Barroso, por la ‘tasa Tobin’
El presidente de la Comisión Europea propone gravar las transacciones financieras de los bancos para recaudar 55.000 millones
MADRID Actualizado: GuardarEl presidente de la Comisión Europea, el portugués Durao Barroso, ha formalizado esta mañana en el Parlamento Europeo la propuesta estudiada por el Consejo de establecer una tasa sobre las transacciones financieras, al estilo de la legendaria “Tasa Tobin”. Se trataría de gravar con un 0,1% las transacciones con acciones y bonos y con un 0,01% las operaciones con derivados, todo lo cual proporcionaría unos recursos de unos 55.000 millones de euros anuales, que, efectivamente, podrían paliar en buena medida la actual crisis si se aplicaran a medidas expansivas, capaces de reactivar la deprimida economía de nuestros países, cuyo consumo interno ha caído vertiginosamente a causa de las campañas de austeridad tendentes a restañar los déficit.
La idea, apoyada por la práctica totalidad de los países de la UE con la excepción –beligerante- del Reino Unido, es creativa y popular ya que obtendría recursos de las instituciones financieras, causantes de la crisis y receptoras de importantes ayudas públicas. Y la oposición británica podría obviarse si la tasa se limitara a los países de la Eurozona. Con todo, plantea un problema grave que es la posibilidad de que produzca una severa deslocalización de la actividad financiera si su implantación no es universal. El presidente del BCE, Trichet, lo ha recordado a las autoridades europeas estos días.
La Unión pretende llevar esta propuesta al G-20 con la esperanza de que la comunidad internacional la asuma, pero no parece probable tal cosa. Los Estados Unidos ni siquiera llegarán a planteársela, y es poco verosímil que los países emergentes se dignen a considerarla. Así las cosas, no es fácil que la idea, acariciada por Alemania y Francia, supere los obstáculos y se convierta en realidad.
Muchos analistas piensan que el verdadero problema de Europa está en la falta de una gobernanza común y en la incapacidad para avanzar hacia una única soberanía económica en la Eurozona, carencias que dificultan la creación de los eurobonos que resolverían el problema de la deuda. Barroso se ha referido también a este asunto, sobre el que efectuará propuestas, aunque ha deslizado una afirmación tan realista como incuestionable: los verdaderos eurobonos requerirán una reforma de los tratados. Es decir, un paso decisivo hacia la Europa federal. Por ahí deberíamos empezar el camino de las reformas.