CAMPAÑA ELECTORAL

Jáuregui y Gallardón, protagonistas del debate

La situación económica y el empleo fue el tema inicial y los propios representantes políticos se encargaron también de que se erigiera como el más importante

MADRID Actualizado: Guardar
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El debate electoral cambió ayer de formato. El cara a cara protagonizado el pasado lunes por Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba dejó paso a un duelo a cinco con hombres de confianza de los dos principales candidatos, Alberto Ruiz Gallardón (PP) y Ramón Jáuregui (PSOE), junto a tres de las figuras destacadas de IU -Gaspar Llamazares-, CiU -Pere Macias i Arau- y PNV -Josu Erkoreka-.

La situación económica y el empleo fue pactado entre las fuerzas como tema inicial del debate y los propios representantes políticos se encargaron también de que se erigiera como el más importante. El ministro de Presidencia comenzó disparando a la línea de flotación del Partido Popular al asegurar que «el Gobierno no ha tenido ayuda del PP ante la crisis, es más, ha seguido 'el cuanto peor, mejor para nosotros'», para a continuación afirmar que un cambio de Ejecutivo no solventará los problemas de España: «En Portugal o el Reino Unido la derecha ha sustituido a la izquierda y no ha habido solución a la crisis, sino solo más recortes». Gallardón, quien desde el primer momento abogó por hablar de futuro y no de pasado, se vio obligado a recoger el guante. «El PSOE no se puede excusar en el efecto internacional de la crisis porque Alemania no tiene cinco millones de parados», respondió el alcalde de Madrid antes de aseverar que «un Gobierno no puede decir nunca que la culpa de los problemas la tienen otros». Los representantes de los dos principales partidos ejercieron como protagonistas de los principales duelos, con referencias a la gigantesca deuda del consistorio madrileño o «a la resignación -que llega a ser triste, según Gallardón- del PSOE por ser consciente de que es incapaz de sacar el país de la crisis».

El regidor madrileño abordó el futuro del Estado del bienestar con el firme compromiso de que no se tocarán los fondos para educación, sanidad o pensiones: «Rajoy concurre con un compromiso claro y rotundo. Quiere conservar la universalidad de los servicios públicos». No fue suficiente para que Jáuregui abandonase la línea de su partido al asegurar que «una cosa son las palabras y otras los hechos». «Los recortes en educación o sanidad -prosiguió el socialista- ya se están produciendo en sus comunidades».

«Que paguen los que tienen»

Gaspar Llamazares fue uno de los contendientes más incisivos. Para el número uno de IU por Asturias, tanto PP como PSOE tocan una misma sinfonía, que no es otra que la de los recortes. «¿Qué resultado se ha obtenido con la política de ajustes sino una mayor recesión y la destrucción de empleo como en pocos países ocurre? Nos vuelven a proponer las mismas recetas, cuando la manera de salir de la crisis es haciendo que aporten más los que más tienen, que además son los que la han provocado», sentenció Llamazares.

En una mesa con representantes de PNV y CiU el nacionalismo cobró protagonismo, como no podía ser de otra forma. "Si algo nos ha enseñado esta crisis es que las economías que mejor resisten son las que descansan sobre la investigación y el desarrollo productivo" como se ha hecho en el caso de Euskadi, en palabras de Erkoreka. Macias i Arau, quizá el más gris de la noche, criticó que Cataluña «siendo una de las comunidades que más contribuye, luego no tiene recursos para financiar sus políticas».

El cese de la violencia etarra también estuvo presente sobre la mesa. «Se trata de un triunfo colectivo, un triunfo de los valores frente a los antivalores; ahora toca conquistar la paz para que sea duradera y para siempre», afirmó Erkoreka. Más duro se mostró Ruiz Gallardón: «El cese de la violencia es una buena noticia pero no suficiente. Lo será cuando ETA desaparezca definitivamente». "La paz no ha caído del cielo. Ha llegado porque ha habido una política grande, noble. Quiero reivindicar la política de todos. Tenemos que asegurar que la paz sea para siempre, irreversible", concluyó Jáuregui.