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El Levante despierta del sueño en Pamplona

Osasuna sigue inexpugnable en el Reyno, provoca la primera derrota del ‘JIM Team’ y hace líder al Real Madrid

PAMPLONA Actualizado: Guardar
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El Reyno de Navarra, un fortín este curso, resultó inexpugnable también para el Levante, que perdió allí su primer partido de la temporada y cedió el liderato al Real Madrid. Han tenido que pasar diez jornadas para que el equipo más modesto de la categoría hincase la rodilla. Le faltaron energía y acierto, sobre todo al principio y cuando Osasuna se quedo con diez por la ‘autoexpulsión’ de Cejudo, pero cayó con dignidad en Pamplona. Le mataron un par de despistes en los últimos minutos del primer período. Siguen en zona ‘Champions’ pero, partir de ahora, el grupo de veteranos que encontraron acomodo en el Ciutat de Valencia para disfrutar de los últimos años de profesión, se centrarán en la permanencia. Ya tienen más del camino recorrido.

El ‘JIM Team’ tuvo sus opciones de adelantarse en la primera mitad. Supo desembarazarse de las acometidas iniciales de los ‘rojillos’ y silenció en dos ocasiones el siempre ruidoso coliseo pamplonés. Primero, en un córner bien sacado por Barkero que acabó en un cabezazo que rozó el palo y, después, en una gran jugada que cerró Koné con un remate en plancha que se marchó de milagro. Llegó tan forzado el marfileño que acabó golpeándose en el estómago contra el poste. Un susto que quedó en anécdota.

El duelo, muy equilibrado pese a que los navarros disfrutaban de mayor dominio y posesión, se rompió en el final del primer acto. Dos jugadas ‘made in Osasuna’, fruto del empuje, del coraje, de no dar un balón por perdido. En el 1-0, Cejudo arrancó, trazó una diagonal y tiró a puerta sin pensárselo. El balón rozó en un defensor y descolocó a Munúa, ya lento para ese tipo de rectificados de balonmano. Y tres minutos después, la zaga levantina anduvo lenta y blanda. Ibrahima peleó un balón jugándose el tipo y el rechace lo aprovechó Nino a puerta vacía. El delantero almeriense las huele todas dentro del área.

Cejudo, cara y cruz

Mendilibar no las tenía todas consigo. El planteamiento se le complicó al tener que hacer dos cambios en el transcurso de la primera parte. Y ambos en la zaga, ya que Marc Bertrá y Sergio se rompieron. Eso le condicionaba para el resto del choque. Ya con ventaja en el marcador, se produjo otra circunstancia que molestó al técnico vasco. Con más de media hora por delante, Cejudo vio la segunda amarilla por barrer a Barkero. Una tarjeta tan clara como la primera, por la estupidez de quitarse la camiseta al celebrar su gol.

El cordobés, ex de Las Palmas, debería reflexionar. Venía de ser sustituido a los 27 minutos del último duelo jugado en Getafe porque su actuación enfadó al entrenador, y no acabó este choque por una chiquillada que le impide disputar el siguiente. Una pena porque Cejudo había sido el mejor de Osasuna. Estuvo rápido, profundo, una amenaza constante por la derecha para el veterano Del Horno.

Con ventaja numérica, Juan Ignacio Martínez desplegó toda su artillería, incluido el exosasunista Aranda, y pasó a jugar con tres centrales. Lo buscó con ahínco pero el Levante no encontró ese gol que lo metiera en el partido. Fue bonito para ellos mientras duró. Que les quiten lo ‘bailao’. Madrid y Barça ya observan desde sus atalayas.