Veronique Culliford, hija de Pierre Culliford, alias 'Peyo', el creador de los pitufos. / Archivo
cómic

El 'pitufimundo' a sus pies

La atracción por las criaturas azules sigue viva 53 años después de su creación

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El próximo viernes 29 de julio se estrenará en las salas españolas una película que promete no dejar indiferente a nadie.

'Los pitufos en 3D' llegan a la gran pantalla con una cuidada mezcla de tradición y modernidad. Los últimos avances tecnológicos del mundo del cine se unen a estos singulares personajillos azules que viven en setas y que nacieron hace más de 50 años en la mente de uno de los más famosos autores belgas del cómic, Pierre Culliford, más conocido como 'Peyo'. Durante este tiempo, millones de niños y adultos han disfrutado a través de viñetas, dibujos animados o videojuegos con las aventuras de estas simpáticas criaturas.

Lejos de ser algo planificado, la creación de los pitufos estuvo condicionada por una serie de casualidades. A finales de la década de los 50 los principales creadores del cómic belga comenzaron a buscar ideas para dar un nuevo impulso a esta industria, uno de sus mayores emblemas nacionales y a la altura, si no superior, de la francesa y estadounidense. El mismo nombre de los pitufos ya fue fruto de una genial improvisación. Surgió durante una cena entre varios historietistas. Según explica Hugues Dayez, biógrafo de 'Peyo', este le pidió a su amigo André Franquin, uno de los autores de Spirou y Fantasio, además del Marsupilami o Gaston Lagaffe, que le pasase la sal. Y quizá al haber dado cuenta entre ambos de algunas botellas de vino en vez de 'salero' la palabra que surgió fue 'schtroumpfs', nombre que recibirían finalmente los pitufos en su francés natal. ¿Y su característico color? Este tiene su origen en una conversación del autor con su mujer. El verde era el más normal al vivir en un bosque, aunque podrían confundirse con la naturaleza. ¿Rojo? "no, parecería que están siempre enfadados", argumentó la señora Culliford. Otra opción que se barajó fue el amarillo, "pero darían sensación de estar enfermos". ¿El azul entonces?, "sí, el azul está bien", respondió la esposa.

'Peyo' fue recreando en su cabeza hasta los más mínimos detalles. Aunque todos iguales tendría que haber algunos personajes con características especiales. Así nacieron filósofo, gruñón, poeta, dormilón... También debía de haber alguien que ejerciera como líder: papapitufo. En principio solo fueron ocho pero hoy en día hay más de 100 personalizados. Otra cosa a tener en cuenta fue su altura, que es exactamente de tres manzanas.

Su estreno

La primera aparición de los pitufos tuvo lugar el 23 de octubre de 1958 y se produjo como personajes secundarios entre las páginas reservadas para dos personajes medievales de 'Peyo', Johan y Pirluit. Lo hicieron en uno de las dos principales revistas de cómic belga de la época, 'Spirou'. Pese a su fugaz aparición, la expectación que levantaron esos extraños seres azules fue creciendo en los meses posteriores -su creador había recibido ya a las pocas semanas miles de cartas pidiendo su reaparición- y un año después ya disponían de su propio espacio en 'Spirou'. Su proyección fue vertiginosa. El secreto, según Jean Claude de La Royère, historietista que trabajo a las órdenes de 'Peyo', radica en que su creador supo mezclar el mundo mágico de Disney -un bosque poblado por unos seres encantadores-con la realidad tradicional del cómic belga -Tintín, Lucky Luke, Spirou...-.

Poco a poco 'Peyo' fue añadiendo algunas innovaciones a sus historias. Una de las primeras fue la de buscarles un enemigo. Este no fue otro que Gargamel, un brujo oscuro con la receta para hallar la piedra filosofal pero en la que necesita incluir un pitufo como ingrediente principal. Y así, cazar a uno de ellos se convierte en su única obsesión. Fruto de otra realidad cotidiana nace otro de los personajes más queridos. 'Peyo' hubo de enfrentarse a la pregunta de su hija pequeña de por qué todos los pitufos eran varones. En un mundo mágico como el suyo, nada es imposible. Así que un día Gargamel creó una pitufa -morena y fea- para que fuese a crear la discordia entre sus enemigos. Esta misma quedó posteriormente convertida en la rubia y bella pitufina por obra de la magia de papapitufo.

Desde su creación los pitufos han sido una fuente inagotable de imaginación y beneficios. Solo de figuras se han vendido más de 300 millones. Existen más de 3.000 productos inspirados en ellos como juguetes, golosinas, videojuegos o discos de su banda sonora, de los que se han vendido 40 millones de ejemplares en todo el mundo.

En 2008, Bélgica celebró sus 50 cumpleaños por todo lo alto. En un país con fuertes divisiones políticas entre valones y flamencos, el mensaje que se envió de forma intencionada no pudo ser más significativo. La fuerza la da el estar unidos.

Sus aventuras han recorrido todos los continentes y ahora dan el salto a un terreno que hasta el momento les era prácticamente desconocido: el cine.