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Redes sociales, ¿arma de doble filo?
El efecto multiplicador de la red global ha provocado verdaderos estragos en varios cargos públicos
MADRID Actualizado: GuardarLas redes sociales se han vuelto a cobrar dos víctimas políticas, las primeras de esta campaña electoral que desembocará en los comicios del 20-N. Los últimos sorprendidos por el poder lapidatorio de la red han sido la candidata del PP en la lista al Senado por Mallorca, Francisca Pol y el coordinador de Circulación municipal del Ayuntamiento de Madrid, Fernando Autrán, que han visto como el alcance obtenido en estas plataformas se puede convertir en un arma de doble filo por el efecto multiplicador del mensaje.
La primera se vio sobrepasada por la reacción generada tras difundir en la red social Facebook un fotomontaje de la ministra de Defensa, Carme Chacón, con un pecho desnudo y la siguiente frase: “Lo que tiene que hacer una ministra del PSOE para ganar votos”. Tras el vendaval, optó por dimitir de todos sus cargos públicos.
El segundo no tuvo opción. El alcalde madrileño, Alberto Ruiz Gallardón, decidió la destitución de Autrán tras los reiterados insultos que el cesado se habituó a vertir en la red social Twitter contra otros políticos como el ministro de Justicia (“Caamaño ‘los demócratas sabrán ser generosos cuando ETA deje las armas’. Desde luego, en vez de un tiro les meteremos dos”) o el líder del PNV ("Urkullu ez de euzcadi porque ez jilipollaz"). Fueron sin embargo sus comentarios a raíz del debate electoral entre Alfredo Pérez Rubalcaba y Mariano Rajoy los que han precipitado su salida del gobierno regional. Comenzó arremetiendo contra la Academia de Televisión, organizadora del debate, y continuó soltando ‘perlas’ sobre Concha García Campoy o el presentador de la gala, Manuel Campo Vidal, (“Más pasado que el arroz”), así como de los tertulianos (“Memos de pesebre”). Su último ‘tuit’, en el que criticaba al grupo de comunicación Prisa y llegaba incluso a solicitar más EREs, colmó el vaso y se vio obligado a pedir disculpas antes de abandonar el cargo.
Casos sonados
Sorprende sin embargo que a estas alturas del partido y con la multitud de casos ejemplificadores, los personajes públicos y la clase política en concreto no transite con más cautela en tamaña exposición pública. Los deslices en las redes sociales se han convertido en algo cotidiano y, sus consecuencias, inesperadas. Un día sí y otro también, un usuario avispado coloca la lupa sobre el error ajeno con resultados insospechados. Algunos quedan en anécdotas jocosas pero, en otros casos, el efecto multiplicador de la red global ha provocado verdaderos estragos en varios cargos públicos.
Uno de los más recientes y recordados lo encontramos en EE UU, con la dimisión del congresista demócrata Anthony Weiner al trascender que el malogrado político, recién casado, había estado enviando fotos y material sexual en su cuenta de Twitter a una mujer.
En Canadá fue sonada también la dimisión de la responsable de asuntos palestinos, Linda Sobeh Ali, tras difundir un vídeo de una joven palestina citando un poema árabe con varios versos antisemitas. Las disculpas ofrecidas por Sobeh Ali por el "un malentendido magnificado intencionadamente" no sirvió para mantenerla en el puesto.
Este verano, el senador puertorriqueño Roberto Arango Vinent, un político contrario a reconocer los derechos plenos de los homosexuales, se vio obligado a renunciar a su escaño tras el hallazgo de unas fotografías suyas que le mostraban desnudo en una red social dirigida a ese colectivo.