Cesc, nueva lesión muscular en el Barça

Pep Guardiola no pudo evitar fruncir el ceño cuando fue preguntado por la sexta lesión muscular que ha sufrido su plantilla en apenas mes y medio de competición. Intentó transmitir un mensaje de normalidad tirando de tópicos ("esas cosas pasan y pasarán siempre"), pero reconociendo que "hemos hablado con los médicos y los preparadores físicos". Su mueca de disgusto es porque el último en caer estaba siendo un jugador clave alrededor del cual se había organizado el sorprendente 3-4-3: Cesc Fàbregas.

El centrocampista de Arenys, con un amplio historial de percances musculares en el Arsenal, se estrenó en la enfermería de la Ciutat Esportiva de Sant Joan Despí al sufrir una pequeña rotura en los isquiotibiales que le mantendrá tres semanas de baja. Será la cuarta baja en Gijón junto a las de Iniesta, Alexis y Afellay. Los dos primeros, también musculares, como los contratiempos de los ya recuperados Piqué, Adriano y del propio Afelllay antes de romperse la rodilla de la que será operado el luns. Guardiola ya no tiene 18 disponibles para completar una convocatoria.

Manolo Preciado, que durante la semana ha reconocido que la anarquía táctica de Cesc era un problema de difícil solución, puede estar un poco más tranquilo. Pero sólo un poco porque como rivales tendrá a su amigo Villa, que la pasada temporada marcó en los dos encuentros a su Sporting del corazón, y a su admirado Messi, quien tras atrapar a Kubala como segundo máximo goleador en la historia del FC Barcelona (194 dianas) inicia ya la caza en El Molinón del delantero leonés César Rodríguez, que logró 235 en la década de los 50.

El hambre de Messi es el mejor aval para un equipo azulgrana que necesita reencontrarse con la victoria a domicilio para comenzar a asaltar el liderato de la Liga. En Bielorrusia se arrancó una espina en la presente temporada con su 0-5 al BATE Borisov, pero en la Liga está sufriendo más de la cuenta lejos del Camp Nou. En Anoeta y Mestalla tuvo que conformarse con sendos empates a dos ante Real Sociedad y Valencia, respectivamente. Ya toca victoria.

El Sporting está más que obligado a puntuar. Pese a la envergadura del rival, no puede ceder más en su estadio. La cabeza de Preciado está en peligro, aunque el técnico tira de momento de ilusión: "Les he dicho a mis jugadores que enfrentarse al Barça es una pasada y un disfrute, algo con lo que hace tres años ni soñaban algunos. Ni yo mismo. Por eso vale laa pena darlo todo porque tenemos la oportunidad de rascar algo".