Los Beach Boys por fin 'sonríen'
Las sesiones de grabación del disco ‘perdido’ de los Beach Boys salen a la venta
MADRID Actualizado: GuardarBrian Wilson, líder de los Beach Boys, ha tardado más de 40 años en cerrar un proyecto que parecía interminable. ‘Smile’, el disco que estaba llamado a revolucionar el mundo de la música, ha permanecido en un cajón más de cuatro décadas. A lo largo de todos estos años se han ido escapando retales: sesiones de grabación, demos inacabadas, tomas de voz e incluso algunos listados provisionales con el orden de las canciones… Con ellos se han ido configurando distintos bootlegs (ediciones no autorizadas de discos), que no han hecho sino aumentar la leyenda de una obra que empezó a articularse en septiembre de 1966.
Tras la publicación de ‘Pet Sounds’, Wilson comenzó a trabajar en ‘Smile’. El músico había abandonado los escenarios el año anterior debido a una serie de crisis nerviosas así que tenía todo el tiempo del mundo. El punto de partida era ciertamente ambicioso: quería hacer “una sinfonía adolescente para Dios”, comentó en varias entrevistas. Buscaba construir un álbum conceptual en el que cada canción fuera una pieza perfecta. Y por ello comenzó a cuidar la producción, que tan importante había sido en los anteriores álbumes de los Beach Boys, de forma obsesiva. Dividió cada arreglo y cada canción en módulos para los que grababa un montón de tomas. Incluso, regrabó cada sección en estudios diferentes para aprovechar las características de cada sala. Su intención, como si de un inmenso puzle se tratara, era unificarlo todo en un producto final, tomando la mejor pieza de cada sesión. Por esta razón, existen tantos bootlegs diferentes.
Pero Wilson, aquejado de varias enfermedades mentales, comenzaba a perder el norte. Las manías del músico de California comenzaban a hacerse públicas. Así, montó un cajón de arena como los que se disponen en los parques infantiles sobre el que colocó el piano porque, decía, le servía para sentir el mar sobre sus pies –cabe recordar que sobre ese piano se escribió la célebre ‘Surf’s Up’-. Especialmente memorable fue la sesión de grabación de ‘Fire’, en la que, además de colocar brasas humeantes en el estudio, obligó a los integrantes de la suite de orquesta de cámara que ponía la instrumentación a ejecutar la pieza con cascos de bombero como indumentaria. A todo ello había que sumar el consumo de LSD y barbitúricos, que no hacían más que agravar una situación que ya se había vuelto insostenible.
Por si fuera poco, la convivencia en el seno de la banda era cada vez más complicada debido a la lucha de egos. Ni los demás miembros ni Capitol Records parecían estar muy contentos con una grabación que veían “demasiado experimental”. Pronto, el sello discográfico comenzó a presionar al músico para que el disco fuera editado en enero de 1967. Unos meses más tarde, en mayo de 1967, Wilson anunciaba que el proyecto se cancelaba. Se comenta que las pocas ganas que a Wilson le quedaban de completar el álbum se desvanecieron al escuchar ‘Strawberry Fields Forever’, de Los Beatles, en la radio mientras conducía. En aquel momento, comenta un amigo del músico, “movió la cabeza y dijo: ‘Han hecho lo que yo quería hacer. Tal vez sea demasiado tarde’”.
Una regrabación en 2004
Pero, en realidad, el disco continuó vivo en la memoria de los fans, que no hacían más que rebuscar bootlegs con temas inéditos y versiones alternativas. Y, probablemente, en la desubicada memoria de un Brian Wilson que, en 2004, volvía a regrabar, junto a otros músicos, las canciones que tendrían que haberse incluido en ‘Smile’ desde su punto de vista. Fue la primera vez que se especificaba un orden oficial para las canciones en un trabajo que se llamó ‘Brian Wilson presents Smile’.
Lo que han hecho ahora EMI y Capitol con ‘The Smile Sessions’, 44 años después, es recoger todas las sesiones originales de grabación y editarlas en tres formatos. El primero contiene dos CDs, un libreto de 34 páginas, una chapa, un poster y una camiseta. El segundo incluye además una litografía firmada por Brian Wilson. Y el tercero, que se agotó a las pocas horas de salir a la venta en la página web de la formación, contiene 5 CDs, 2 LPs, 2 singles en vinilo de 7 pulgadas, un poster, un libro de sesenta páginas y reproducciones de los dibujos originales y descartados para las portadas de los discos. Desde el site de la banda prometen nuevas remesas con las que rendir justicia, por fin, a una obra maravillosa.