EL FIN DE UN TIRANO

Misión cumplida para la OTAN en Libia

La Alianza concluye su operación en el país, pero algunos socios podrían mantener su apoyo al Gobierno interino

CORRESPONSAL EN BRUSELAS Actualizado: Guardar
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Desde la medianoche del lunes, la OTAN ya no domina el cielo libio. Los 18 países integrados en las operaciones comienzan a replegar sus aviones tras siete meses de bombardeos. Las fuerzas de la Alianza se retiran después de que la ONU aprobara el fin de la intervención y con la convicción de que han cumplido con éxito la misión encomendada. "Es estupendo estar en una Libia libre", proclamó ayer el secretario general aliado, Anders Fogh Rasmussen, en una visita sorpresa a Trípoli horas antes de que concluyera la intervención.

El líder de la OTAN, que se reunió con los representantes del Consejo Nacional de Transición, recordó que la misión 'Protector Unificado' se puso en marcha "para salvar vidas civiles". "A partir de ahora, las nuevas autoridades serán las encargadas de las operaciones de seguridad", agregó. Rasmussen descartó que la Alianza vaya a implicarse a corto plazo para respaldar al Gobierno interino, pero le tendió la mano de cara a una futura colaboración para la formación del Ejército. Aunque también rechazó una posible intervención en Siria, subrayó que lo sucedido en Libia debe entenderse como "un mensaje para el mundo entero".

Las fuerzas de la Alianza abandonan el país con la oposición del Ejecutivo de transición, que la semana pasada reclamó que continuaran hasta final de año para garantizar la seguridad. La mayoría de los países, entre ellos España, ya han empezado a replegar sus aviones y buques, pero todavía hay margen para que algunos socios permanezcan en Libia. Catar, uno de los cuatro miembros de la Liga Árabe integrados en la misión, anunció recientemente que intenta forjar una coalición internacional para mantener el apoyo a las nuevas autoridades de Trípoli.

El emirato catarí, que fue uno de los primeros países en reconocer al Consejo de Transición, se ha implicado a fondo en el conflicto libio. Tras prestar apoyo económico a los rebeldes, la monarquía petrolífera les suministró armas e incluso desplegó cientos de tropas sobre el terreno para ayudarles en su avance hacia Trípoli. Francia y Reino Unido, los dos líderes de la misión aliada, todavía no se han pronunciado sobre si mantendrán su respaldo de forma individual. Algunos analistas consideran que sus unidades de inteligencia seguirán en suelo norteafricano para controlar el destino del armamento empleado durante estos meses.

"Crucial e irremplazable"

EE UU optó desde el inicio de la intervención por un papel secundario, por primera vez en los 62 años de vida de la OTAN. Ayer, sin embargo, Washington reivindicó su aportación "crucial e irreemplazable". En un artículo publicado por 'The New York Times', el comandante supremo aliado, James G. Stavridis, y el embajador norteamericano en el organismo, Ivo Daalder, subrayaban el "liderazgo" de su país dentro del "verdadero esfuerzo" colectivo de la misión. Ambos remarcaron que el Pentágono no solo arrasó las defensas antiaéreas gadafistas, sino que ha llevado el peso en las operaciones de inteligencia y reconocimiento.

Washington tampoco ha olvidado los problemas que atravesaron varios países a lo largo de la misión. Distintos socios se quedaron sin armamento, lo que evidenció la frustración de EE UU. "Tenemos que extraer algunas lecciones", indicaron Stavridis y Daalder. En cualquier caso, ambos admitieron que Europa ha asumido una mayor responsabilidad. Según sus cálculos, en la guerra de Kosovo (1999) los aviones norteamericanos realizaron el 90% de los bombardeos de precisión, por un 10% del resto de los aliados, mientras que en Libia los porcentajes se han intercambiado.