lucha antiterrorista

Otegi y Díez Usabiaga, condenados a diez años de cárcel

La Audiencia Nacional, como sostenía la Fiscalía, considera que Bateragune era un instrumento de ETA para reflotar Batasuna

MADRID Actualizado: Guardar
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Arnaldo Otegi, que lleva dos años en prisión preventiva, no saldrá en libertad este viernes. La Sección Cuarta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha notificado al exportavoz de Batasuna una sentencia de diez años de prisión en el 'caso Bateragune' por integración en banda armada. La Sala, integrada por los magistrados Ángela Murillo, Teresa Palacios y Juan Francisco Martel, ha condenado asimismo al exlíder del sindicato LAB Rafael Díez Usabiaga también por pertenencia a ETA. El fallo constata que ambos, detenidos en octubre de 2009, estaban al frente del intento de resucitar la ilegal Batasuna por orden de la organización terrorista a través de la plataforma Bateragune.

En la sentencia, la sección cuarta de la Sala de lo Penal también condena a 8 años de cárcel a Miren Zabaleta, Arkaitz Rodríguez y Sonia Jacinto. Además, absuelve a los otros tres procesados, Txelui Moreno, Amaia Esnal y Mañel Serra, para quienes la Fiscalía retiró la acusación durante el juicio.

Los tres magistrados, en líneas generales, hacen suyos los argumentos de la Fiscalía, que sostuvo que Bateragune, como organismo de coordinación del frente político de ETA, tenía el doble cometido de neutralizar cualquier espacio de la izquierda abertzale sin ETA y atraer fuerzas independentistas a través de un polo soberanista subordinado a las directrices de la banda armada. Esta estrategia incluía la incorporación de partidos, Eusko Alkartasuna y Aralar, y de los sindicatos LAB y ELA.

Papel relevante

En la última sesión del juicio celebrado en la Audiencia Nacional, el representante de la Fiscalía, Vicente González Mota, que solicitaba inicialmente diez años de cárcel para los ocho acusados, elevó a la categoría de "dirigentes" de la banda terrorista a Otegi y Díez Usabiaga, habida cuenta del "papel relevante" que ambos jugaron en la puesta en marcha de Bateragune y que ninguno de los dos había renunciado a la violencia de ETA.

El Ministerio Público mantuvo también la acusación de integración en ETA para Zabaleta, a la que rebajó la petición de pena de diez a nueve años de cárcel, y para Rodríguez y Jacinto, a los que redujo la pena hasta los ocho años.

González Mota retiró los cargos contra Moreno, Esnal y Serra, ya que no creía que durante el juicio hubiera quedado probada su participación en el proyecto de reflotar la coalición ilegal a través de Bateragune.

Durante su última palabra en el juicio de Bateragune, Otegi, que durante todo el proceso negó seguir las órdenes de ETA, aseguró que la izquierda abertzale había comenzado un camino "irreversible e irrevocable" de abandono de la lucha armada porque ha llegado a la conclusión de que "la 'M' (de militar) en nuestra estrategia sobra y estorba", ya que ahora la apuesta es por la 'P' (política). "Hemos virado el trasatlántico de la izquierda abertzale", subrayó. "El único escenario que planteamos es el cese definitivo de la lucha armada y, con el tiempo, el definitivo desmantelamiento de la estructura armada", afirmó rotundo Otegi, que siempre situó Bateragune como un intento de ruptura con la banda terrorista y no como un ardid para reflotar Batasuna por orden de los terroristas.

Sin embargo, los servicios de Información de la Policía dieron en el juicio una versión muy diferente de lo que era aquella plataforma. Un perito de la Unidad Central de Inteligencia (UCI) llegó a asegurar en la Audiencia Nacional que fue la organización terrorista la que ordenó a finales de 2008 a la ilegal Batasuna y a Arnaldo Otegi, en particular, crear un "polo soberanista", del que estuviera excluido el PNV para relanzar la izquierda abertzale y 'robar' así al partido de Iñigo Urkullu la "hegemonía política" en Euskadi. "Todo forma parte de un mismo conjunto", explicó el mando de los servicios de Información durante la sexta sesión del juicio. Según la tesis policial, "ETA es la dirección y Bateragune ejercía la codirección en el ámbito político" y Otegi, por tanto, seguía la agenda marcada por la dirección terrorista.