MERCADOS BURSÁTILES

El Gobierno desiste de sacar a Bolsa Loterías del Estado

El PP mostró esta mañana su disposición, si llega al poder, impedir que el Estado sufra las consecuencias de la venta el 30% a un "precio irrisorio"

MADRID Actualizado: Guardar
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Los mercados han convertido el último 'sueño' económico del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en una verdadera pesadilla. El Ministerio de Economía y Hacienda desistió ayer de uno de sus proyectos estrella: la salida a Bolsa de hasta el 30% de Loterías y Apuestas del Estado; la que iba a ser la mayor privatización de la historia de España y una de las más notables de toda Europa, con la que se pretendía ingresar unos 7.000 millones de euros.

Todo un fiasco si se tiene en cuenta que hasta poco antes de dar marcha atrás el Ejecutivo sostuvo su apuesta contra viento y marea. Hace menos de quince días, Loterías comunicó de forma oficial que mantenía su calendario "sin que se contemple otra posibilidad". Y el Consejo de Ministros dio luz verde la semana pasada a la Oferta Pública de Venta de acciones (OPV).

La explicación oficial del departamento dirigido por Elena Salgado fue que "no se dan las condiciones adecuadas de mercado para garantizar unos ingresos que reflejen el valor" de la compañía. Fuentes conocedoras de la operación aseguran, sin embargo, que los bancos y despachos elegidos como colocadores y asesores en la operación han trasladado al Gobierno un panorama más que sombrío. En otras palabras, hay demanda, pero con grandes descuentos sobre los fondos que contaba ingresar Economía y que hubieran permitido achicar la deuda y contener el déficit por los menores intereses de las amortizaciones.

La Bolsa vive inmersa en una enorme volatilidad y, sobre todo, no hay apetito ni dinero suficiente para aventuras. El propio Ministerio de Economía explicó que la salida a Bolsa de Loterias, que se valoraba en su conjunto y de manera informal en unos 21.000 millones de euros, se planteó a finales de 2010, cuando la Bolsa vivía otro escenario muy distinto y, sobre todo, cuando nadie pensaba en unarse cuando las circunstancias del mercado lo recomienden". Pero es evidente que ni la valoración económica ni los trabajos ya realizados, y que han costado un dinero al Estado en minutas de asesores o campañas de publicidad, servirán después para nada. En el comunicado de 'retirada', Economía agradeció "la confianza de los ciudadanos en Loterías y Apuestas del Estado, continuadora de una tradición de más de 250 años". Un tiempo en el que siempre se obtuvieron beneficios. La promesa de unos dividendos de hasta el 80% de las ganancias, era, precisamente, uno de los atractivos de la OPV exhibidos desde el Gobierno.

Arma arrojadiza

A los bajos precios reclamados por los eventuales interesados en Loterías se une un componente político que podría haber terminado de arruinar la operación. Y es que el Partido Popular ha hecho de la OPV un arma arrojadiza, al criticar lo que entiende como la dilapidación de una de las pocas 'joyas de la corona' que quedan en manos del Estado.

Los responsables económicos del primer partido de la oposición no han dudado en fijarse como objetivo la paralización del proceso.

Tampoco se puede olvidar que la fallida salida a Bolsa se esperaba para los últimos días del Ejecutivo socialista, lo que tampoco ha ayudado a los inversores, necesitados siempre de una certidumbre y seguridad jurídica que las elecciones generales del 20-N no ofrecían. Queda ahora otra incógnita por resolver: la liberalización de los dos grandes aeropuertos. El Ministerio de Fomento pretende concesionar por 5.300 millones de euros el 90,05% de Barajas y El Prat antes de noviembre. Una privatización que tampoco quiere el PP y que ahora podría correr peligro.