Imagen del presunto asesino, Anders Behring Brevik, en la isla de Utoya. /Foto: Dagbladet
conmoción en NORUEGA

El autor de la matanza utilizó balas prohibidas en las guerras

Conocidas como "dum-dum", tienen los extremos (la punta y el culote) huecos para que el núcleo se fragmente en el impacto

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El autor confeso de los atentados de Oslo, Anders Behring Breivik, usó un tipo de munición especial, prohibida en las guerras, para causar la mayor matanza posible en su ataque al campamento juvenil, según un médico que ha atendido a las víctimas.

En una entrevista en la edición digital del rotativo local 'VG', el cirujano jefe del hospital Ringerike, Colin Poole, que ha tratado a 16 heridos en el tiroteo de la isla de Utoya, asegura que el agresor empleó las denominadas balas expansivas o "dum-dum", que tienen los extremos (la punta y el culote) huecos para que el núcleo se fragmente en el impacto.

"Esas balas más o menos explotaban dentro del cuerpo de las víctimas. Las heridas internas que tenían eran absolutamente terribles", ha explicado Poole. "Los fragmentos son tan pequeños. Nunca había visto algo así", ha indicado el médido, a pesar de sus 26 años de experiencia.

Poole ha agregado que las balas expansivas han causado graves daños a los heridos en el tiroteo, en su mayoría jóvenes y adolescentes, y creado incontables quebraderos de cabeza a su equipo de cirujanos. "Nos ha causado todo tipo de problemas adicionales por el tipo de daño que causan estas balas especiales. El efecto que causan dentro del cuerpo es similar al de miles de agujas y alfileres", ha resaltado el cirujano jefe. Ha añadido que este tipo de munición es muy difícil de adquirir legalmente en Noruega, por lo que se ha preguntado cómo Breivik pudo conseguirla.

Para abatir terroristas

Las controvertidas balas expansivas, cuyo uso está prohibido en las guerras desde 1899, se emplean en ocasiones muy concretas, como en la caza mayor, debido al tipo de daños que causan. Además, su uso se ha permitido o elegido en ocasiones muy concretas en los últimos años en el marco de operaciones antiterroristas, tanto para abatir suicidas como para disparar sobre secuestradores dentro de un avión sin dañar el fuselaje.

El pasado viernes, Behring Breivik mató al menos a 93 personas, según el último recuento oficial, en dos atentados coordinados que lanzó en Oslo y, dos horas después, en el campamento de las juventudes socialdemócratas de la isla de Utoya, a unos 40 kilómetros de la capital noruega.

En el primer emplazamiento un potente coche bomba mató a al menos siete personas, hirió gravemente a una docena y destrozó cuatro edificios, mientras que en la isla murieron tiroteadas al menos 86 personas, en su mayoría jóvenes y adolescentes.

Sin helicóptero

El primer ministro noruego, Jens Stoltenberg, calificó el doble atentado como la "mayor tragedia nacional desde la Segunda Guerra Mundial" para el país escandinavo. Una nación que sigue conmocionada por lo sucedido y que ha rendido homenaje a las víctimas.

Pero el duelo no ha impedido que comiencen a surgir las primeras criticas sobre la actuación de la Policía en una matanza que ha puesto de manifiesto su escasa preparación para afrontar este tipo de situaciones. La Policía tardó veinte minutos en reducir a Anders Behring Brevik, quien todavía disponía de gran cantidad de munición en el momento de su arresto, según han informado este domingo las autoridades.

La operación para detener a Brevik comenzó a las 18.09 horas de la tarde, momento en el que las fuerzas especiales hicieron acto de presencia en la isla. El sospechoso fue detenido a las 18.27, según las autoridades. Hasta ese momento, Brevik llevaba ya hora y media ejecutando la masacre que tuvo por víctimas a quienes habían acudido a la conferencia de juventudes del Partido Laborista.

El portavoz policial, Sveinung Sponheim, ha explicado que las fuerzas del orden tuvieron que llegar en coche a la isla al no disponer de un helicóptero, según comentarios recogidos por el diario 'VG'. Sponheim ha reconocido que, en principio, la isla estaba vigilada por un agente de Policía. Sin embargo, no ha podido precisar dónde se encontraba el agente en el momento del ataque.

Ayer la Policía llevaba a cabo una operación antiterrorista en Oslo que se saldaba con la detención de seis personas y su posterior puesta en libertad. "Las personas detenidas y posteriormente interrogadas han sido liberadas porque no tenían ninguna relación con el caso", declaró el abogado de la Policía, Anders Frydenberg.

La Policía está intentando determinar si el principal sospechoso y único detenido actuó solo o en connivencia con otros. Anders Behring Breivik, de posturas ultraderechistas y fundamentalistas cristianas, ya se ha confesado como autor de los dos ataques y ha asegurado que actuó solo en la perpetración de unos crímenes que ha considerado "atroces pero necesarios".

Los investigadores analizan ahora el contenido de un manifiesto islamófobo y anticomunista que el arrestado supuestamente colgó en internet justo antes de perpetrar sus ataques. El documento, en inglés y de 1.500 páginas, lleva por título "2083 Una declaración de independencia europea", y entre otras cosas declara la "guerra de sangre" a inmigrantes y marxistas.