Un antes y un después en los aeropuertos
Después del atentado se incrementó la tecnología para revisar todo tipo de equipaje y se extremó la vigilancia sobre todos los pasajeros
NUEVA YORK Actualizado: GuardarPara una mayoría de ciudadanos de Estados Unidos y del resto del planeta ningún cambio propiciado por los atentados del 11-S es más palpable que las estrictas normas de seguridad introducidas en los aeropuertos. La revolución comenzó a raíz de que el ex presidente Bush ordenara la creación de la Administración para la Seguridad y Transportes que obligó a millones de pasajeros a adaptar sus viajes a unas reglas cambiantes destinadas a evitar que terroristas armados intenten repetir acciones como las que provocaron la masacre de 2001.
Este proceso no solo ha creado una robusta industria de seguridad con miles de millones en juego -sólo en EE UU los cambios han tenido un costo de más de 100.000 millones de dólares- sino que ha aumentado el malestar de la opinión pública que ve con malos ojos como la intensificación de los controles, sobre todo desde que se introdujeron los escáneres que pueden 'desnudar' al pasajero, escáneres vulnera su derecho a la privacidad. Especialmente los musulmanes y la gente con raíces en Oriente Próximo son quienes más se han quejado de discriminación. «La situación es peor ahora de lo que era el 11 de septiembre de 2002», declaró a Reuters Dawud Walid, responsable de la rama de Michigan del Consejo de las Relaciones Islámicas-Americana. «No creo que las cosas vayan a mejorar en los próximos años».
Días después de los ataques se produjo un súbito incremento en el número de empleados encargados de la seguridad en los aeropuertos estadounidenses cuando el Gobierno contrató a 56.000 mil empleados para la seguridad de pasajeros y el registro de equipajes. Antes de los atentados, solo 16.200 empleados privados de seguridad se ocupaban de las mismas tareas en de todo el país.
Poco más tarde tampoco se permitiría a compañías privadas encargarse de ese tema. Todas las personas serían contratadas directamente por la Administración de Seguridad y Transportes.
También se incrementó y mejoró la tecnología para revisar todo tipo de equipaje y se estableció como requisito obligatorio que los aeropuertos tuvieran máquinas especiales para detectar materiales peligrosos. Hacia finales de 2002, todos los aeropuertos debían tener una máquina ETD (Explosives Trace Detention), aparato electrónico especializado en rastrear explosivos.
Para la revisión de visas y pasaportes se adoptaron nuevas tecnologías que antes no eran usadas, como lupas y lámparas ultravioletas. También se utilizan máquinas especiales para verificar la autenticidad de los pasaportes. Además, cuentan con un 'software' de control de migración, que verifica los datos de los viajeros.