Nadal mete a España en su octava final
El balear se impone con comodidad a Tsonga en tres sets (6-0, 6-2 y 6-4) y se medirá a Argentina, que ha derrotado a Serbia tras la retirada de Djokovic, por su quinta ensaladera
Actualizado: GuardarLas palmas de la mayoría de la afición española acompañan a la perfección el ritmo vivo y arrollador del partido. Mientras que en cualquier rincón de la grada predomina el movimiento de los abanicos, un intento en vano por aliviar el sofocante calor cordobés, abajo, en el ruedo, Jo-Wilfried Tsonga lucha contra un tenista invencible sobre tierra batida. Porque es complicado jugar mejor en arcilla con el escaso tiempo de preparación que ha tenido.
Rafa Nadal dominó el encuentro de principio a fin y cerró el pase de la 'Armada' a la final gracias a su decimoctavo triunfo consecutivo en individuales en la Copa Davis por 6-0, 6-2 y 6-4, en dos horas y 17 minutos.
Nadal firmó el 3-1 y obtuvo así el punto decisivo para España, que jugará la octava final de su historia, la tercera en cuatro años, y luchará por su quinto título, contra Argentina, en una reedición de la de 2008. Entonces la final se disputó en Mar del Plata, y la ganó España sin Nadal, y en esta ocasión se celebrará en casa, el primer fin de semana de diciembre. Con el pasaporte ya resuelto, Fernando Verdasco también se impuso en el último partido a Richard Gasquet (6-2 y 6-1) para sellar el 4-1 en las semifinales. En el caso de Argentina, se impuso por 3-2 a Serbia, aunque el punto que dio el pase a la final lo consiguió en el penúltimo encuentro Juan Martín del Potro ante Novak Djokovic, tras el abandono del número uno del mundo.
Pese a la contundencia del marcador del partido entre Nadal y Tsonga, la actitud del francés distó bastante de la de su compañero Gasquet en el encuentro del viernes. Tsonga lo intentó, apretó desde el fondo de pista, pero cometió demasiados errores no forzados, principalmente porque enfrente tenía un muro infranqueable. En el ecuador del primer juego ya llevaba nueve errores no forzados, por cero del balear, una cifra de fallos que subió hasta 21 en los apenas seis juegos de la primera manga. A ese factor había que añadirle la perfección de Nadal con su servicio, con el que ganó el cien por cien de sus puntos al servicio, lo que hizo inevitable el 'rosco'. "He empezado muy bien el partido. Cuando yo tiraba con mi 'drive' sobre su revés le costaba mucho", confesó el español.
Un "ambientazo"
A pesar de la abismal diferencia en el acto inicial, el partido no era un paseo para el español. El tenis agresivo del galo, pese a ser demasiado errático desde el fondo de la pista y poco contundente en la red, hizo que Nadal se tuviese que emplear al máximo para llevarse el segundo parcial. Sin apenas haber entrenado antes del viernes, con un enorme desgaste físico y mental después del Abierto de Estados Unidos, el balear se sentía muy cómodo sobre la pista, en gran parte por el apoyo de los más de 13.000 aficionados de la plaza de toros Los Califas. "Es difícil jugar mal con este ambientazo. Esto solo se puede vivir en la Copa Davis. Es una competición muy especial y es una pena que desde la ITF no la protejan más", explicó el balear, muy crítico una vez más con la Federación Internacional de Tenis.
Nadal continuó sin escatimar esfuerzos. Corrió de un lado a otro para cubrirse con su derecha y de esa manera trituró a Tsonga, jugador de pista rápida, que sufrió para desplazarse sobre la arcilla. Después del 6-2 de la segunda manga, el número 10 del mundo no se rindió. Siguió luchando, continuó intentándolo, pero delante tenía un tenista mucho mejor que él. Metido en la pista, tirando con su mejor golpe, el 'drive', y dominando con su servicio, Tsonga poco pudo hacer en el tercer set ante un jugador cuya entrega, mentalidad y derroche físico, por más que pasen los partidos, por mucho que siga ganando y ganando, sigue sorprendiendo. Es, en definitiva, Rafa Nadal, un tenista inmejorable sobre tierra batida. Un deportista difícilmente repetible.