obligaciones a diez años en la década de la segunda mitad de los noventa, pero entonces no existía el euro, la política monetaria la decidía el Banco de España, los gobiernos podían acudir a la devaluación y España estaba haciendo méritos para formar parte de la Unión Monetaria. Hoy día, que el Estado tenga que pagar cinco puntos porcentuales más que Alemania para obtener dinero no resulta compatible con la pertenencia a una zona económica común. Sin olvidar que ese encarecimiento lo contamina todo, hace inviable la financiación de las empresas y por esa vía estrangula el crecimiento.

- ¿Tiene sentido hablar de un rescate de España por parte del resto de los socios del euro?

- El tamaño de España –su economía equivale a cuatro veces la griega- y el efecto contagio que acarrearía sobre Italia –con una dimensión aún mayor- lo hacen descartable. España no tiene un problema de liquidez, como Grecia, ni de hundimiento de su sector bancario, como Irlanda, y su deuda se sitúa en niveles controlables, puesto que equivale a una proporción del Producto Interior Bruto del orden del 67%, claramente inferior a la de Alemania, por ejemplo. Un hipotético rescate iría destinado a cubrir las necesidades de financiación de España sin tener que acudir a los mercados. Los vencimientos de deuda que, según el Tesoro, hay que atender en los tres próximos años, superan los 170.000 millones de euros, y la cobertura de los déficit previstos para ese periodo puede sumar otros 100.000 millones, siempre que se cumplan los compromisos adquiridos.

- ¿De qué recursos dispone el Fondo de Rescate?

- La primera dotación, incluidos avales, fue de 440.000 millones de euros, y el Consejo Europeo de finales de octubre acordó ampliar la capacidad de maniobra del fondo a un billón, mediante la posibilidad de respaldar hasta el 20% de la nueva deuda que emitan los países en dificultades. Ese compromiso debe aún ser refrendado por todos los socios. Sólo las necesidades de financiación pública de España de aquí a 2014 suponen un cuarto de la cifra 'mágica' con la que los miembros del euro quisieron disuadir a los especuladores. Y no existe justificación alguna para que países de economías menos potentes tengan que destinar sus recursos a tal fin.

- ¿Qué soluciones se están planteando para hacer frente a la crisis de la deuda?

- Cuando Italia y España sufrieron los primeros ataques de esta ofensiva especuladora, el Banco Central Europeo resucitó su programa de compra de deuda para aplicarlo a los títulos de los dos países en el mercado secundario, allí donde se negocian los instrumentos ya emitidos. Los efectos de esta timorata actuación –las intervenciones se comunican a posteriori, y sin dar detalles- se han diluido, y la institución monetaria ya no sirve de cortafuegos. Por eso se le pide una mayor y más decidida implicación. La canciller alemana Angela Merkel rechaza de plano ese compromiso con el argumento de que las compras directas de bonos (en caso español, al Tesoro) exigirían una reforma de los Tratados.

- ¿Existen otras fórmulas que no requieran cambios tan importantes, cuya aprobación por los Veintisiete podría llevar un mínimo de dos años?

- Los expertos sugieren que el Banco Central Europeo tiene la posibilidad de anclar sus compromisos, y realizar sus compras en el mercado secundario anunciando previamente los niveles ‘de riesgo’ que le llevarían a intervenir. Y podría desempeñar ese papel temporalmente, sin convertirse en prestamista de último recurso, hasta que esté en marcha el fondo de rescate reforzado, al que corresponderá en el futuro esa misión.