alerta en la costa este

Desde el ojo del huracán

Una alerta de tornados completa el azote de 'Irene', que ya ha hecho subir las aguas de Battery Park en Manhattan más de un metro por encima de su nivel

CORRESPONSAL EN NUEVA YORK Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El alcalde Michael Bloomberg apareció anoche en televisión con cara fúnebre y un mensaje muy distinto al que había repetido durante todo el día, cuando obligó a los habitantes del Lower East Side de Manhattan a abandonar sus hogares cortándoles la luz y el agua. Para las 10 de la noche, cuando las lluvias caían ya torrenciales, levantando rápidamente un pie de agua en las calles, había llegado la hora de aceptar la realidad. “Si estás en una zona de evacuación forzosa y todavía no te has ido, ya no lo hagas. Es demasiado tarde. El riesgo de salir a la calle ahora es mayor que el de quedarse. Quédate en casa y aléjate de las ventanas”.

Mientras lo decía, esta corresponsal volvía a casa por las calles desiertas del East Village, camino de esa última frontera de Manhattan bautizada como Avenida D que ha sido designada zona de evacuación forzosa. Allí una muralla de edificios de protección oficial de 15 pisos de altura robada al mar alberga a 20.000 habitantes de bajos ingresos. Un gueto de puertorriqueños y afroamericanos adonde no llega ni el metro. Pero precisamente en esa zona abocada a las inundaciones se encuentran dos piezas clave de la infraestructura de la ciudad: la central eléctrica de Con Edison, que ocupa seis enormes bloques en el lado costero, y la gigantesca central de policía que patrulla los guetos de todo el Lower East Side de Manhattan.

“Creemos que estas inundaciones acarrean un gran riesgo de que esa infraestructura resulte afectada”, anunció sombrío en CNN el comisionado de Policía Ray Kelly. Como ocurriese en Nueva Orleáns cuando 'Katrina' sembró el kaos, las autoridades temen que este otro ciclón desate la anarquía y los saqueos en las zonas evacuadas. Cientos de policías esperaban en el garaje juntos a sus coches con las luces encendidas y algunos incluso con el motor arrancado. Alguna que otra alarma descontrolada ponía el grito tétrico a la noche, donde la lluvia retumbaba en las calles vacías, con más aparcamientos libres de los que se hayan visto nunca.

Cortes de luz e inundaciones

'Irene' ha llegado a Nueva York convertido en un huracán de categoría 1, pero lo realmente peligroso no eran sus vientos de 140 kilómetros por hora, sino la extensa masa que descarga agua de forma torrencial y que ha inundado rápidamente las calles. Como avanza lentamente a unos 20 kilómetros por hora, Carolina del Norte todavía seguía sufriendo la tromba de agua 30 horas después, a la vez que el ciclón castigaba a Nueva York, con un total de ocho estados en alerta. A media noche las aguas del río Hudson en Battery Park habían subido un metro por encima de su nivel, un albergue había tenido que ser evacuado en el lado de Hooboken (New Jersey) y el dique del Lago de Saint Mary en Maryland amenazaba con reventar y resucitar los fantasmas del Katrina. En Long Island, las playas de lujo de Nueva York, se esperaba que a las 7 de la mañana hora local (1 de la tarde en España) la marea hubiera subido más de dos metros, amén de cómo rompiesen las olas azotadas por vientos de 140 kilómetros por hora.

A las 2 de la madrugada (8 de la mañana en España) el grueso del huracán se encontraba a 322 kilómetros de Nueva York y ya tenía inundada la carretera que conecta la ciudad con el aeropuerto John F. Kennedy. La última amenaza consistía en una alerta de tornados que concentraría en una semana todas las catástrofes de la naturaleza. Hasta ese momento las extraordinarias medidas de seguridad y las medidas preventivas sin precedentes habían limitado el número de víctimas mortales a 11, pero más de 2 millones de personas se habían quedado sin luz. En el estado sureño donde primero tocó tierra se calculaba hasta una semana para restablecer el servicio a los 600.000 desafortunados que lo habían perdido. En Nueva York el alcalde todavía confiaba en recuperar hasta el transporte urbano en algún momento del lunes, “pero desde luego no tiene pinta de que parece que esté a tiempo de la hora punta”, advirtió Kelly. “Esa jornada va a ser todo un reto para nosotros”.