Mítica portada de 'Nevermind'.
vigésimo aniversario

'Nevermind', cuando la música alternativa llegó a las masas

MADRID Actualizado: Guardar
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Lo ha dicho recientemente Krist Novaselic: “Los ochenta acabaron en septiembre de 1991, con la llegada de ‘Nevermind’ a las tiendas de discos”. Se cumplen veinte años de la fecha y aunque parece una sentencia prepotente y arriesgada, sobre todo si tenemos en cuenta que la firma quien fuera bajista de Nirvana, no por eso deja de ser menos cierta. Producido por Butch Vig, el álbum que abrió las puertas del ‘mainstream’ a la música alternativa ha vendido hasta la fecha más de 30 millones de copias en todo el mundo. Para otros tantos millones de adolescentes, que entonces comenzaban a escuchar música, se convirtió en un disco lleno de himnos que alzaban una voz llena de rabia contra la desesperanza de toda una generación y, por qué no decirlo, contra la frivolidad, los sintetizadores, la laca y las hombreras que habían dominado los ochenta.

El grunge pasaba de llenar portadas de revistas ‘underground’ a colarse en la MTV –el videoclip ‘Smells Like Teen Spirit’ tuvo gran culpa de ello-, en magazines de tendencias –cómo olvidar que la revista ‘People’ introdujera a Evan Dando, líder de Los Lemonheads, en la lista de los chicos más sexys de 1993- e, incluso, periódicos. Y con Nirvana, la irrupción de bandas que practicaban los mismos senderos en la escena musical comercial se convirtió en un paso de lo más natural. Frente a los Guns N’ Roses llena-estadios, formaciones como Mudhoney, Soundgarden, Los Melvins, Pearl Jam, Smashing Pumpkins o Primal Screman, que luego recorrerían caminos muy distintos, comenzaron a recibir el reconocimiento que merecían.

Pero, ¿qué ofrecía ‘Nevermind’ que enloqueció a toda una generación? En realidad, Kurt Cobain, líder de la formación, recogía la crudeza de los sonidos sucios del punk y el hard-rock que ocupaban la mayor parte de ‘Bleach’, el primer larga duración de la banda, y la revestía de unas melodías pop algo más luminosas. No era nada nuevo y, en realidad, el malogrado compositor reconoció en todo momento las influencias de grupos como Los Pixies y sus habituales ‘subidas y bajadas’: “Mis canciones son a menudo calmadas y lentas, pero luego en el estribillo se convierten en duras y ruidosas”, admitía Cobain. En este sentido, el crítico de la revista ‘New Musical Express’ Steve Lamacq escribiría por entonces que ‘Nevermind’ era un disco “para la gente que quiere que le guste Metallica pero que no puede acostumbrarse a la falta de melodía”. Una definición que bien vale para éxitos como 'Come As You Are', 'Lithium', 'On A Plain’ o 'Polly'.

Lógicamente para la discográfica Geffen, el aniversario no ha pasado desapercibido. Esta semana se publica una reedición del álbum en dos formatos: deluxe y super deluxe. El primero cuenta con dos cedés, uno con el álbum y otro con rarezas, temas en directo y las sesiones que grabaron para la BBC. La otra reedición incluye otros tres discos más, uno con una mezcla en bruto de Butch Vig, otro con un directo de 1991 y un último DVD con el directo y videoclips de la banda.

Para los otros dos miembros del trío, el año ha sido de reencuentros. Dave Grohl, batería de Nirvana y líder de los Foo Fighters, pidió a Krist Novaselic que colaborara en una de las canciones del último álbum de la banda, el sobresaliente ‘Wasting Light’, grabado en el garaje de Grohl y producido también por Butch Vig. Por si fuera poco, el álbum también ha supuesto la vuelta del ‘cuarto miembro’ de Nirvana –así presentó Cobain a Pat Smear en el Unplugged que grabaron para MTV- a la formación de Grohl, con quien no grababa desde el segundo álbum de los Foo Fighters, ‘The Colour And The Shape’, publicado en 1997. A todo ello hay que sumar conciertos en homenaje a la banda de Seattle, así como entrevistas, reportajes y libros que hablan del fenómeno y del proceso de grabación. Pero esto no ha hecho más que empezar. Hay ya quien se prepara para celebrar los veinte años de ‘In Utero’. Habrá que esperar hasta 2013.