Los estudiantes chilenos se rebelan contra Piñera
Al menos 62 personas han sido detenidas y unas 50, incluyendo varios carabineros, han resultado heridas en una manifestación
SANTIAGO DE CHILE Actualizado: GuardarLa manifestación estudiantil que han protagonizado unas 100.000 personas, según los convocantes, en la capital chilena ha dejado un saldo de al menos 62 detenidos y unos 50 heridos, muchos de ellos carabineros.
Tanto el Colegio de Profesores como las diferentes organizaciones que conforman el espectro estudiantil en esta nación austral han estimado en 200.000 los manifestantes en todo Chile.
El Intendente de la Región Metropolitana de Santiago, Fernando Echeverría, junto al general de Carabineros Sergio Gajardo han informado de que en los incidentes han resultado heridos 35 carabineros, cuatro de ellos, graves.
Gajardo ha precisado que dos de los efectivos que se encontraban de forma permanente frente a la embajada de Brasil fueron atacados por encapuchados. Uno de ellos, el sargento Gastón Pastén Ponce, resultó con quemaduras en sus brazos, piernas y dorso, tras recibir el impacto de un cóctel molotov, mientras que su compañero, el cabo primero Miguel Fernández, también sufrió lesiones que no han sido especificadas. El general Gajardo ha asegurado que otros dos policías tienen fracturas y se encuentran internados en el hospital institucional.
Gases lacrimógenos
Sin embargo, ni el general ni el Intendente han facilitado cifras de estudiantes o civiles heridos, pese a que las imágenes de televisión muestran a varios de ellos con heridas y algunos tirados en el suelo por efectos de los gases lacrimógenos y el potente chorro del camión cisterna ('el guanaco').
"Un carro policial atropelló a dos estudiantes y hay, al menos, una decena de estudiantes y civiles con diversas heridas tras las arremetidas de los carabineros contra los manifestantes", ha señalado la titular de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios, Laura Ortiz.
En tanto, Echeverría ha apuntado que ha encargado a un equipo de abogados el estudio de una eventual querella contra las personas que han causado los incidentes, instancia que también podría afectar a los organizadores de la convocatoria.
El subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, ha acusado a los organizadores de la marcha de "desafiar a la autoridad" y los ha responsabilizado directamente de los desmanes que se han producido, afirmando que buscarán "todos los mecanismos jurídicos" para que la asuman.
La manifestación fue convocada por el Colegio de Profesores y los universitarios, que exigen una reforma al sistema impuesto por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), que redujo la aportación estatal a las instituciones públicas y abrió la educación al sector privado. Los gobiernos de la Concertación (1990-2010) introdujeron algunas reformas aunque de todas formas los alumnos de educación superior, un millón en la actualidad, deben recurrir a becas y a créditos para financiar sus estudios. Actualmente hay 110.000 estudiantes morosos "ahogados" por los intereses que les cobran las entidades bancarias u organismos estatales por los préstamos concedidos.
Piñera pide que se ponga fin a la violencia
Los jóvenes comenzaron hace dos meses a exigir un cambio de sistema y, en respuesta a esas demandas, Piñera anunció la semana pasada un Gran Acuerdo Nacional por la Educación (GANE), que beneficiaría a 720.000 alumnos hasta 2014, propuesta que fue rechazada tanto por los estudiantes como por los docentes.
Ante los nuevos incidentes, el presidente Sebastián Piñera ha hecho un llamamiento al diálogo y ha pedido poner fin a la violencia. "Estoy convencido de que llegó el momento de terminar con la violencia, las tomas, los paros, que tanta destrucción y tanto daño han causado, y reencontrarnos con el camino del diálogo, los acuerdos y la acción", ha aseverado durante una visita a una importante empresa.
El mandatario, cuyos niveles de popularidad apenas superan el 30%, tiene la esperanza de que en Chile prevalezca la "madurez, responsabilidad y el patriotismo" que permitan reflexionar en que "más allá de las legítimas diferencias" los ciudadanos tienen "un norte compartido, un objetivo común" que es hacer de Chile "país mejor". "Tenemos muchos problemas, estoy muy consciente de ellos. También sé que el Gobierno ha cometido errores, y estamos absolutamente trabajando no solamente para reconocer los errores, sino también para corregir esos errores", ha agregado.