sucesión en el ps

El nuevo líder socialista de Portugal pone límites a las medidas anticrisis

Antonio José Seguro, que sustituye al ex primer ministro José Sócrates, se niega a dar "un cheque en blanco" al Gobierno conservador

LISBOA Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El nuevo líder de los socialistas lusos, Antonio José Seguro, que sustituye al ex primer ministro José Sócrates, ha expesado su apoyo a los compromisos financieros de Portugal, pero sin dar un cheque en blanco al Gobierno conservador. En sus primeras declaraciones tras ganar holgadamente las elecciones a la secretaría general del Partido Socialista (PS), Seguro ha advertido de que defenderá "las funciones sociales del Estado" y no renunciará a presentar "soluciones alternativas" a los problemas del país, que sufre la peor crisis en tres décadas de democracia.

El diputado socialista y profesor universitario, que fue ministro en 2001 con el Gobierno de Antonio Guterres, dirigirá su partido como primera fuerza de la oposición tras la victoria conservadora en las elecciones anticipadas de junio que acabó con seis años de poder del PS. Seguro, que mantuvo una discreta oposición a Sócrates, logró el apoyo del 67,9% de los votantes del partido frente a un 32% de su único rival, Francisco Assis, ex líder del grupo parlamentario socialista y más próximo al anterior primer ministro.

Aunque la coalición del Partido Social Demócrata (PSD, centro-derecha) y el Centro Democrático y Social (CDS-PP, democristiano) gobierna Portugal con mayoría absoluta, el PS puede obstaculizar los planes conservadores de reformar la Constitución para introducir reformas políticas y económicas. Los socialistas "no consideran que exista un problema constitucional en Portugal", ha señalado Seguro, que ha anunciado una postura "firme" en la defensa del Estado social y el equilibrio de las relaciones laborales garantizado por la Constitución lusa.

El nuevo secretario general de los socialistas, de 49 años, ha lanzado su primera crítica a las medidas anticrisis aprobadas por el actual primer ministro, Pedro Passos Coelho, el mes pasado, y ha censurado su falta de "sensibilidad social".

Críticas al Ejecutivo

Las primeras señales del Ejecutivo, que lleva un mes al frente de Portugal, no son buenas en opinión del líder socialista, que ha criticado el nuevo impuesto al salario establecido por los conservadores y el incumplimiento de sus promesas electorales y de los pactos sociales alcanzados en el país. "El impuesto (que asciende a cerca de la mitad de la paga de Navidad) afecta a los ingresos de los trabajadores y deja fuera la riqueza y los rendimientos del capital", ha lamentado. Con todo, Seguro ha ratificado su apoyo al cumplimiento del severo programa de austeridad firmado por el anterior Gobierno socialista para lograr el rescate financiero de Portugal y ha anunciado una oposición "firme", pero también "responsable, constructiva y leal".

En relación a su propio partido, Seguro tiene intención de promover la renovación interna y abrir un nuevo ciclo en las filas socialistas con otros "protagonistas", así como combatir la corrupción en el país, hacer la Justicia más efectiva y reforzar esas políticas mediante acuerdos parlamentarios. Además del triunfo en la elección para secretario general, Seguro obtuvo una mayoría contundente (1.346 votos de un total de 1.857) en las listas de los delegados que participarán en el Congreso del PS de septiembre próximo, donde se fijará la estrategia del partido.

Sócrates había sido reelegido secretario general, con más del 90% de los votos, en marzo pasado tras renunciar al cargo de primer ministro por la retirada del apoyo conservador a su cuarto plan de austeridad. Nada más conocerse su derrota en las legislativas anticipadas que se celebraron el pasado 5 de junio, el dimisionario primer ministro renunció también a la secretaría del partido y anunció que abandonaba la política activa. Mientras encabezaba ya de forma provisional el Ejecutivo portugués, Sócrates tuvo que pedir a la UE y el Fondo Monetario Internacional el rescate financiero de su país, que no aguantó la fuerte presión de los mercados sobre su deuda soberana.