¿Se acabó el estrés después del test?

La sesión de hoy volvió a ser de tensión en los mercados de renta variable europeos, a la expectativa de la publicación de las pruebas de solvencia de la banca del Viejo Continente. Aunque muchos expertos les restan credibilidad y reducen su importancia en los mercados porque muchos de los países sólo ponen a prueba el 50% de su sistema financiero y, además, las carteras de deuda a vencimiento no se someten a estrés, lo cierto es que la incertidumbre sobre este tema pesó durante toda la sesión. Y, en España, con algo de razón, porque hubo cinco entidades que suspendieron de las ocho que lo hicieron en toda Europa. Dos de ellas, el Pastor y la CAM, aunque ninguna de ellas tendrá que ampliar capital, porque la Autoridad Bancaria Europea (EBA por sus siglas en inglés) reconoce el colchón de provisiones genéricas.

La incertidumbre pesó en la prima de riesgo de la deuda española, que se volvió a disparar del 3,12% hasta el 3,37%, porque el tipo de interés del bono a diez años subió del 5,86% hasta el 6,06%, mientras que la rentabilidad del 'bund' alemán bajó del 2,73% hasta el 2,69%. También aumentó la prima de riesgo de la deuda italiana hasta el 3,06%, con el tipo de interés del bono a diez años en el 5,75%, desde el 5,63% del jueves. Esperemos que la reunión convocada tras el cierre del mercado por los líderes de la zona euro para el próximo día 21 de julio sirva para algo y reduzca la prima de riesgo ya desde el lunes, para que allane el camino de la salida a Bolsa de Bankia y Banca Cívica, que han superado las pruebas de solvencia. Estos factores, junto a los propios resultados de las pruebas de solvencia, que han sido, en general, bastante positivas, deberían ayudar a devolver la calma.

En el euro también cotizó la incertidumbre, con volatilidad en el tipo cambio con el dólar, moviéndose entre el 1,42 y 1,409 unidades.

Retroceso de los bancos

En la Bolsa, los bancos cotizaron a la baja. En el Ibex, el peor fue Bankinter, con un descenso del 2,17%. BBVA y el Popular cerraron la jornada con un descenso del 1,56% y un 1,45%, respectivamente. El Santander y CaixaBank también retrocedieron más de un punto porcentual. El Sabadell fue el que mejor se comportó de entre las entidades del Ibex, con una caída del 0,68%. En las entidades que cotizan fuera del Ibex, la CAM terminó con un retroceso del 0,22%, mientras que el Pastor ganó un 0,17%.

Si echamos un vistazo al Eurostoxx 50, observamos que el valor que más cayó fue Crédit Agricole, que retrocedió un 3,06%, mientras que ING, Société Générale, Axa y Unicredito retrocedieron más de un 2%. También destacaron las pérdidas sufridas por Generali y BNP, que cedieron alrededor de un 1,6%. Por tanto, entre los diez valores que más perdieron del selectivo paneuropeo, ninguno fue español, aunque en él cotizan BBVA y Santander.

Salvo Bankinter, las entidades financieras no fueron las que peor se comportaron dentro del Ibex. En el selectivo español, los mayores descensos fueron para OHL, que retrocedió un 3,39%, para dar un último cambio en los 23,93 euros. A continuación se colocó Técnicas Reunidas, que sufrió un descenso del 2,29%. A continuación, Abertis, que retrocedió un 2,17%. Entre las peores, también Sacyr Vallehermoso y Repsol YPF, que registraron un retroceso de alrededor de un 1,9%.

En el otro lado de la tabla, el mejor fue Mediaset, con una revalorización del 1,39%, seguido de Grifols, que también fue capaz de ganar más de un 1%. FCC, Amadeus e Inditex completaron la lista de valores en positivo. Gas Natural también se salvó de las pérdidas, pero apenas logró terminar la sesión en tablas.

Con todo ello, el Ibex terminó la jornada con un descenso del 1,19%, para dar un último cambio en los 9.484,20 puntos. El selectivo español fue el peor de toda Europa. A continuación se colocó el Ftse Mib de Milán, también con un descenso del 1,02%, después de conocerse que la deuda italiana sigue aumentando hasta niveles récord, un efecto contra el que no ha funcionado la aprobación del plan de ajuste por parte del Congreso del país. El Cac 40 francés cerró la sesión con un recorte de algo más de medio punto porcentual, mientras que el PSI-20 de Lisboa retrocedió un 0,42%. El Ftse 100 británico terminó la sesión en tablas. El Dax alemán fue el único que terminó la jornada en verde: ganó un 0,07%.

La deuda EE UU ignora a Moody's y S&P

En el Ibex, por ejemplo, se observó que se acentuaron los descensos de manera muy visible a partir de las cuatro de la tarde. Y la culpa fue de Nueva York. Allí se conocieron, en primer lugar, los datos de inflación que, en términos interanuales, en junio, se situó en el 3,6%, mientras que la inflación subyacente, aquélla que no tiene en cuenta los elementos más volátiles, como los alimentos y el petróleo, se colocó en el 1,6%. Esa cifra era, más o menos, la que preveía el mercado. Lo que no gustó fue que el índice manufacturero Empire State mejorara menos de lo previsto en julio, que la producción industrial subiera menos de lo esperado en junio, un 0,2% frente al 0,3% previsto por los analistas, al igual que sucedió con el porcentaje de uso de la capacidad instalada y, sobre todo, la caída del índice de confianza de los consumidores que elabora la Universidad de Michigan. Este último fue el elemento que más penalizó la evolución de los índices del Viejo Continente.

De hecho, los indicadores de renta variable americanos, que comenzaron la sesión en positivo, se dieron la vuelta con la publicación del índice de confianza, para volver otra vez a los números verdes, aunque con más debilidad. Parece que, por el momento, Estados Unidos se muestra prácticamente inmune a las advertencias de las agencias de rating: a Moody's se le unió hoy S&P en su amenaza de quitarle la Triple-A a su deuda. De hecho, hoy el tipo de interés de su deuda a diez años bajaba cinco décimas, hasta el 2,90%. Y eso que muchos analistas siguen descartando la posibilidad de un nuevo programa de compra de bonos por parte de la Reserva Federal.

En el mercado de materias primas, estabilidad para el precio del oro, que se situaba en los 1.589 dólares por onza, mientras que el barril de Brent, de referencia en Europa, se cambiaba por algo más de 117 dólares, y el barril de West Texas, de referencia en Estados Unidos, se cambiaba por 96,65 dólares.