El debate se centra en quién suministró a Jackson el somnífero letal
Paul Gongaware, encargado de la organización de la gira 'This is it', asegura que el cantante estaba en buen estado en la preparación de los conciertos
LOS ÁNGELES Actualizado: GuardarDos días antes de morir, Michael Jackson se encontraba en buen estado físico y parecía activo y concentrado mientras remataba los ensayos para su anticipado retorno a los escenarios. Esta es la impresión que el promotor de conciertos de la firma AEG, Paul Gongaware, ha transmitido hoy al jurado en la segunda jornada del juicio que se sigue en Los Angeles contra el médico personal del cantante, acusado de homicidio involuntario.
El estado del artista durante esos días resulta de especial relevancia para los fiscales, que tratan de circunscribir el fatídico desenlace a una negligencia supuestamente cometida por el doctor Conrad Murray cuando administró al cantante un potente anestésico aquel 25 de junio, y no a un deterioro continuado de su salud.
Nadie más que Jackson y Murray estaban en la habitación del cantante en las horas previas al fatídico desenlace, por lo que es aquí donde las versiones de los fiscales y la defensa difieren por completo. Al argumento central de la acusación de que el médico inyectó una dosis excesiva del anestésico Propofol a Jackson y posteriormente lo dejó solo en su habitación para atender una serie de llamadas telefónicas los abogados de Conrad sostienen que fue el Rey del Pop quien se administró la dosis mortal en un momento en el que el doctor se ausentó de su lado. Como elemento añadido, la defensa sostiene que Jackson era un adicto a los fármacos desde hacía años y que él mismo se inyectaba el medicamento con frecuencia para combatir el insomnio.
Gongaware, quien también organizó algunas de las giras internacionales más exitosas de la estrella, confirmó que nada oscurecía la celebración de los 50 conciertos del tour 'This Is It', que iban a tener lugar entre julio de 2009 y marzo de 2010.
Durante las negociaciones anteriores, la promotora accedió a la petición del artista de que Murray fuera su médico personal con un salario de 150.000 dólares, cifra muy inferior a los cinco millones de dólares solicitados por el doctor con el argumento de que iba a dedicarse en exclusiva a velar por la salud del artista. Al final, ese contrato nunca llegó a ser firmado por las partes.
«Perfecto estado de salud»
En otro frente, la familia Michael Jackson ha interpuesto una demanda contra AEG por considerar que la promotora actuó de forma irresponsable por no contratar a un doctor que cuidara del bienestar de Jackson y por no proporcionar el equipamiento apropiado para la atención sanitaria del artista.
La acusación citó entre la lista de negligencias de Murray que no contaba en la mansión alquilada de Los Ángeles con máquinas para medir las constantes vitales de Jackson o aparatos para practicar la reanimación cardiopulmonar. «Murray dijo que no necesitaba el equipo hasta que llegaran a Londres», declaró Kathy Jorrie, otra empleada de AEG citada por el juez. Según la mujer, el médico le confesó en una conversación que «Michael estaba estupendo, en perfecto estado de salud» y que «no había nada de qué preocuparse» después de repasar su historial médico.