FÚTBOL | PRIMERA DIVISIÓN

El Madrid enamora con un fútbol total

Los de 'Mou' hundieron al 'submarino' en media hora extraordinaria y luego dosificaron

MADRID Actualizado: Guardar
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A día de hoy, cualquier rival que se enfrente al Real Madrid sale triturado. La velocidad, potencia, agresividad bien entendida y hambre de victorias que demuestran los jugadores de Mourinho no tienen comparación ni siquiera con las virtudes del Barcelona.

Habrá que ver cómo llegan a los duelos entre ellos que deben decidir los títulos pero en este momento da la sensación de que los madrileños están varios peldaños por encima. El Villarreal fue machacado en el Bernabéu igual que el Málaga acabó aplastado el pasado fin de semana en La Rosaleda. En menos de media hora, el choque quedó visto para sentencia.

Los merengues practican un fútbol total. Salen en tromba, meten el pánico en el cuerpo de sus rivales mediante una presión extraordinaria en campo contrario y le someten a base de goles. Las ocasiones se suceden y las llegadas al área son multitud. Por los costados y por el medio. Las combinaciones son rápidas, fugaces, a uno o dos toques. Corre el balón y se mueven los jugadores sin él para ofrecerse constantemente.

Da igual que esté Higuaín, el titular últimamente, o Benzema, protagonista ante el 'submarino amarillo'. El tono físico de este equipo es magnífico. Mourinho está rotando más que el curso pasado pero la duda es saber si sus hombres pueden aguantar así desde otoño hasta primavera, cuando los títulos están en juego. El que lo tendrá más difícil es Xabi Alonso, para el que no hay descanso hasta que Sahin esté a punto.

Ya en el minuto uno se produjo una acción demostrativa de lo que sería el partido. Ver a Kaká acogotando a Bruno cerca del banderín de córner dejaba claro que el Madrid no iba a dejar ni respirar al Villarreal . Un minuto después, el asistente de Pérez Lasa acertó al indicar fuera de juego en un cabezazo de Sergio Ramos que acabó en gol tras saque de falta de Xabi Alonso. Casi a renglón seguido, un remate en semifallo de Benzema no fue gol de milagro.

Ni respirar

A los de La Plana les temblaban las piernas. En cuanto recuperaban algún balón, se lo robaban de inmediato. El Bernabéu les viene grande, ya que es un escenario en el que jamás han ganado, pero este Madrid les queda gigante. Los dos juegan en la 'Champions' pero la diferencia es abismal. Incapaces de poder dar cierta pausa al partido, los de Garrido, cada vez más cuestionado en El Madrigal, quedaban a merced del primer gol. Llegó a los cinco minutos y en la cuarta ocasión local. Di María vio otro desmarque excelente del delantero francés, se la puso de maravilla y, Benzema, que arrancó al límite del fuera de juego, la picó sobre la salida de un Diego López que ya se temía una noche negra.

Nada de cambiar de registro tras abrir el marcador y obligar al adversario a modificar su estrategia. El Madrid siguió a toda mecha, dispuesto a laminar al Villarreal . Pronto logró el segundo, tras un disparo seco y plano de Kaká desde la frontal que entró junto al palo. El brasileño crece cada día. Calidad siempre tuvo pero al fin le acompañan el cuerpo y la mente. Celebraba todavía el Bernabéu este gol cuando Diego López salvó otro disparo, descerrajado esta vez por Cristiano.

Pudo meterse el Villarreal en el partido pero se lo impidió el otro asistente de Pérez Lasa. Levantó la bandera en un inexistente fuera de juego de Marco Ruben, que se plantaba ante Casillas. La rendición llegó con el tercero, otro golazo. Fue un prodigio de contragolpe, iniciado por Kaká y culminado por Di María tras un soberbio pase interior de Benzema. Mourinho salió del banquillo para festejar con los puños cerrados una contra de manual.

El ritmo decayó en la reanudación. El Madrid podía economizar esfuerzos. Ya no le hacía falta que Marcelo hiciera un alarde de regates y taconeos en el área rival. Con parar, templar y mandar le valía para no recibir las ocasiones que sí sufrió en Málaga. El Villarreal salió dispuesto a no dejar jugar pero confundió agresividad con dureza. Sobraron algunas entradas como la plancha del argentino Ruben a Xabi Alonso o la de Musacchio a Khedira. En realidad, se pudo evitar toda la segunda mitad.