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El parto de Jesús Carballo
Nueve meses después de ser elegido presidente, el exgimnasta impulsará al equipo de rítmica en su primera gran cita, los Mundiales que comienzan el lunes
MADRID Actualizado: GuardarNueve meses. Tiempo habitual para la gestación de un ser humano y período conveniente para que Jesús Carballo viviera la transición entre su vida como atleta y su nuevo papel como responsable de la gimnasia española. "Ha sido un estreno difícil, porque cuando entré en la federación no estaba del todo estable", recuerda de la generación de su proyecto iniciado el 19 de diciembre de 2010, cuando fue elegido presidente de la Federación Española de Gimnasia.
Desde su estado embrionario hasta su actual momento ha contemplado la retirada de su compañero Gervasio Deferr, último medallista olímpico en este deporte, y una crisis que obligó a reorganizar la federación con entrenamientos vía internet y recortes económicos para optimizar los recursos de una asociación con pérdidas de 600.000 euros. 274 días de papeleos en lugar de anillas, de reuniones en oficinas en sustitución de entrenamientos.
Datos y cifras en la cabeza de un doble campeón del mundo acostumbrado al desafío deportivo pero no a la burocracia. "Pero después de estar en los primeros meses me he asentado y tengo una visión más global de las cosas", reconoce con cierto alivio.
Su nueva faceta está enfocada a su pasado más reciente, el de los saltos, agarres y convivencia en los gimnasios que vivió desde los seis años bajo el ala de sus padres. "Es un proyecto a largo plazo y tratamos de dar un apoyo a los deportistas", recita como lema antes de partir a su primer gran desafío. Por una casualidad del destino, el lunes comienzan los Mundiales de gimnasia rítmica en Montpellier y cumple nueve meses desde que fue votado por mayoría para el cargo.
Será la primera presencia con traje y corbata en lugar de mallas y chándal. Otro Jesús Carballo, su progenitor y veterano seleccionador de gimnasia artística femenina, está convencido del éxito: "No es amor de padre, porque Jesús lo está haciendo bien. Ha sufrido mucho en la alta competición, ha sido muy bueno y tiene una dedicación total que me gusta. Lleva unos meses y cuando lleve cuatro años podrá darle un cambio a esto".
De los pies descalzos de la pista pasará a vivir los momentos de tensión con los zapatos del protocolo. En Francia apoyará una especialidad en busca de una de las plazas en Londres 2012 para uno de los deportes clásicos del olimpismo. "Aunque un ciclo olímpico es cada cuatro años, ahora es el momento clave. Cuando un gimnasta trabaja con el objetivo de los cuatro años todo depende de conseguir la plaza o no. Se siente y se palpa", se sincera un presidente que conoce de primera mano la sensibilidad del deportista.
Piedra de toque para la rítmica
La federación ha recuperado para el final del ciclo olímpico a Anna Baranova, responsable en Pekín del conjunto que terminó en una decepcionante undécima posición y cuyo mejor recuerdo fue el reconocimiento del público a Almudena Cid en su despedida. Entonces se decidió dar un giro y contratar a la búlgara Efrossina Angelova con un nuevo modelo basado en la colaboración de técnicos de todo el país hasta su despido en 2011.
Así, la primera tarea de Jesús Carballo en la presidencia fue contratar a una nueva responsable y eligió el retorno de la bielorrusa como seleccionadora. Desde entonces Baranova ha acelerado la preparación de nuevas rutinas y ejercicios y una mayor presencia en competiciones para acortar distancias con países que contaban con la ventaja de al menos tres meses de preparación.
Montpellier servirá de vara de medir para sus posibilidades y para valorar los primeros pasos del proyecto de Carballo. Como un primerizo, el exgimnasta vivirá el parto del primer hijo "más nervioso en la grada". Después de nueve meses podrá abandonar los despachos para disfrutar o sufrir con su primer fruto.