La nueva era del 1.500
Olmedo vence en una final lentísima y anuncia duelos con Casado a la altura de los Abascal-González
MÁLAGA Actualizado: GuardarManuel Olmedo no encontró rivales en una floja final de 1.500.Había tan pocas fuerzas que nadie se atrevió a alterar un guión que tenía un final escrito: victoria de Olmedo por delante de Diego Ruiz. No apareció ningún intrépido. Y Olmedo llegó tan fresco a los últimos 200 metros que en la entrada de la recta dejó de escuchar las pisadas de sus rivales. El tiempo final (3:53.86) certifica, además, que el 1.500 español no está en su mejor momento de salud.
Después de sentir las piernas ligeras, después de ver descolgarse a todos sus rivales, después de verse solo en las alturas, se sintió una estrella. "Se ha visto en los últimos campeonatos que estoy dominando el 1.500. Por eso estoy deseando que vuelva Arturo Casado (no compitió al recuperarse demasiado tarde de una lesión) para protagonizar grandes duelos a la altura de los que mantuvieron José Luis González y José Manuel Abascal, y después Fermín Cacho y Reyes Estévez".
El campeón de España pronunció palabras mayores: Abascal-González, lo más de lo más. Aunque no se atreve a hablar de grandes retos en el Mundial de Daegu. "Es muy pronto. Solo digo que estoy en condiciones de entrar en la final. Las medallas van a estar muy difíciles, aunque en carreras como ésta (a ritmo lento que se deciden al final)...". Pero el pupilo de Enrique Pascual, a quien definió como "la mejor garantía de éxito", avalado por su pasado junto a Cacho y Abel Antón, se mostró convencido de poder correr dentro de poco "en 3.31 o 3.32".
Tras la estela de Olmedo entraron Diego Ruiz y Francisco Javier Abad, un atleta sin la mínima mundialista, lo que deja en manos de Odriozola la elección de la tercera plaza, que podría ser para el joven David Bustos, cuarto, o Juan Carlos Higuero, que entró quinto dando la sensación de estar lejos de su plenitud.
Pestano, entre la élite mundial
Una de las sorpresas más agradables de la tarde provino de la jaula, donde Mario Pestano lanzó 67,97. La marca tiene especial valor a tres semanas de la cita cumbre de la temporada en Daegu. El discóbolo canario logró la quinta mejor marca mundial del año. Los otros dos grandes resultados se produjeron en las finales de triple salto y 200 metros. Lysvanis Pérez se fue hasta los 16,82 metros (-0.2) en su último salto, a solo tres centímetros de la mínima para el Mundial y a 11 del récord de España que estableció Santiago Moreno en 1991. El viento, en cambio, privó a Ángel David Rodríguez del récord nacional. El madrileño, campeón también en los 100, venció con 20.34 (el tope lo tiene Venancio José Murcia con 20.59 de 1997), una marca que no vale para los rankings por viento excesivo (+2.5).
La otra gran final de la tarde coronó a Tomás Tajadura (8:28.70), quien sorprendió con un gran ataque poco antes de la ría al favorito, Ángel Mullera, que solo pudo ser tercero por detrás de Víctor García.