Jason Momoa posa para los fotógrafos, durante la presentación de la película en Madrid. / Reuters
CINE

Un 'Conan' «sucio y pirata»

MADRID Actualizado: Guardar
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"De verdad, nunca he visto las películas de 'Conan'". JasonMomoa pone cara de bueno para convencer de que jamás se ha sentado de la televisión o ha acudido al cine para disfrutar (o no) del hipermusculado Arnold Schwarzenegger mientras da mandobles a diestro y siniestro contra todo bicho viviente. Cuando el actor austriaco se dio a conocer a todo el mundo en 1982 con la película dirigida por John Milius, Momoa era un renacuajo de tres años que vivía en Iowa con su madre. Cuando creció, ella siempre le impidió ver la película porque le parecía muy violenta. "Nunca me dejó, pero sí leía los cómics creados por Robert Howard. De alguna manera quería ser 'Conan'", confiesa el actor. Al igual que Schwarzenegger, Momoa tiene una planta espectacular. Sus 193 centímetros y un cuerpo musculado en el gimnasio le dieron varios premios de modelo antes de debutar en la televisión con 'Los vigilantes de la playa' y curtirse en 'Stargate: Atlantis'.

Pero su despegue no se produjo hasta que se convirtió en Kahl Drogo, uno de los personajes de la espectacular serie de HBO 'Juego de tronos'. El final del rodaje de la primera temporada se produjo cuando los productores buscaban al nuevo guerrero cimerio. Y ahí estaba Momoa, medio polinesio y medio irlandés, dispuesto a meterse en la piel del antihéroe por excelencia. Seguro de sí mismo, no temía las comparaciones con el mitificado film ochentero. "Esta película es una historia diferente con argumentos distintos.

Incluso yo soy diferente a Schwarzenegger", comenta el actor estadounidense. Al contrario que su sucesor, 'Terminator' sí ha visto la nueva versión. "Me dijo que le había gustado mucho ¿Qué más se le puede pedir?", indica entre risas Momoa, que llegara a las pantallas españolas vestido de 'Conan El Bárbaro' el 19 de agosto.

Atractivo

El creador de 'Conan El Bárbaro', Robert E. Howard, nunca hubiera pensado que 80 años después de que publicara la primera historieta, la pasión por su personaje y su forma de entender la vida siguiera intacta. "Es un mundo maravilloso. Cuando leía los cómics me encantaba porque Conan es como Clint Eastwood en sus películas de hace años. Dice lo que dice. Es lo que es. No hay otra fachada", apunta. Momoa tiene claro que su personaje engancha con la gente porque personaliza a un auténtico "hombre para hombres, un antihéroe, sucio y pirata", un tipo que dice burradas, no se corta un pelo y nunca "salva a la damisela". "Siempre hace todo lo contrario: folla y mata", comenta el intérprete, que confiesa que comparte con Conan la afición por la cerveza y el sexo.

Pero hay algo más dentro del enorme hijo de Cimeria, un código de honor muy particular que le obliga a defender al más débil del opresor. "Es un personaje interesante, muy primitivo e instintivo", dice el hawaino. Momoa suspira porque la película triunfe y los productores se animen a seguir la saga. Él estaría encantado de continuar enseñando pectorales y de matar enemigos durante dos o tres films más. "Tengo muchas ideas que desarrollar. Además, me lo he pasado como un niño grande con las peleas y las espadas", sostiene. Por el momento, su camino parece marcado hacia las películas de acción. Ya está rodando 'Una bala en la cabeza', donde se convierte en el archienemigo de Sylvester Stallone. Dirigida por Walter Hill ('Danko: calor rojo', 'Gerónimo' o la serie 'Deadwood'), la película adapta una novela gráfica en la que Momoa mata al compañero de Sly y éste busca venganza. "Soy el malo malísimo. He tenido que aprender a utilizar un arma, que no había cogido una en mi vida y tengo que convertirme en un asesino. Y además, hay peleas entre Stallone y yo Una lucha entre Rocky y Conan", dice mientras golpea a un enemigo invisible y canturrea la famosa canción de la película del boxeador de Filadelfia.