Imagen promocional de SuperHeavy. / Archivo
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La penúltima cana al aire de Mick Jagger

El líder de los Stones se permite el lujo de serle infiel al resto de sus Satánicas Majestades metiéndose en la cama con SuperHeavy

MADRID Actualizado: Guardar
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¿Qué lleva a un 'dios del rock', a un hombre que ha abanderado durante décadas a la única banda capaz de disputarle a los Beatles el trono dentro del firmamento musical, que ha inmortalizado sus morritos a través de innumerables videoclips y documentales y que ha firmado algunos de los temas más exitosos de todos los tiempos a montarse un nuevo grupo poco después de cumplir los 68 años? Esa es la pregunta que sobrevoló la mente no solo del público sino de la propia industria cuando Mick Jagger anunció la creación de SuperHeavy, la formación que recibe su bautismo de fuego este martes con la llegada a las tiendas de su primer disco, de título homónimo. Un estreno llamado a sacudir el mercado y a inaugurar por todo lo alto un otoño musical que cobijará otras perlas como los nuevos y esperados trabajos de Tom Waits, Björk, Wilco o Coldplay.

Probablemente lo único que busque Mick Jagger sea divertirse, hacer algo distinto ahora que Sus Satánicas Majestades están a punto de cumplir medio siglo de existencia. Unas intenciones que el propio cantante explicaba con toda sencillez a la revista 'NME' cuando confirmó el nacimiento de SuperHeavy. "Los cuatro nos juntamos y pensamos que podríamos meternos en un estudio y probar un par de cosas, a ver qué pasaba, a ver si nos divertíamos", comentaba el líder de los Stones.

Se refería a Dave Stewart (Euryhtmics), Joss Stone y Damian Marley, sus compañeros en esta aventura que completa A.R. Rahman. A ellos les cabe el honor de haber sido llamados para conformar un auténtico 'dream team' que tratará de escapar de la maldición que afecta a los supergrupos, bandas integradas por músicos estrella procedentes de otras formaciones de éxito cuyos logros suelen ser tan efímeros como prescindibles.

Seducción

La propuesta, a priori, es de lo más seductora. Mick Jagger es el perfecto maestro de ceremonias. A su lado, un Dave Stewart que ya colaboró con el cantante de los Stones en la banda sonora de 'Alfie' (Charles Shyer, 2004), uno de cuyos temas, 'Old habits die hard', les hizo acreedores del Globo de Oro a la mejor canción original. Ellos fueron quienes gestaron todo.

Stewart andaba obsesionado con la idea de facturar un álbum que sirviera como compendio de los géneros más dispares. Llevaba meses dándole vueltas a la cabeza, enfebrecido por la amalgama de sonidos que escuchaba en la Bahía de Santa Ana, en Jamaica. En ese punto estaba cuando decidió llamar a Mick Jagger y contarle su proyecto. "Todo nació de aquella conversación", apuntó el ex de Eurythmics a la revista 'Rolling Stone'

Estos dos viejos lobos de mar decidieron subir al barco a una de las cantantes más talentosas que ha dado Reino Unido en los últimos años, Joss Stone -con la que Jagger también trabajó en 'Lonely without you (This Christmas)', otra de las canciones de 'Alfie'-. Ella iba a ser la encargada de aportar las dosis de soul y R&B necesarias para que la infusión surtiese el efecto deseado.

De la isla donde había comenzado todo, Jamaica, la perla del Caribe, debía proceder el toque de reggae, fruto de la labor de Damian Marley, uno de los hijos de la gran leyenda del género, Bob Marley. Y por si el cóctel no resultaba lo suficientemente exótico, añadieron a la ecuación a A.R. Rahman, un músico hindú a quien se debe la oscarizada banda sonora de 'Slumdog Millionaire' (Danny Boyle, 2008) y que también está detrás de los temas de '127 horas' (Danny Boyle, 2010).

Entre rockeros y rastafaris

Fácil resulta imaginar que los primeros ensayos debieron ser cuanto menos variopintos. Jagger haciendo sus quiebros rockeros, Marley evocando el movimiento rastafari que tuvo en su padre a uno de sus mayores emblemas, Stone acariciando las letras con esa poderosa voz que no parece corresponder con su angelical imagen y que retrotrae a las grandes del soul y Rahman aportando el sabor y el exotismo de la música hindú. Sobre todo porque llegaron al estudio de Los Ángeles donde acometieron la grabación sin ningún tipo de material preparado.

Allí estuvieron encerrados durante diez días. Todos aportaban ideas y, como no podía ser de otra forma, solían enfilar caminos radicalmente opuestos. "Esto es muy heavy, muy heavy", cuenta Stewart que gritaba Marley -de ahí surgiría el nombre del grupo-. Pero, de algún extraño modo, esas sendas acabaron convergiendo.

Finalmente, Jagger y Stewart terminaron de hornear el bollo musical que ahora se presenta a los comensales. El resultado son doce canciones, más cuatro 'bonus track', en las que cabe de todo: reggae, baladas, rock, soul e, incluso, fragmentos en sánscrito, una de las lenguas indoeuropeas antiguas más tempranamente documentadas y que se emplea en la actualidad principalmente para ceremonias religiosas en la India.

Como primer single, ‘Miracle worker’, un tema cuyo videoclip se erige en perfecto exponente de la amalgama que ofrece SuperHeavy: los aires caribeños soplan por la boca de Damian Marley, mezclándose inmediatamente con el soul de Joss Stone. Es entonces cuando irrumpe un Jagger vestido de rosa, con sus habituales excesos gestuales, poniendo morritos y dejando claro quién es el jefe. Al final, todos sobre el escenario en una fiesta sonora en la que no faltan las bailarinas indias, cortesía de Rahman.

'Unbelievable', 'Satyameva Jayathe', 'Never gonna change' o 'I can't take it no more' son otros de los cortes que conforman un álbum sobre el que posan todas miradas. En tiempos en que el multiculturalismo parece batirse en retirada ante el resurgimiento de las tendencias nacionalistas al calor de la crisis, SuperHeavy reivindica el poder de la fusión artística. Lo que ahora falta por ver es si no serán flor de un día.