El líder de la federalista Liga Norte y exsocio de Silvio Berlusconi, Umberto Bossi. / Efe
crisis de gobierno en italia

Monti, bajo la sombra de Berlusconi

Italia llega hoy a la apertura de los mercados con una señal no tan clara como se pretendía

ROMA Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El economista y excomisario europeo Mario Monti fue nombrado anoche primer ministro de Italia, tras la dimisión de Silvio Berlusconi por haber perdido su mayoría parlamentaria, y afronta desde hoy el grave desafío de devolver la credibilidad al país y alejarlo de la quiebra. Como establece la praxis, Monti aceptó "con reserva", es decir, se tomará un breve tiempo para dar la respuesta definitiva, que empleará en consultas con los partidos y en cerrar la lista de ministros, que quizá esté lista hoy o lleve unos días.

No obstante, arranca con un panorama no completamente despejado. Berlusconi no se resistió a dejar su huella e invadir la escena fuera del tiempo reglamentario con uno de sus famosos vídeos, que de forma calculada eclipsó el mensaje que Monti dirigió poco después al país tras su nombramiento.

Por si había alguna duda, anoche quedó claro que el 'Il Cavaliere' pretende seguir ejerciendo en la sombra el control y dejar patente que quien manda sigue siendo él. A la misma hora en que Monti se dirigía al palacio del Quirinale, sede de la presidencia de la República, para recibir el encargo de formar Gobierno, el magnate destrozó cualquier lógica y tacto institucional para anunciar que no se rendía, sigue adelante, y presentar la nueva fase como un paréntesis que ha concedido por su sentido de Estado, empujado por la emergencia.

Es un mensaje que confirma una sospecha que no por previsible deja de ser menos inquietante: el Gobierno Monti, fruto de un amplio consenso parlamentario y enteramente dependiente de él, nace hipotecado y tutelado por Berlusconi, que se reserva la posibilidad de derribarlo y solo tiene en mente volver a las urnas cuanto antes. El vídeo evidencia que solo el acoso de los mercados le ha hecho aceptar un Gobierno técnico en vez de las elecciones y solo esa amenaza le hará tenerlo en pie. Apenas pueda reclamará lo que es suyo.

Riesgo de inestabilidad

Siempre se llega al mismo punto: a Berlusconi solo lo pueden echar los italianos. Era ingenuo pensar que se retiraría a cuidar flores. De este modo Italia llega hoy a la apertura de los mercados con una señal que ya no es tan clara como se pretendía, pues acecha el riesgo de inestabilidad. Los mercados dirán lo que piensan. La cita más importante es una subasta de 3.000 millones en bonos a cinco años.

Aunque 'Il Cavaliere' ya no era primer ministro desde el día anterior, grabó el vídeo como si lo fuera, en la sala de prensa de Palazzo Chigi, sede de la presidencia del Gobierno, y tras el escudo del Ejecutivo. Duró ocho minutos. Berlusconi aseguró que ha dimitido por sentido de Estado y "sin haber perdido nunca la confianza del Parlamento", aunque lo cierto es que la oposición se lo evitó la semana pasada para no abrir una crisis institucional en un momento crítico. Sin embargo, lamentó que su "generoso" gesto fuera acogido con insultos y pitos, en referencia a la fiesta del sábado tras su renuncia. Advirtió "con gran claridad a quien ha festejado lo que se ha definido como mi salida de escena que a partir de mañana redoblaré mis esfuerzos". "No me rendiré hasta que no consigamos modernizar Italia", sentenció. Echó la culpa de todo a una crisis "que no ha nacido en Italia, ni sobre nuestra deuda, ni en nuestros bancos, ni en Europa", y la atribuyó a la debilidad del euro y el papel del Banco Central Europeo (BCE). El momento de mayor delirio fue cuando se autocitó, leyendo pasajes de su discurso de 1994, el anuncio de su entrada en política, para recordar que aquella "declaración de amor" sigue en pie. Saludo de despedida: "¡Viva Italia, viva la libertad!".

Sobriedad

Frente a esta aparición fantasmal, Monti pronunció un breve y sobrio discurso en el Quirinale. "Podemos superar la emergencia con un esfuerzo común", dijo a los italianos, a quienes prometió "actuar con urgencia, pero con escrúpulos", y estar atento a la "equidad social" pese a que se avecinan sacrificios. Fue escoltado por Napolitano, figura central estos días, con una intervención dirigida sobre todo a parar los pies al partido de Berlusconi, el Pueblo de la Libertad (PDL). Afirmó que el cambio de Gobierno no supone un vuelco de las últimas elecciones "ni menoscabar nuestra democracia de la alternancia", sino la respuesta a una emergencia.

Y advirtió claramente: "Intentar evitar un precipitado recurso al voto y un vacío de Gobierno es una exigencia sobre la que todos deberían estar de acuerdo". Para rematarlo, recordó que de aquí a abril vencen 200.000 millones en bonos. Napolitano también dejó en el aire la duración del nuevo equipo, que dependerá "de la acción de Gobierno, de la reacción de la economía, de los mercados" y otros muchos factores.

Berlusconi y el PDL han tratado de condicionar el nuevo Gobierno hasta el final. En su comida con Monti, el magnate quiso mantener los dos ministros que gestionan lo que más le preocupa, sus procesos y sus empresas; el de Justicia y el de Desarrollo Económico, que se ocupa de comunicaciones. También quiso imponer a Gianni Letta, su mano derecha, aunque éste al final se apartó para no bloquear los acuerdos, y la garantía de que habrá elecciones pronto. Ayer el PDL dio su visto bueno a Monti, pero quiso conocer el programa y los ministros, uno de los factores que ha retrasado todo el proceso.

La tarea de Monti, por tanto, es peliaguda y cuesta arriba, no tanto por el embrollo económico en sí, sino porque también se asienta sobre el avispero de la política italiana, pacificado a la fuerza por la emergencia pero solo de forma momentánea. A la luz de lo ocurrido, una de las cuestiones a aclarar es si la posición del PDL en estos días es puntual, para obtener el máximo en las negociaciones, o si la continuará de forma beligerante. Berlusconi dijo a los suyos en la reunión del partido del sábado, en donde impuso la opción Monti, que "siempre habrá tiempo para cambiar de idea".