MOTOCICLISMO | MUNDIAL DE SUPERBIKES

El toro ya es rey

A punto de cumplir 39 años, Carlos Checa logra el título Mundial de Superbikes y lo quiere celebrar con un salto en paracaídas

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

“Es algo muy grande. Después de una trayectoria tan larga, llegar a este momento fantástico es glorioso, quedará para siempre en el recuerdo”. Carlos Checa tocó el cielo el domingo en Magny Cours, cuando después de ganar la primera de las dos carreras de la cita francesa del Mundial de Superbikes – también se impuso luego en la segunda -, se supo campeón del mundo. Por fin.

“Este éxito culmina una trayectoria deportiva fantástica, y ha llegado en el momento en que estoy mejor preparado como piloto, y gracias también a contar con un gran equipo y una gran moto. Este año hemos tenido todos los factores, y no me refiero solo a la suerte, de cara”. Los números no dejan lugar a dudas: 14 victorias en 24 carreras disputadas, faltando aún dos para que finalice el campeonato, demuestran que Checa merece el título porque este año ha sido, de largo, el mejor.

El título de Superbikes es la recompensa a toda una vida dedicada a las carreras de motos, y sobre todo a una pasión, pues hace muchos años que Checa no corre por dinero: el aspecto económico lo tiene solucionado desde sus tiempos de piloto oficial Yamaha… y cuando se le cerraron las puertas de MotoGP, se fue a Superbikes porque le encanta correr en moto, y quería seguir haciéndolo. Así de simple. Y, como los años no le han hecho perder ni una pizca de competitividad, en la cuarta temporada ha llegado el título.

“Con el tiempo he ido mejorando, le edad no es ningún inconveniente: lo que te hace ser rápido es habilidad, técnica y una buena gestión mental de todo esto, que es lo más difícil… o por lo menos lo que más me ha costado a mí”, cuenta el veterano piloto catalán. “En otros años tuve también la oportunidad de luchar por un campeonato pero no estaba suficientemente preparado y cometí errores de inexperiencia; esto es lo que ha aprendido estos últimos años, y una de las claves de éste título”.

Predestinado a correr

El segundo apellido de Carlos Checa es… ¡Carrera! Y el día en que nació, el 15 de octubre de 1972, su padre Alfredo tuvo un accidente de moto cuando se dirigía a la clínica para estar al lado de su mujer, Dolors, y conocer a su primer hijo. Algo preparaba el destino… diez años después, papá Alfredo se presentó un día en la puerta del colegio con una pequeña Mecatecno que despertaría definitivamente la pasión del pequeño Carlos por las motos.

Pronto llegarían las primeras carreras, de motocross, después los circuitos, los triunfos en el Campeonato de Catalunya y el Criterium Solo Moto, y el debut en el Mundial, en 1993, como ‘wild card’ en el Circuit de Catalunya, con una magnífica séptima posición en 125cc.

Dos años después, en 1995, ascendía a 500cc al heredar la Honda NSR del equipo Honda Pons, para el que corría en 250cc, tras la grave lesión de Alberto Puig. Carlos destacó enseguida en la categoría reina, logró dos victorias en Catalunya 1996 y Jarama 1998, pero un terrible accidente en Donington Park, en que el estuvo a punto de perder la vida, frenó su progresión. Al año siguiente firmaría con Yamaha como piloto oficial, y aunque se mantuvo siempre entre los mejores de 500cc y MotoGP después, no llegó a cumplir las expectativas que sus fulgurantes inicios habían creado.

“Yo era consciente desde hace tiempo que podía llegar el día de dejar de competir sin haber sido campeón del mundo, pero tampoco me preocupaba en exceso, porque he tenido una gran trayectoria deportiva, que ha sido también una escuela de vida; he aprendido mucho en todos los aspectos”, reflexiona el nuevo campeón de Superbikes. Ésta manera de afrontar las cosas en positivo es lo que le ha llevado a seguir superándose, y ganar el Mundial de Spuerbikes por la puerta grande, venciendo en las dos carreras del domingo, cuando le bastaba con sumar tan sólo tres puntos: “para mí estar en el podio ya hubiera sido un gran resultado, pero ganar las dos carreras, que no fue fácil, lo hizo aún más especial”.

El “toro” del motociclismo español, uno de los pilotos más carismáticos y queridos por la afición, recibió el lunes en Sant Fruitós de Bages el merecido homenaje de los suyos, y no se detendrá por haber cumplido su sueño: en 2012, su inseparable número 7 con cabeza de toro estará otra vez en los circuitos para defender la corona. “El equipo y los patrocinadores prefieren que lleve el ‘1’, pero yo quiero mantener mi ‘7’, y encontraremos la manera”, comenta entre risas Carlos, que quiere celebrar el título “con un salto en paracaídas”. Y es que, ya cerca de cumplir los 40, Checa es hombre de emociones fuertes: además de correr en moto practica todo tipo de deportes extremos, y ya tiene un nuevo reto rondando por su cabeza: “Algún día correré el Dakar…”.