La Audiencia Nacional condena a 25 años a una etarra por quemar la casa de una ertzaina
Idoia Mendizabal está acusada de lanzar cócteles molotov contra la vivienda de la agente en Idiazabal en 1998
MADRID Actualizado: GuardarLa Audiencia Nacional ha condenado a 25 años de prisión a la etarra Idoia Mendizabal por lanzar cócteles molotov contra la casa de una agente de la Ertzaintza en Idiazabal (Guipúzcoa) en 1998. Así lo ha acordado la sección cuarta de la sala de lo penal de este tribunal en una sentencia en la que condena a la acusada por los delitos de incendio, atentado y tenencia y empleo de aparatos inflamables e incendiarios con agravante de disfraz, por los que la obliga además a indemnizar a la agente con 6.671 euros por los daños ocasionados en su vivienda.
La sala considera probado que en la madrugada del 31 de marzo de 1998 Mendizabal, junto a otros jóvenes cubiertos con pasamontañas, lanzó cócteles molotov contra las puertas y ventanas de las dos fachadas principales del domicilio de la ertzaina "conociendo" que era de su propiedad.
El impacto de los artefactos, continúan los magistrados, provocó que la agente se asomara por la ventana y viera cómo un grupo de encapuchados tiraban los artefactos, lo que le llevó a disparar un tiro al aire y, después de avisar a su padre y su hermano, que también estaban en la vivienda, llamó a la central para pedir auxilio y salió para perseguir a los atacantes.
Otros dos agentes que se encontraban patrullando a unos dos kilómetros de la zona acudieron al lugar de los hechos, de forma que la llegada del vehículo policial obligó al grupo a dispersarse, pero los ertzainas consiguieron detener a tres integrantes, entre ellos Mendizabal, que fue reconocida "sin duda alguna" por la víctima.
Contabilizaron 16 impactos en la fachada
Los magistrados basan su decisión en el testimonio de la ertzaina durante el juicio celebrado el pasado 14 de julio, en el que explicó "con todo lujo de detalles" el suceso, así como en el de los dos agentes que acudieron a ayudarla y que coincidieron con su relato.
También recogen los argumentos de dos peritos expertos en explosivos que en la vista detallaron que contabilizaron 16 impactos en la fachada de unos artefactos compuestos por botellas de vidrio en cuyo interior se hallaron restos de ácido sulfúrico y un líquido inflamable, "probablemente gasolina", y a las que habían adherido una bolsa con clorato de potasio para provocar el incendio. Por último, recuerdan que la acusada, si bien se negó a declarar en el juicio, reconoció ser militante de ETA.