naturaleza

Por la nariz muere el murciélago

Un hongo identificado recientemente es el responsable de una enfermedad mortal que afecta a sus hocicos y alas

MADRID Actualizado: Guardar
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Un grupo de investigadores ha confirmado que un hongo identificado recientemente es el responsable de una enfermedad mortal conocida como el 'síndrome de nariz blanca' que se extiende por las colonias de murciélagos de Estados Unidos.

El hongo conocido como Geomyces destructans, infecta la piel de los animales, causando lesiones en sus alas y un líquido blanco y esponjoso en sus hocicos. Este síndrome es tan mortífero, que cuando se apodera de una colonia, más del 90% de los murciélagos puede fallecer.

Pese a que la enfermedad se documentó por primera vez en febrero de 2006, hasta ahora no había sido considerada como la causa de la muerte de los murciélagos, ya que el hongo fue encontrado en animales saludables de Europa, y se creía que el fallecimiento se debía a algún tipo de virus no detectado. Sin embargo, el nuevo estudio publicado en la revista Nature revela que el G. destructans es el único culpable.

"El hongo es suficiente para recrear toda la patología de diagnóstico de la enfermedad", asegura David Blehert, microbiólogo en el Centro de Salud Nacional de Vida Silvestre en Madison, Wisconsin, y autor principal del informe.

Encerrados durante 102 días

Para llevar a cabo el estudio, los investigadores reunieron varios murciélagos marrones de Wisconsin, zona aún no afectada por la enfermedad. Los animales fueron encerrados durante 102 días con especies de Nueva York afectadas por el hongo. Al finalizar la prueba, 16 de los 18 murciélagos sanos expuestos a la enfermedad habían caído contagiados.

Este hecho suponía la primera evidencia de que el 'síndrome de nariz blanca' se contagia entre los murciélagos. Los animales sanos infectados, en cambio, no murieron durante el experimento, hecho que los investigadores achacan a la necesidad de un mayor tiempo de desarrollo de la enfermedad para provocar el fallecimiento.

Jonathan Sleeman, director del Centro Nacional de Vida Silvestre de la Salud, y que no participó en el estudio, asegura que la investigación "ayudará a enfocar nuestras acciones y esfuerzos para salvar la especie en el futuro". Aunque poco se puede hacer para controlar la propagación de la enfermedad entre murciélagos, varios Estados han pedido ya a la gente mantenerse fuera de las cuevas, y han cerrado algunas de ellas.