Un ministro de Sarkozy augura la caída del Gobierno sirio

El Gobierno del presidente sirio Bashar el Asad podría caer debido a la presión de las protestas y sanciones que se le han impuesto, pero llevará su tiempo como consecuencia de la complejidad de las políticas internas y regionales, según ha afirmado el ministro de Exteriores francés, Alain Juppé.

"Esto acabará cuando el régimen caiga, está cerca, pero desafortunadamente podría llevar bastante tiempo porque la situación es compleja debido al riesgo de guerra civil entre las facciones sirias por la negativa de los países árabes de la región a que intervengamos", ha añadido. Según Juppé, mientras esto ocurre, Turquía se está acercando a la posición occidental y ha empezado a ejercer presión sobre el Gobierno sirio para detener la represión.

Con el inicio de la represión en Siria de las protestas prodemocráticas hace ahora siete meses, las potencias occidentales, incluida Francia, se están basando en una combinación de sanciones y presión diplomática para debilitar el poder de El-Asad.

La Unión Europea amplió las sanciones contra El-Asad y el Estado sirio después de que China y Rusia bloqueasen el intento de las potencias occidentales para conseguir una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que condenase la violencia contra los manifestantes. "Es cierto en que Nueva York (en Naciones Unidas) estábamos bloqueados y eso supone una mancha para el Consejo de Seguridad, que apenas dijo nada acerca de esta represión brutal", ha declarado Juppé.

Por su parte, El-Asad, quien asegura que su gobierno está dispuesto a llevar a cabo reformas políticas, está previsto que se reúna con un comité de la Liga Arabe este miércoles en Damasco. El comité lo forman Argelia, Omán, Sudán y Yemen, países considerados simpatizantes de Siria, así como Qatar. La oposición siria en el exilio ha empezado a agruparse bajo el Consejo Nacional de Transición Sirio. Francia no ha llegado a reconocer a este órgano, pero le mostró su apoyo a principios de este mes cuando Juppé estrechó la mano de su líder en París.