La Policía investiga qué hizo el padre antes de la denuncia
Ninguno de los interrogados que estaban en el parque donde desaparecieron los menores vio al progenitor con sus hijos
MADRID/SEVILLA Actualizado: GuardarPreocupación sin paliativos a medida que pasan las horas en el caso de los dos hermanos desaparecidos en Córdoba. Preocupación porque la Policía ve casi imposible que los niños sigan con vida y el tiempo corre en contra para resolver el caso. Si el lunes se pensó que podría haber resultados inminentes, ayer la investigación se estancó y la búsqueda de los cuerpos se amplió desde la finca familiar en la zona de Las Quebradillas a un tramo amplio del río Guadalquivir cercano a esos terrenos, que fue peinado infructuosamente por los Grupos Especiales de Actividades Subacuáticas (GEAS).
El padre de Ruth y José, José Bretón, de 38 años, sigue siendo el principal sospechoso –la última persona con la que estuvieron–, pero no ha sido detenido. Bretón continúa manteniendo, después de tres interrogatorios policiales de muchas horas, que las criaturas se le extraviaron cuando los tres estaban en el parque Conde Cruz de la capital. «Ausente por momentos, frío, colaborador pero solo en apariencia», sostienen fuentes policiales.
Los investigadores de Homicidios –de Córdoba, Sevilla y Madrid– se centran en las cuatro horas previas a la llamada que José hizo para denunciar que los niños habían desaparecido: a las 18.20 horas llamó al 112 y a las 18.40 a la Policía. Contó que los había recogido en casa de sus padres –los abuelos paternos– en el número 8 de la calle Don Carlos Romero de Córdoba para llevarlos a comer con un amigo suyo. El almuerzo nunca se celebró y nadie más volvió a ver a los niños. Tanto los abuelos como otro familiar confirmaron esos datos a los agentes, de ahí que se estén reconstruyendo con minuciosidad esos tiempos. ¿Qué pasó en esas cuatro horas? Según el padre a las 17.45 llegó al parque con sus hijos y fue pasadas las seis cuando los perdió de vista. Hasta ayer ninguna de las personas interrogadas por la Policía que estaban en ese recinto le habían visto con los niños; solo le vieron a él –tampoco está claro a qué hora–y no parecía preocupado ni buscaba a nadie. En teoría desde que fue a recoger a Ruth (seis años) y a José (dos) a la vivienda de los abuelos donde habían pasado la noche tras viajar con él desde Huelva, estuvieron en la finca de Las Quebradillas, también propiedad de los padres de Bretón. Ese terreno y esa casa distan unos cinco kilómetros del centro de Córdoba.
Lugar desconocido
Los expertos de Homicidios estudian la hipótesis de que el padre condujera con los niños a otro lugar que no ha revelado a nadie, en el tiempo que tuvo, de ahí que ya se haya decidido ampliar la búsqueda a nuevas zonas. A última hora de la noche corría el rumor de que un equipo de la Unidad Canina se dirigía hacia los alrededores de un conocido centro comercial.
Hasta ayer, los esfuerzos de los agentes se concentraron, sin duda, en la finca en la que el lunes pasaron más de seis horas hablando con el padre sin lograr arrancarle un relato coherente que sirva para esclarecer lo ocurrido.
Bretón, exmilitar y padre con fama de estricto pero cariñoso, se mantiene firme en su versión inicial. «Ya estamos acostumbrados a personalidades así», aseguran los investigadores rememorando algunos casos de desapariciones pendientes.
Otra vía en la que se han depositado importantes esperanzas son los teléfonos. Por sorprendente que resulte, hasta ayer –casi tres días después de la desaparición de los niños– el juez encargado del caso, el titular de Instrucción número 4 de Córdoba, José Luis Rodríguez Laín, no autorizó las escuchas telefónicas que se le pidieron el mismo domingo; no las veía justificadas pese a la gravedad del caso. Esta negativa provocó un profundo malestar policial. Fuentes judiciales destacaron que el magistrado no veía «suficientes indicios» para autorizar esa medida y señalaron que se trata de un experto en intervenciones telefónicas. Una vez se logre posicionar el teléfono del padre se podrá reconstruir con precisión cuál fue su itinerario el pasado sábado y saber a quién llamó y a qué horas.