Merkel y Sarkozy instan a «modificar» los tratados de la UE
Ambos mandatarios se han mostrado partidarios de la recapitalización de los bancos europeos expuestos a la deuda griega
CORRESPONSAL EN BERLÍN Actualizado: GuardarEn un ambiente marcado por la inevitable reestructuración de la deuda griega y con el fantasma de una nueva crisis del sistema financiero europeo como telón de fondo, la canciller de Alemania, Angela Merkel y el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy , se comprometieron en Berlín a impulsar un "paquete completo" de medidas destinadas a poner fin a la crisis de la deuda y a hacer posible la recapitalización de la banca europea.
Pero los líderes del legendario eje franco-alemán no fueron capaces de dar a conocer detalles del plan con el que pretenden devolver la tranquilidad a la zona euro y calmar a los mercados, frente a las serias dudas de los inversores sobre la fortaleza del sistema bancario para hacer frente a las dificultades. Merkel y Sarkozy se escudaron en la conveniencia de debatir sus propuestas en el marco de la cumbre del G-20 que tendrá lugar los días 3 y 4 de noviembre en Cannes.
"Estamos decididos a defender y apoyar a la banca porque es fundamental para dar una salida sólida y duradera a la crisis de la deuda", señaló la canciller durante una breve rueda de prensa conjunta con el mandatario galo. "Hemos decidido ofrecer una respuesta antes de fin de mes, porque Europa debe resolver sus problemas en la cumbre del G-20", dijo por su parte Sarkozy tras prometer una "nueva visión" del continente.
Para concretar su "nueva visión" de Europa, Merkel y Sarkozy anunciaron, también sin aportar detalles, que desean proponer "significativas" reformas de los tratados para impedir que la Unión vuelva a sufrir nuevas crisis financieras y de deuda sob mensaje de unidad al resto del continente, pero se ignora si el eje franco alemán aun goza de buena salud y será capaz de romper barreras y tabúes para resolver los problemas y evitar una nuevo estallido de furia de los contribuyentes alemanes y galos, un aspecto crucial para Merkel y Sarkozy . De hecho, la rueda de prensa se produjo con una hora de retraso y se despejó en diez minutos, lo que alimenta la sospecha de que los líderes del eje franco alemán aun tienen dificultades para ponerse de acuerdo.
Divergencias
En las jornadas previas al encuentro se filtraron las divergencias de los líderes respecto a las soluciones que más convienen a los intereses de la zona euro. La reestructuración de la deuda griega acompañada de una quita que podría llegar al 50% ya habría sido aceptada por el gobierno alemán tras llegar a la conclusión de que, a la larga, resultará más barato (y también más seguro políticamente) poner fin a la lenta agonía de Grecia antes que seguir inyectando dinero a un pozo sin fondo. Paris, en cambio, se niega rotundamente a admitir esta fórmula, al considerar a la banca francesa mucho más vulnerable.
La recapitalización de la banca es la otra actuación crucial para limitar los daños de la crisis de la deuda y también para tranquilizar a los mercados, inquietos ante la capacidad de resistencia del sistema bancario europeo para hacer frente a una quiebra griega. El FMI, que dio la primera señal de alarma, calculó las necesidades globales del sector entre 100.000 y 200.000 millones de euros.
Los líderes de Alemania y Francia intentan evitar que se produzca un colapso en el sistema financiero europeo, de igual o mayor dimensión que el ocurrido tras la quiebra de Lehman Brothers. Angela Merkel se limitó a comentar, durante la rueda de prensa, que los dos países proponen "un suministro de crédito razonable" para las entidades con problemas.
Pero, según ha trascendido estos días a los medios, la canciller, pragmática y preocupada por los sondeos que indican que la mayoría de la población desaprueba su gestión en la crisis de la deuda, insiste en que la banca debe intentar captar nuevos fondos en los mercados y, en el peor de los casos, solicitar ayuda a los respectivos gobiernos nacionales. Solo si ambas medidas fracasan, los Estados podrían recurrir al fondo de rescate europeo para inyectar liquidez a la banca.
Sarkozy , según fuentes alemanas, defiende la posibilidad de recurrir en primera instancia al Fondo Europeo de Rescate (FEEF) para recapitalizar a sus bancos, que tienen la mayor exposición a la deuda de los países periféricos de la eurozona. Berlín piensa que la postura francesa está guiada por el interés de conservar su calificación crediticia AAA por razones de interés nacional y también continental. Francia es el segundo garante del FEEF, y si pierde su máxima calificación la arquitectura del apoyo financiero para Grecia , Portugal e Irlanda se desmoronaría.
Detrás de las diferencias hay un sustrato político. El mandatario galo busca la reelección en la primavera del próximo año y la canciller alemana intentará hacer lo mismo en septiembre de 2013, si la actual coalición de gobierno resiste hasta esa fecha.