Yorgos Papandreu. / Efe
Crisis financiera

El órdago más peligroso de Grecia

Papandreu lleva al extremo su plan para lograr legitimidad interna

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Europa desde que el primer ministro griego anunció el lunes su intención de convocar un referéndum para que la población decida si acepta o no el rescate de la UE. Sería en diciembre, según avanzó ayer el Gobierno griego, que añadió que al menos tiene dinero en caja hasta mediados de ese mes. Parece un suicidio, pues a priori vencería el 'no', ante los ajustes extremos que exige la UE, con la consiguiente quiebra de Grecia y el caos de la zona euro.

Sin descartar un momento de hartazgo de Papandreu en la empresa que le ha tocado, lo cierto es que siempre ha sido sensato y metódico. La lectura de lo que ocurre es interna. Ha jugado un órdago descabellado porque parece haber llegado a un punto de máxima desesperación ante la oposición en su país, tanto en la calle, donde cada semana se destroza media Atenas, como por parte de sus rivales políticos y su propio partido. La oposición de Nueva Democracia, la formación de centro-derecha de Antonis Samaras, ha sido demagógica y sin cuartel, dentro de la rudeza de la política griega.

Ha atacado al Ejecutivo socialista desde el principio con un miope interés electoral, aunque era su partido quien había trucado las cuentas y dejado el agujero al Gobierno siguiente. La jugada de Papandreu busca, sobre todo, poner contra la pared a la oposición para que se retrate, tras negarse a un Ejecutivo de unidad nacional: si no quiere el rescate europeo, deberá tener las narices de pedir el 'no' en un referéndum. Algo ha conseguido, porque Samaras -que le ha llamado «irresponsable» y le acusa de «chantajear» al pueblo- ya ha pedido al presidente de la República que impida la consulta.

De 'rebote'

No está de más tampoco recordar que a Papandreu este drama le ha pillado porque pasaba por allí. Llegó al poder en 2009 con la idea de renovar Grecia y se encontró con las cuentas falseadas. Tuvo que adoptar una hoja de ruta de durísimos recortes e impuestos, marcada desde la UE, el FMI y el BCE. Al principio los griegos asumieron la situación, pero no se ve salida al túnely al cabo de dos años el crédito se ha acabado. En los sondeos Papandreu se desploma. La disyuntiva que él plantea es que no se trata de un partido u otro, sino de que todos asuman cuál es la única vía para salvar a Grecia.

En los últimos sondeos entre el 60% y el 65% de los griegos se oponían a los sacrificios de la UE. Pero Papandreu esgrime otro que toca la cuestión de fondo: el 70% ha dicho que prefiere seguir en la UE a volver al pasado, que a todas luces parece una solución más dramática. En resumen, el primer ministro exige un hondo ejercicio de responsabilidad colectiva para acabar con una enorme tensión social de consecuencias imprevisibles. El recambio de la cúpula militar este martes, en teoría ya previsto, no deja de ser un detalle inquietante.

Pero como en todo órdago, reina el suspense. La convocatoria del referéndum requiere la aprobación del Parlamento y no es seguro el apoyo de todo el Pasok a Papandreu. Ahora mismo sólo contaría con 152 escaños sobre 300, uno más que la mayoría absoluta. Es decir, a lo mejor al final no hay referéndum. Es más, a lo mejor es Papandreu el que no llega al referéndum, porque mañana afronta una moción de confianza con esos números en la cámara. Si cae, habría un Gobierno de unidad nacional o elecciones anticipadas.

En realidad, la cuestión sobre la mesa es muy espinosa para toda la UE: el posible déficit democrático de muchas decisiones contra la crisis. Es sintomático que ayer la prensa alemana recibiera incluso con júbilo la decisión de Papandreu como audaz y justa, subrayando que también los alemanes deberían poder decidir si quieren endeudarse para salvar a los griegos.

Humillación

No es secundario recordar que en Grecia hay una sensación difusa de cierta humillación, injerencia y pérdida de soberanía. Además, el hecho de que Alemania lleve la voz cantante despierta fantasmas de la guerra y abundan viñetas con referencias a los nazis. «Hay que optar por políticas que aseguren que la democracia está por encima de los mercados», ha proclamado Papandreu. Es cierto que plantea el referéndum cuando ha arrancado lo más difícil en la negociación, el plan de rescate de 150.000 millones y la quita del 50% en la deuda, pero no deja de ser curioso este ataque de idealismo. Parece pura táctica. La democracia directa ya era hace cinco meses el lema de los 'Indignados' de Syntagma, y fueron gaseados y desalojados a palos.